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Turismo

Caballo Blanco: dónde está y origen del rincón con más encanto de Pamplona

Esta es la historia de una de las joyas turísticas de la ciudad

El Mesón del Caballo Blanco, un palacete de 1961 CEDIDA-ARCHIVO

Es uno de los rincones más bellos de la ciudad y visita obligada para quien se acerque a Pamplona de turismo. Se encuentra a unos pocos pasos de la Catedral y Plaza de San José, en el corazón del barrio de la Navarrería, origen de los primeros pobladores de la ciudad. Hoy ya no transitan por la zona soldados como antaño. No en vano, era y es el mejor punto defensivo de la ciudad y el más inaccesible de todo el complejo amurallado. También el gremio de los cordeleros dejó su impronta por allí. 

Ahora los turistas y los pamploneses disfrutan del entorno y de las impresionantes vistas de la ciudad al calor de una terraza y un coqueto palacete con aire medieval reconvertido en bar-restaurante, el Mesón del Caballo Blanco. Que nadie espere ver caballos por este singular espacio. El nombre no hace alusión a ningún animal que rondara por la zona. Algunas fuentes apuntan a una posada medieval ubicada en la calle Mayor que llevaba ese título.

En cambio, sí se dejan notar por allí los peregrinos, puesto que el Camino de Santiago pasar muy cerca, por el Portal de Francia. Además, se programan actuaciones al aire libre y muchos conciertos en verano, como los que están previstos para este mes de agosto. Es un lugar con mucha vida. No olvides la ‘chaquetica pamplonesa’: el cierzo es otro de los moradores de esta zona expuesta al viento.

Quizá una de las joyas de este rincón es este edificio con sabor añejo, pero nada más lejos de la realidad. Es de construcción relativamente reciente. Se levantó en 1961 sobre el solar donde los cuerpos de guardia descansaban tras hacer la ronda por las murallas. Se emplearon las piedras y los elementos ornamentales del antiguo palacio de Aguerre, derribado en la calle Nueva del Casco Antiguo de Pamplona para construir el actual Hotel Maisonnave.

Caballo Blanco antigua

Se colocó también aquí entonces la denominada Cruz del Mentidero, de la que solo queda la base y el fuste, es decir, esa pequeña columna cuyo origen nada tiene que ver con el ambiente lúdico actual de la zona. En realidad era una picota, un lugar de ajusticiamiento. Se construyó en 1500 para el lugar denominado ‘el Mentidero’ (confluencia actual de las calles Navarrería, Curia, Calderería y Mañueta), recuerda la web del Ayuntamiento del Pamplona. Un pequeño almacén, a medio camino entre la terraza y el mirador principal de las murallas, era empleado como polvorín y atestigua el pasado militar de esta joya de Pamplona.

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