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Qué ver en Pamplona: 5 monumentos imprescindibles

Estos son los cinco rincones de Pamplona que no debes perderte si te acercas a conocer la capital navarra

Detalle del claustro de la catedral de Pamplona

Pamplona no es una ciudad monumental con mayúsculas. Su encanto reside en el equilibrio entre sus calles antiguas y sus jardines, su ambiente bullicioso alrededor de esa gastronomía en miniatura que son los ‘pintxos’ y la evocación en sus rincones de las fiestas internacionales de San Fermín.

Es una ciudad cómoda, para recorrer a pie con pausa y perderse por un casco antiguo de traza medieval y fachadas pintadas de miles de colores. Conserva gran parte de las murallas que durante siglos la protegieron de invasiones varias. Un paseo por el anillo interior ofrece unas maravillosas vistas sobre la ciudad extramuros, el corredor verde del río Arga y las montañas que rodean la capital por sus cuatro costados.

Pero si eres de los que disfrutan de la visita a espacios monumentales, Pamplona también tiene mucho que ofrecer. Estos son los cinco imprescindibles que hemos elegido para una visita perfecta a la capital.

1. CATEDRAL, LA SORPRESA DE OCCIDENS

La Catedral de Pamplona sorprende incluso antes de traspasar sus puertas. La fachada de estilo neoclásico, más propia de la arquitectura civil que de la religiosa, puede engañar al visitante, que al entrar se encontrará con un edificio de perfecta traza gótica. El claustro, también gótico, es la joya del edificio y está considerado como uno de los mejores ejemplos de este estilo de toda Europa y, sin duda, el mejor del siglo XIV.

Pero, además, la entrada a la Catedral de Pamplona ofrece la oportunidad de visitar una de las mejores muestras expositivas del mundo: Occidens. No en vano, obtuvo el máximo galardón de los Premios Core77 de Nueva York, uno de los reconocimientos más importantes en lo que a espacios de este tipo se refiere. Occidens nos lleva en volandas por una doble senda. Por un lado, conoceremos diferentes espacios del complejo catedralicio, por otro, viajaremos en el tiempo, desde los antiguos pobladores vascos y la época de la Antigua Roma (podremos ver excavaciones de la época) hasta la actualidad. Una exposición que, como apunta en su final, es sobre todo una invitación a reflexionar sobre la civilización occidental.

2. LA ANTIGUA SEDE DE LOS REYES DE PAMPLONA

El paseo por las murallas nos permite descubrir diferentes rincones de gran belleza, como el bucólico rincón del Caballo Blanco o los miradores y baluartes que se reparten en el camino. En ese descubrimiento del lienzo defensivo hay una parada imprescindible: el antiguo Palacio Real de Pamplona, hoy sede del Archivo General de Navarra.

El edificio actual es una moderna revisión del arquitecto Rafael Moneo, que partió de un espacio muy deteriorado a causa del abandono. Sede durante siglos de los Reyes de Navarra, su historia es turbulenta, envuelta de forma continua en una pelea de poderes entre la Iglesia y la realeza navarra.

Hoy, de la construcción más antigua (correspondiente al reinado de Sancho VI el Sabio, a finales del siglo XII), solo queda la cripta abovedada, construida en estilo protogótico y actualmente habilitada como sala de exposiciones. Precisamente su oferta continuada de muestras expositivas es uno de los principales atractivos de este edificio, abierto al público con un amplísimo horario y entrada libre. Pero, además, nada más entrar, junto a su bello patio acristalado, encontraremos una maqueta gigante de madera que nos muestra la Pamplona de 1900. Una auténtica maravilla.

Palacio Real de Pamplona construido por Sancho VI, en la actualidad restaurado como Archivo General de Navarra JOSE CARLOS CORDOVILLA

3. LA CIUDADELA: PIEDRA, ARTE Y NATURALEZA

La Ciudadela es el corazón del recinto amurallado de Pamplona. Ubicado entre el primer Ensanche pamplonés y los nuevos barrios del sur de la capital, es un espacio enorme ajardinado, verdadero pulmón de la ciudad, en el que se conserva esta construcción defensiva que, desde el cielo, muestra su figura estrellada de perfectas líneas. Más concretamente, la Ciudadela tiene forma pentagonal, rematada con baluartes y revellines. 

Se trata de una fortificación renacentista de antiguo uso militar construida entre los siglos XVI y XVII. En su interior encontraremos edificios como el Pabellón de Mixtos, el Horno, la Sala de Armas y el Polvorín. Hoy, muchos de estos edificios sirven para dar vida a la agenda cultural de Pamplona. Además, en los más de 280.000 metros cuadrados de parque de este monumento, podemos encontrar hasta 19 esculturas de autores contemporáneos.

Imagen aérea de Pamplona desde la vertical de la Ciudadela y Vuelta del Castillo. ARCHIVO

4. EL AYUNTAMIENTO, UNA FACHADA INCONFUNDIBLE

Acercarse a Pamplona y emular –sin la presión de los astados– el recorrido del encierro es uno de los imprescindibles para cualquier visitante. Durante el camino, descubriremos la hornacina con la imagen del santo que recibe los cantos antes de inicio de la carrera, parte del vallado (imprescindible foto para los turistas), la famosa curva de la Estafeta o la misma Plaza de Toros. Pero hay un punto donde paran todas las miradas: la plaza del Ayuntamiento, donde luce una fachada cien por cien reconocible gracias al ‘Chupinazo’ con el que dan inicio las fiestas de San Fermín.

Se trata de una fachada de estilo barroco, datada en el siglo XVIII, con profusa decoración que nos entretendrá entre elementos arquitectónicos, forjas y esculturas.  La ubicación de este edificio tiene una bonita historia detrás. Se encuentra exactamente en el lugar indicado para ello por el rey Carlos III en el Privilegio de la Unión de 1423. Hasta esa fecha, Pamplona eran ‘tres ciudades’ enfrentadas entre sí, con sus propias murallas defensivas e iglesias fortaleza. Desde esa fecha, los burgos de San Cernin y San Nicolás y la población de La Navarrería pasarían a ser una única ciudad. Y en el espacio libre que quedaba entre estos tres núcleos, se levantó un único edificio consistorial que uniría a todos los habitantes de aquella antigua Pamplona.

Fachada del Ayuntamiento de Pamplona dn (archivo)

5. EL PALACIO DE NAVARRA

Ubicado en el corazón de la ciudad –mirando a la avenida de Carlos III, la plaza del Castillo y el Paseo de Sarasate– este rotundo edificio de estilo neoclásico es la sede de la Presidencia del Gobierno de Navarra. Al tener vida política, la entrada a este palacio está bastante restringida, pero es posible realizar una visita guiada contactando con el email protocolo @navarra.es y siempre en grupos de un mínimo de 20 personas.

En su interior descubrirás el majestuoso Salón del Trono, donde a día de hoy se siguen realizando numerosos actos institucionales. También podrás visitar el despacho presidencial y otras estancias palaciegas de gran belleza. Entre sus joyas, el retrato de Fernando VII realizado por Goya o el tapiz que representa la famosa batalla de las Navas de Tolosa, íntimamente ligada a la historia de Navarra. 

Visita virtual al Salón del Trono del Palacio de Navarra. CAPTURA

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