Rutas con niños por Navarra: Cascada del Cubo, un tesoro en la Selva de Irati
Sentirse atrapados por un bosque de grandes dimensiones; observar cómo se precipita un río, escalón a escalón, formando una preciosa cascada o descubrir un parque infantil de arena, troncos y cuerdas son algunas de las experiencias que esperan a los más pequeños en la Selva de Irati
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Sentirse atrapados por un bosque de grandes dimensiones; observar cómo se precipita un río, escalón a escalón, formando una preciosa cascada o descubrir un parque infantil de arena, troncos y cuerdas son algunas de las experiencias que esperan a los más pequeños en la Selva de Irati
<div class="destacado_100">Datos prácticos</div>
Punto de inico: Casas de Irati (Ochagavía)
Tipo de sendero: ida y vuelta
Longitud: 2,6
Desnivel: 80 m
Este bellísimo hayedo-abetal, el segundo más extenso de Europa, es un rincón imprescindible de nuestro patrimonio natural. Y la sencilla excursión que lleva hasta la Cascada del Cubo, la opción ideal para iniciar a los más pequeños en las muchas posibilidades de senderismo que ofrece este inmenso bosque.
Desde Ochagavía, tomamos la carretera que lleva hasta las Casas de Irati, donde encontraremos una zona de aparcamiento. Recuerda que, si te alojas en la zona o has realizado alguna compra en los establecimientos de los valles de Aezkoa o Salazar, te harán un descuento en el precio de este parking.
Ahora que todavía no hemos gastado energías, merece la pena subir los escalones que, en apenas 100 metros, nos lleva hasta la ermita de la Virgen de la Nieves. Un lugar perfecto para sacar la cámara de fotos y retratar este sencillo pero bello edificio de estampa blanca, todo un símbolo del parque.
Cruzamos un pequeño puente de madera y nos acercamos a la caseta de información, donde nos facilitarán un mapa de la zona. En nuestro caso, tomamos el sendero que marca Itsuosin-Cascada del Cubo.
El camino, amplio y claro, nos adentra en el bosque y resulta muy agradable durante el verano. Iremos atentos al lado derecho del camino, donde un poste señala la bajada hacia la cascada.
A partir de aquí, depende de la pericia de mayores y pequeños para acercarse más o menos hasta la caída de agua. Ya sea más alejados o arrimados al curso del río, la experiencia merecerá la pena.
El camino de regreso se realiza por el mismo lugar por el que hemos venido. Una excursión de apenas una hora que podemos completar con otras muchas opciones si los niños son más mayores (consultar en la caseta de información).
¿Y DESPUÉS?
A nuestro regreso, podemos hacer una parada en el bar-restaurante de Casas de Irati, cercano al parking. Un lugar muy tranquilo, en medio de la naturaleza, en el que podemos disfrutar desde un sencillo bocadillo a menús más elaborados. Frente al edificio, además, hay un original parque de troncos, arena y cuerdas, en el que los niños pueden pasar un rato divertido. También merece la pena parar en Ochagavía. Allí, además de callejear por sus calles y puentes empedrados, encontraremos un Centro de Interpretación de la Naturaleza con elementos interactivos que harán disfrutar a los pequeños.
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