Construcción: faltan albañiles, encofradores y personal de oficios en Navarra
El auge de la rehabilitación de vivienda ha elevado la demanda de profesionales y cada vez hay más extranjeros en las cuadrillas de gremios
- Diana de Miguel
De los 18.000 trabajadores que emplea de forma directa el sector de la construcción en Navarra, sólo el 8% tienen menos de 25 años. Un dato cuando menos elocuente de la falta de relevo generacional que aqueja al sector derivada en buena medida de la crisis de 2008. “Hubo mucha gente que tras salir del sector encontró acomodo en otros como por ejemplo la industria y no ha vuelto”, asegura Juan Las Navas, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Navarra. “La crisis pasó factura en puestos profesionales. El sector dejó de ser un mercado atractivo y muchos estudios relacionados con la obra desaparecieron. Eso tardas años en recuperarlo”, apunta Iñigo Erro, gerente de construcciones Erro y Eugui y presidente de la nueva asociación navarra para la Industrialización del Sector de la Construcción.
Hoy las empresas coinciden en que falta mano de obra, cualificada y no cualificada. También, en que los más jóvenes ni se acercan, a pesar de que los salarios que se pagan en construcción son en promedio superiores, hasta en un 30%, al salario mínimo interprofesional. Esgrimen desde la dureza del trabajo a la siniestralidad.
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El último sondeo realizado en febrero por la Confederación Empresarial Navarra (CEN) entre sus asociados arrojó hasta 270 puestos sin cubrir, una cifra que a pocas semanas de concluir el año sería ya, según las fuentes consultadas, bastante superior. “Faltan sobre todo encofradores y albañiles”, perfiles, remarca Las Navas que requieren “saber y tener una experiencia”. “Los edificios son tecnológicamente mucho más complicados que antes y formar al personal no se hace de un día para otro. Ni poner ladrillos ni hacer una instalación eléctrica o de fontanería es sencillo. Es más fácil enseñar a coger espárragos. En el SNE no creo que haya mucha gente apuntada para ser albañil”. Juan La Navas dice que aprender esos perfiles requiere una formación, “no sé si de años pero sí seria y sobre todo ganas de trabajar. Formar masivamente a gente no creo que sea fácil”. El desinterés del trabajador local por acceder al sector explica el peso de los trabajadores extranjeros en las cuadrillas de oficios, cada vez mayor. “Es la única forma de atender las necesidades de los diferentes gremios”. Aseguran en el sector que las cuadrillas de autónomos se sienten ahora más cómodas en la rehabilitación donde las condiciones son diferentes y las empresas pueden obtener mejores márgenes a la hora de colocar sus productos que en la obra nueva, donde la competencia es mayor. Trabajo no les falta. Enlazan una obra tras otra -la rotación es menor tras la reforma laboral- en un mercado cada vez más repartido por gremios y nacionalidades. Encofradores de Portugal, albañilería y pladur de Centroeuropa y azulejo de Pakistán, entre otros.
Para Las Navas la solución a la falta de trabajadores pasa por acelerar el cambio hacia un nuevo sistema constructivo donde una parte importante será la industrialización y la digitalización y permitirá recuperar el atractivo para las nuevas generaciones. “Será una mano de obra diferente, cualificada”. Admite que mientras ese cambio llega habrá que seguir formando a gente. “No es fácil, pero hay que hacerlo porque las empresas necesitan gente ahora”.
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