Azucena Díez, psiquiatra: "Los intentos de suicidio han subido un 122% en tres años"
Que quien avisa de que se va a quitar la vida no lo hace es un ‘falso mito’ y familias y educadores deben estar atentos a palabras y comportamientos
- Sonsoles Echavarren
Por la consulta de Azucena Díez Suárez pasan a diario niños y adolescentes con trastornos mentales más o menos graves y malestares emocionales. “Es importante diferenciar ambos casos. Los primeros son enfermedades que afectan a todos los ámbitos de la persona (depresión, anorexia, ansiedad, obsesiones...) y los segundos suponen un sufrimiento generado por alguna circunstancia (el duelo por la muerte de un familiar, una ruptura de pareja, emigrar a otro país...) Psiquiatra infantil y de adolescentes en la Clínica Universidad de Navarra (CUN), Azucena Díez (Gijón, 1974) repasa en estas líneas la salud mental de los menores en los últimos tres años.
Comencemos por los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como anorexia, bulimia... que se dispararon en el confinamiento. ¿Cuál es la situación actual?
El número de casos ha aumentado un 25% pero no son tan graves como en la postpandemia. Ahora suelen ir ligados a la adicción al deporte (vigorexia). Sobre todo, de chicas que juegan en la ‘selección oficial de su propio cuerpo’ y se agobian si faltan al gimnasio.
¿A qué edad suelen desatarse este tipo de conductas?
A los 14 o 18 años. En el primer caso, es por los cambios hormonales de la pubertad y el compararse con las demás chicas. Y en el segundo, por el tránsito a la vida adulta, la separación de la familia, la toma de decisiones importantes (empezar la universidad, irse a estudiar a otra ciudad...)
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Se persiguen cuerpos delgados...
Pero el ideal de belleza no es el mismo que hace unos años. Ahora, las chicas, por la influencia de la cantante Rosalía o de los personajes femeninos que aparecen en el videojuego del Fornite, buscan cuerpos imposibles: delgados pero con pecho y trasero. Físicos que no son posibles.
¿Y qué ocurre con la ansiedad?
Los menores más ansiosos con respecto a los amigos o al colegio me confesaron que el confinamiento había sido la época más feliz de su vida. ¿Terrible, no? A muchos les costó salir por la presión académica y a otros, quitarse la mascarilla. Con ella se escondían y sin ella, aseguraban, se sentían desnudos. Estamos ante una generación de adolescentes que preocupa. Según los últimos estudios, uno de cada tres podría vivir sin salir de casa si sus padres no les obligaran. Buscan refugio en las pantallas y muchos tienen ansiedad social.
¿Qué deben hacer los padres?
Invitarles a salir, a quedar con amigos, a hacer deporte... Algunos apuestan por ello pero a otros no les parece mal que se queden en casa porque creen que así no se meten en líos. ¡Cómo si Internet no tuviera peligro! Además, la vida sedentaria lleva a una alimentación de productos procesados, precocinados... Y hay estudios que demuestran que no llevar una dieta mediterránea es un factor de riesgo para la depresión. Es decir, de la ansiedad es fácil pasar a la depresión, siempre que haya una vulnerabilidad genética. Si no, no.
UN DRAMA SOCIAL
La depresión, palabras mayores...
Es un drama sociológico porque consiste en una enfermedad que cursa con brotes a lo largo de la vida. Y supone la principal causa de baja laboral y de incapacidad. Porque los adolescentes con depresión de hoy serán los adultos del futuro. No cuidar la salud mental de los menores no solo repercute en ellos sino que tiene consecuencias tremendas de tipo psicosocial y socioeconómico.
¿Cómo valora la atención de la salud mental en nuestro país?
Todo lo que se refiere a la psiquiatría infantil es bastante mejorable. Por primera vez, han salido plazas en el MIR para esta especialidad. ¡Solo veinte en toda España! Y no existe un plan nacional de prevención del suicidio.
Un tema que sigue siendo tabú...
Y eso que, según datos de las urgencias de toda España, los intentos de suicidio en menores de 15 años se han incrementado un 122% desde 2020. Han subido un 53% entre los 15 y los 19 años. ¿El perfil? El de una chica de entre 12 y 17, inmigrante, que ha sufrido abusos sexuales. Otro dato: entre el 15% y el 20% de los menores de 18 años se ha autolesionado alguna vez. Aseguran que el dolor interno que sienten es menor, al lado del físico que se ocasionan.
¿Qué signos de alarma deben hacer sospechar a los padres?
Que dejen de hacer casi todo lo que antes hacían es un síntoma de ansiedad o depresión. Que verbalicen que no quieren vivir, una situación alarmante para consultar. Los menores necesitan hablar en confianza, sin ser juzgados y en un espacio seguro. Y no todos los padres están disponibles. Trocear la comida, beber mucha agua, practicar deporte en exceso, esconderse en el baño... son claros signos de alerta de que se puede tener un trastorno de conducta alimentaria.
Pediatra y psiquiatra: Azucena Díez Suárez (Gijón, 1974) es licenciada en Medicina por la Universidad de Navarra, se especializó como pediatra y trabajó en centros de salud. Interesada por el mundo de la medicina psicosocial, se presentó de nuevo al MIR para obtener una nueva especialidad: psiquiatría, que ejerce en la CUN. Casada con el vizcaíno Valeri Ruiz, cardiólogo hemodinamista en el Hospital Universitario de Navarra, son padres de dos hijos: Mario (15 años) y Telmo (10).
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