Uno de cada cuatro abuelos cuida de sus nietos a diario cerca de siete horas
Los expertos coinciden en que la ayuda debe ser ‘totalmente voluntaria’
- Sonsoles Echavarren
Las natillas que hacía la abuela o las excursiones para pescar en el río con el abuelo. Los abrazos, las canciones o las cenas de Nochebuenas en su casa son algunos de esos recuerdos que no se borran jamás de nuestras mentes. Ni aunque nos hagamos mayores y tengamos hijos. O incluso nietos. Psicólogos, geriatras y trabajadores sociales coinciden en que el papel que desempeñan las personas mayores en todas las culturas es el del “cuidado y crianza de los niños”. De hecho, en Europa y según datos de un estudio internacional, uno de cada cuatro abuelos cuida a diario de sus nietos. Y lo hace alrededor de siete horas al día, según una encuesta anual que se lleva a cabo entre más de 300.000 mayores de 50 años en veinte países de la UE. La relación entre abuelos y nietos, siguen los expertos, es “un regalo”, “un bálsamo” y una “fuente de energía”. Pero la ayuda familiar que prestan, insisten, debe ofrecerse de forma “totalmente voluntaria” y las personas mayores deben seguir con “su vida, sus amigos y distracciones”. Y no han de estar, como critica el economista Leopoldo Abadía en su último libro Abuelos al borde de un ataque de nervios, “para cambiar pañales mientras los hijos se van a esquiar”. En Navarra, como en el resto de España, la esperanza de vida se ha duplicado en las últimas cuatro generaciones: y ha pasado de los 40 años a comienzos del siglo XX a los 80 actuales.
El geriatra Joaquín Baleztena Gurrea, director del centro residencial de la Clínica Universidad de Navarra, explica las diferencias que existen dentro de la “mal llamada tercera edad”. Y divide a los mayores de 65 años en tres grupos: los adultos mayores (entre 65 y 75), las personas de edad avanzada (entre 75 y 85) y los de edad muy avanzada (mayores de 85). “Pero la edad no es más que una cifra. Puede haber personas de 90 años que lleven una vida activa y otras de 70, enfermas o con un deterioro que las haga ser dependientes”. En su opinión, el envejecimiento es “una gran oportunidad” que antes no existía y, recalca, se debe buscar un “envejecimiento activo y saludable”.
LOS NIETOS, UNA TERAPIA
A este respecto, destaca la relación de los abuelos con los nietos, “una de las terapias mejores que pueden recibir las personas de edad”. Una opinión similar la comparte el psicólogo clínico Santiago Garde, especialista en relaciones intergeneracionales. “El cuidado de los nietos no es un fenómeno de estos tiempos de crisis. En el pasado, hemos vivido tres y cuatro generaciones juntas en la misma casa”. Lo que también corrobora la vicepresidenta de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología y profesora jubilada de Trabajo Social en la UPNA, Camino Oslé Guerendiáin. “La figura de los abuelos fue y sigue siendo importante en la familia. A veces, posibilitan la conciliación laboral y ayudan con sus pensiones a la supervivencia de sus hijos por los estragos de la crisis en ciertos grupos sociales”.
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Caminó Oslé insiste en que “tener la suerte” de contar con un “abuelo estupendo” y una “abuela fantástica” es un regalo. “Aportan, enseñan y quieren. Y un niño querido maneja mejor sus afectos y su autoestima”. Algo que también cuenta el geriatra Joaquín Baleztena. “Cuando a un abuelo le viene a visitar su nieto se le cambia la cara. La relación entre personas de los dos extremos de la vida es casi mágica. Se crean unos vínculos afectivos que antes no eran tan frecuentes porque los niños no llegaban a conocer a sus abuelos”.
Oslé recuerda que los padres no deben abusar de los abuelos. “Estar jubilado no significa que no tengamos nada que hacer. Tenemos nuestras actividades y mucho que aprender en la vejez. Es una buena etapa si se vive con plenitud y hay que ocuparse”.
Sobre los mayores que viven en residencias, Baleztena incide en que las visitas de nietos y biznietos les llenan de alegría. “Nuestro reto es fomentar este contacto entre generaciones que ha demostrado tantos beneficios mutuos” y recuerda que existen “campamentos” de día de abuelos y nietos que hacen actividades juntos. “En las habitaciones de los mayores, a veces, hay fotos de sus padres, sus esposos, hijos... Pero lo que nunca falta, cuando los tienen, son retratos de nietos y biznietos”. Unos niños que recordarán las natillas o las excursiones al río para pescar.
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