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Un profesor del Colegio FEC Vedruna de Pamplona lidera una metodología de aprendizaje con mejores resultados

La metodología TBL, una apuesta por el aprendizaje activo en el que el 90% del tiempo se trabaja en equipo, conserva el rigor académico y obtiene mejores resultados

Los alumnos de 2º de Bachillerato defienden sus posturas en la clase de Historia de la Filosofía JESÚS GARZARON

Debatir un plomizo jueves de diciembre a las ocho y media de la mañana sobre las virtudes teologales de Santo Tomás puede parecer demasiado árido. Y más cuando los oradores no llegan a los 18 años. Un esfuerzo intelectual cuando las neuronas apenas se han despertado aún. Salvo que se le dé la vuelta, claro. 

Porque ese trabajo de comparación con la filosofía de Aristóteles y Platón ya se ha hecho antes en casa, al calor del hogar, y lo que toca ahora es ponerlo en común con los compañeros. 

Empaparse de sus argumentos y tratar de llegar a conclusiones acertadas juntos. Así lo hacen los alumnos de 2º de Bachillerato del Colegio FEC Vedruna de Pamplona y les funciona. Debaten. Comparten. Piensan. Argumentan. Y toman decisiones que les permiten distinguir entre lo trascendente y lo inmanente. Por ejemplo. 

Y todo bajo la atenta mirada de su profesor e impulsor de esa metodología de aprendizaje. Óscar Urmeneta Maestu. Se llama TBL y ha venido a Navarra para apostar por el pensamiento crítico del alumno.

Cuando desembarcó en el antiguo colegio Carmelitas, Urmeneta, ahora con 52 años, era un profesor de Historia de la Filosofía veinteañero que apenas superaba en media docena de años a sus alumnas. Allí les enseñó con pasión y llegó a dirigir el centro durante muchos años. 

Fue después de dejar el cargo cuando el profesor pudo liberar parte de su tiempo y buscar una nueva pedagogía que motivase y abriese más el campo mental de sus estudiantes. La encontró en Estados Unidos, en el 'Team Bassed Learning' (Aprendizaje basado en equipos) TBL.

“La razón del cambio no era resultadista, porque en el centro los alumnos obtenían resultados brillantes en la EvAU. Estaba muy contento con su rendimiento, pero no con la metodología, porque es un fraude dedicar dos años completos de la formación de los alumnos a preparar la EvAU. Estaba muy insatisfecho con la experiencia de aprendizaje que tenía el estudiante, donde la forma tradicional era muy pobre. Tuve la suerte de trabajar para el comité de dirección de FEC (Fundación Educación Católica, organización a la que pertenece Vedruna) y pude dedicar un año a investigar alguna metodología que viniese desde arriba e introdujese el aprendizaje activo y colaborativo en Bachillerato”, comienza.

EL 90%  DEL TRABAJO ES COLECTIVO

TBL surgió en EEUU hace 40 años. La inventó Larry Michaelson, viene de la universidad y si la sigues bien tiene la virtud de que “garantiza aprendizaje activo sin sacrificar un ápice de rigor conceptual y académico”.

Asegura que en las clases tradicionales la discusión, reflexión y argumentación han quedado relegadas al mínimo. En cambio, éstas forman la columna vertebral del TBL. De hecho, de un bloque de 4 horas, sólo los primeros diez minutos son de trabajo individual.

Siguiendo la metodología de Michaelson, el TBL presenta una secuencia de pasos que asegura que el alumno asista, llegue con el material trabajado y dedique el 90% del tiempo a la discusión. Urmeneta prepara así sus clases por módulos. En castellano y en inglés. Cada uno enfocado a la resolución de problemas reales. Aporta el material una semana antes para que los bachilleres lo trabajen de forma previa en sus casas durante 90 minutos. 

Después, ya en el aula, llega el momento de evaluarlo: un test individual de 10 minutos, que se repite inmediatamente después en grupos de 5 alumnos y en el que se consensúan las respuestas de forma argumentada. 

