Alfredo Morales (UGT): “El montaje de las baterías lo debe hacer personal de VW”
- Carlos Lipúzcoa
Como máximo representante de UGT en la fábrica, Alfredo Morales Vidarte tiene ante sí el reto de revalidar el resultado histórico logrado en 2019, que llevó al sindicato a lograr doce representantes en el comité. Muchas de las expectativas que les auparon no han podido cumplirse debido a las difíciles circunstancias que han rodeado al sector del automóvil, como la pandemia, la falta de piezas, la inflación y la guerra de Ucrania. Con todo, Morales confía en que la plantilla valore que Landaben que el convenio vigente ha servido de “paraguas” para proteger el empleo. “Algún día hemos pinchado evidentemente, pero aquí hemos cerrado muy poco si comparamos con el resto de fábricas”, explica.
Considera esencial lograr que el contrato de relevo en sus actuales condiciones “se quede con carácter definitivo” para afrontar el necesario rejuvenecimiento de la empresa. Esa es una de las partes fundamentales del ámbito social en el pacto por el futuro que actualmente se está negociando con la dirección de Volkswagen Navarra. El líder de UGT también incluye aquí un importante capítulo de formación de cara al coche eléctrico, lo que debería servir para amortiguar el bache en la producción que se prevé para 2025 y 2026. Y una vez garantizada la asignación de coches de baterías, el pacto por el futuro tendrá que asegurar un volumen de producción por encima de los 350.000 coches para garantizar la empleabilidad de la fábrica y del parque de proveedores. “El grupo tiene que ser justo con lo que hemos hecho, lo que significa que nos corresponden más de 350.000 coches”, recuerda. Y para ello también señala que la Administración tendrá que jugar “un papel importante de exigencia al grupo” tras la concesión de cuantiosas ayudas públicas.
Según calcula, la empresa “entrará” a negociar los volúmenes de producción a partir de abril, que es cuando se anunciará la ronda de planificación para los 10 próximos años, y confía en llegar a un acuerdo antes del verano. Morales es consciente que la negociación del pacto por el futuro, que sentará la base del X convenio colectivo, “vendrá aparejado con peticiones de la dirección de la empresa” y que la parte social tendrá que alcanzar compromisos para conjugar “ambos intereses”. También están trabajando “de manera muy intensa” para lograr que el montaje de celdas de batería, que supondría unos 300 puestos de trabajo, no solo se haga dentro del recinto de la fábrica, sino que lo realice “personal de Volkswagen”.
Lamenta que todavía no esté claro el estatus que Volkswagen Navarra tendrá en la nueva estructura del grupo para la península ibérica. Admite que ello podrá afectar a las negociaciones con la empresa, ya que el tira y afloja sobre volúmenes de producción no solo estará condicionado por el mercado, como hasta ahora, sino también por “la competición de otra fábrica”. Es por ello que pide unas reglas de juego claras e iguales para todos.
Elegido en octubre de 2021 como líder de CC OO en Volkswagen Navarra, Carlos Zalduendo Arróniz afronta sus primeras elecciones sindicales como cabeza de cartel. Pese a una larga trayectoria sindical en segundo plano y en el comité desde 2015, admite que pasar a primera línea ha supuesto una mayor carga de responsabilidad. “Hay muchos puntos que no son fáciles de explicar a la plantilla, como la falta de piezas”, reconoce. El rejuvenecimiento de la plantilla es otro punto clave para estabilizar al plantilla, un asunto para el que Zalduendo admite que siguen esperando “si el gobierno le da otra vez una mayor continuidad” al contrato de relevo con condiciones ventajosas. La transición al coche eléctrico también están en la agenda y Zalduendo explica que ya se está trabajando para que la fábrica “esté dispuesta”, aunque admite que hay “muchas cosas todavía sin cerrar”. Por ejemplo, destaca la importancia de la nueva normativa Euro 7, que si se flexibiliza “podría alargar la vida de los motores de combustión”.
El líder de CC OO reconoce que las anteriores elecciones se celebraron con un preacuerdo de convenio “ambicioso” y buenas perspectivas de producción. Un contexto muy diferente al actual que Zalduendo espera que no tenga gran influencia sobre los electores, dado que las complicaciones son consecuencia de elementos de escala mundial ajenos a la fábrica, como la pandemia o la escasez de semiconductores: “Somos una de las plantas que mejor ha pasado esta crisis”. Otra de las metas para los próximos cuatro años pasa por la conversión de eventuales en fijos.
