Mazda3, fórmula mejorada
El compacto japonés recibe una actualización de su motor Skyactiv-X, una mecánica única por el encendido por compresión en una propuesta de gasolina. Ahora aumenta su potencia hasta los 186 CV, y en cambio reduce emisiones y consumos, similares a un diésel
- Iñigo Alzueta
El Mazda3 es uno de los compactos con mayor personalidad del mercado. Su aspecto deportivo, incluso por momentos agresivo, no deja indiferente a nadie. El afilado morro y baja estatura aumentan su atractivo, pero quizá su secreto está en lo que no se ve.
Bajo el capó aloja su mayor virtud: un motor único gracias al encendido por compresión que ya salió al mercado hace un tiempo. Con la denominación Skyactiv-X, la marca japonesa proponía una mecánica gasolina de dos litros y 180 CV, que a la vista de los consumos y emisiones, podría parecer un diésel.
Se basa en el novedoso sistema SPCCI (encendido por compresión controlado por chispa). Un sistema mediante el cual el motor alterna de forma fluida entre la combustión convencional y el encendido por compresión, utilizando una bujía para iniciar ambos tipos de combustión de diferentes maneras. El resultado era un vehículo todavía más eficiente.
Pero Mazda da ahora una vuelta de tuerca a esta mecánica y la afina un poco más. Lo mejor de esta actualización es que el motor presenta ahora más nervio, algo más de empuje a medio régimen, ya que era demasiado suave en pro de la eficiencia. Suma 6 CV más y el par máximo es de 240 Nm, 16 Nm más. Pero curiosamente no penaliza su eficiencia. Reduce el consumo de combustible en medio litro/100 kilómetros, al igual que las emisiones de CO2, tan solo de 114 gramos/kilómetro para un vehículo de su potencia. Diferentes optimizaciones técnicas y actualizaciones de software lo han hecho posible. Que ha nadie sorprenda que logre consumos medios por encima de 6 litros/100 kilómetros, una buena cifra.
Esta mecánica también se comparte en otro modelo de la marca, el SUV CX-30. Ambos vehículos, con esta motorización, se benefician de las ventajas de la etiqueta ECO que otorga la DGT gracias al sistema de microhibridación.
Al margen de ello, el Mazda3 que nos ocupa da la talla en todos los sentidos. Presenta un comportamiento ágil, un evidente tacto deportivo y una sólida ‘pisada’. Transmite en este sentido mucha sensación de seguridad. La dirección es muy precisa y guía a este japonés con acierto. El confort también se ha cuidado, con un adecuado trabajo en la insonorización. Por contra, su baja estatura puede condicionar su acceso. La plaza trasera central y el espacio para las piernas pueden verse condicionados si los pasajeros son altos.
Te puede interesar
Te puede interesar
Te puede interesar
Te puede interesar
El Mazda3 es uno de los compactos con mayor personalidad del mercado. Su aspecto deportivo, incluso por momentos agresivo, no deja indiferente a nadie. El afilado morro y baja estatura aumentan su atractivo, pero quizá su secreto está en lo que no se
Diario de Navarra
- Web + app (0,27€ al día)
- Versión PDF
- Periódico en papel