Y después llegan las actividades de aplicación, el verdadero debate y la clave de esta metodología activa y colaborativa. Tarjetones a mano alzada, los grupos tienen la oportunidad de ganar puntos independientemente de la opción elegida. Sólo deben argumentarlo bien. Porque se evalúa todo el trabajo que se hace, en casa y en el aula.

Alumnos de FEC Vedruna levantan tarjetones con sus respuestas en la clase de Filosofía JESÚS GARZARON

EVALUACIÓN ENTRE IGUALES

Y es aquí donde llega una de las innovaciones de esta metodología. Para evitar que el alumno menos aplicado trabaje menos y se escude en el esfuerzo de su grupo, al final del proceso se da una evaluación entre iguales. El docente otorga un número de puntos para que cada equipo de 5 los reparta entre ellos en función de cómo creen que han trabajado. De forma 'online' y anónima. Y siempre con el profesor con la última palabra para validar esas notas y evitar posibles arbitrariedades. Con todas esas puntuaciones, más las notas de los test individuales, los colectivos y de las actividades, y el examen final (orientado a la EvAU), el docente establece la nota media. Es una evaluación continua. ¿Y qué piensan los alumnos?: “Yo los veo felices. Como ellos mismos dicen, con el TBL ven que lo que hacen en el aula les renta, les sirve. Y yo veo que aprenden más”.

Pese a contar con décadas de rodaje, el TBL apenas se ha empleado en Europa y nada en España, donde Urmeneta se convirtió en pionero. Tras formarse como 'Trainer Consultant', el docente de FEC Vedruna adoptó la metodología en su aula en un año. Dice que fue durísimo, pues requiere un cambio total de forma de enseñar y exige más trabajo. Por ello, lo que él adaptó en un año lo fomenta ahora en 8, para que el cambio sea menos abrupto. “La clave está en saber qué quieres que el alumnado sepa hacer con lo que ha aprendido al final de la unidad. No vale con que conozca, sino que sepa solucionar problemas con ese conocimiento. Así creas las actividades de aplicación que les van a obligar en el aula a desarrollar esa habilidad colaborativamente. Esto cambia el chip. Es lo contrario a lo que hacíamos antes. Sin embargo, con lo que he aprendido y practicado estos años, jamás volvería atrás a como enseñaba antes. Pero mi objetivo no es sustituir la enseñanza tradicional, sino complementarla, porque el TBL se puede aplicar de muchas maneras. Es dar un recurso al docente, una herramienta, para que haga las cosas de forma diferente”, confiesa.

TBL ha llamado la atención en Europa y la Universidad de Oxford

En todo este proceso, hay un lugar clave para Óscar Urmeneta: la Universidad de Oxford. Allí fue a hacer un máster de tres años que buscaba evidencias de que esta metodología era factible para Bachillerato. Las encontró de forma científica y vio que también servía para introducir aprendizaje activo en los ciclos formativos de FP. Lo hizo tras pilotarlo en doce colegios de la institución y con la ayuda de una veintena de profesores de quince asignaturas distintas.

El siguiente paso fue crear en FEC un programa de desarrollo profesional del profesorado. Ofrece formarse en TBL durante dos años de forma presencial y online en la que el docente desarrolla una unidad TBL. Después aporta otros dos años de mentorización en los que esas unidades suben a seis. En este menento los centros FEC cuentan con 115 docentes de 11 colegios trabajando la metodología, una decena de ellos en Pamplona.

Óscar Urmeneta da una explicación en su clase en FEC Vedruna JESÚS GARZARON

Llamó la atención en Europa y se presentó un proyecto Erasmus+ para replicarse a nivel internacional. Se llama Talent y con el liderazgo de Óscar Urmeneta implicó a profesores de Irlanda, Reino Unido, Holanda y España. Acaba de presentar sus resultados en Madrid. Becado por Oxford, el profesor pamplonés cursa allí el tercer año del doctorado para investigar en qué medida el TBL es eficaz para provocar un cambio educativo. Asegura que pese al gran esfuerzo económico que le supone (la beca cubre la estancia pero no la matrícula) lo que está descubriendo es tan potente que transforma la forma de enseñar. Es innovación mundial. Y las conclusiones las mostrará su tesis doctoral.

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