La otra pata del futuro acuerdo con la dirección de la planta será la parte industrial, algo para lo que reclama “mayor información por parte de la dirección”. “¿Qué volúmenes se van a traer? ¿Cómo se va a afrontar la transición hasta el coche eléctrico y el previsible bache en la producción? Si sigue la demanda de coches de combustión, ese bache puede atenuarse”, razona. Admite que existe una preocupación por el liderazgo que el grupo está dando a Martorell sobre Landaben. No obstante, si esa nueva estrategia de regionalización se traduce en una mejora de la competitivdad por la vía del ahorro de costes, destaca que puede ser “positiva” al hacer más asequibles los coches eléctricos. En cualquier caso, confía en que se acabará imponiendo la competitividad de la planta navarra “en todos los ámbitos, desde las áreas técnicas hasta la mano de obra”.
Con el objetivo de consolidar la posición como tercera fuerza en Volkswagen Navarra, ELA confía en cosechar el trabajo realizado en los últimos años, según explica su cabeza de lista, Igor Peñalver Primo. “Intentamos darle formalidad al mundo sindical. Seguimos trabajando en la cadena junto al resto de compañeros resolviendo los problemas del día a día. Hemos ido capaces de hacerle reflexionar a la dirección cuando se le se le ha ido la mano y hemos demostrado que podemos llegar a acuerdos como los calendarios o el tercer modelo”, destaca. En un momento de transformación hacia los coches eléctricos, se queja de la escasa información de la dirección. Peñalver también reconoce que hay preocupación por el elevado absentismo, algo que achaca al envejecimiento de la plantilla, las cargas de trabajo “saturadas” y el breve lapso que queda para recuperarse entre coche y coche. Espera que la actual fórmula del contrato de relevo siga vigente, aunque también considera que la empresa es la que más se beneficia con el ahorro en costes de personal que le supone. Respecto a la subordinación a Seat, critica la ausencia de comunicación por parte de la empresa, que se limita a señalar que así se centralizarán todas las peticiones de piezas en la península ibérica.
Le sorprende que la dirección vaya “a rebufo” en las negociaciones del pacto por el futuro, en cuyas conversaciones solo habla de “aumentar la productividad y reducir el absentismo”. Gracias a la producción al unísono coches de combustión y eléctricos, Peñalver espera que haya volumen de trabajo suficiente para toda la plantilla y pide que los fondos europeos sirvan para formar a los trabajadores en las nuevas tecnologías. En cuanto a automatización, sugiere que se oriente a sustituir “los procesos más lesivos”. Para combatir el absentismo, pide ir a las causas que lo generan: “Hemos pedido que se revierta a lo público, pero la empresa no contesta pese al fracaso que ha supuesto la mutua”. Pide mayor transparencia en las promociones y los ascensos, un tema “oscuro” al igual que en los eventuales, que deberían pasar a fijos “por antigüedad”.
La falta de información hacia la plantilla es la principal inquietud que destaca el principal representante de LAB a las elecciones sindicales en Volkswagen Navarra, Raúl Portillo Alzueta. “Todo el mundo habla de electrificación, pero nadie de la empresa está dando plazos o la plataforma que viene. Tampoco sabemos si se empezará por primero por el Skoda o el Volkswagen. Teóricamente vamos a fabricar dos eléctricos, pero nadie de la dirección lo ha confirmado”, se queja. La ausencia de concreción afecta, a su juicio, a la posibilidad de cerrar un acuerdo sobre el futuro de la planta y reclama que la plantilla lo que necesita ahora es “estabilidad”.
Otra de las preocupaciones de las que se hace eco Portillo es el temor a que los coches eléctricos, al tener menos piezas, reduzcan la necesidad de personal. “No es tanto den menos trabajo como que se externalicen trabajos. El responsable de recursos humanos trasladó a la plantilla que no iba a haber ninguna merma de personal, pero eso nos gustaría que lo dijera también ante el comité de empresa”, reclama. El absentismo ha sido también uno de los caballos de batalla de LAB, que recuerda que la introducción de la mutua no ha supuesto ninguna mejoría en ese aspecto y los datos “van a peor”. “Hacen falta inversiones en exoesqueletos y bandas de acompañamiento en las fases con mayor penosidad, todo ello acompañado de un menor ritmo de la cadena”, plantea además de devolver las contingencias comunes al ámbito público.
Portillo dice que LAB llega a las elecciones con el objetivo de recuperar el representante que perdieron en los últimos comicios. Para ello, el sindicato se presentará en tanto en el colegio técnico como en el obrero. En cuanto a las sinergias con Seat, este candidato pide la letra ‘e’ de antigüedad, un nivel más del que ahora tiene la plantilla de Volkswagen Navarra y del que disfrutan en Martorell. Y también quiere la categoría segunda. Por último, propone el reparto del empleo mediante una reducción de la jornada semanal a 32 horas. En cuanto al aumento de la presencia femenina en la fábrica, Portillo afirma que el objetivo de LAB sería la paridad, pero reconoce “a día de hoy no es factible”.
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