Rumina Dimitrova, dueña de la cafetería Índalo de Tudela y víctima de cuatro robos: "Lo peor es la sensación de impunidad que te queda"

Rumina Dimitrova, propietaria de la cafetería Índalo de Tudela, atendía durante la mañana de este jueves a sus clientes con el cansancio acumulado tras una larga noche. Por quinta vez en los últimos 7 meses su negocio, situado en la intersección de las céntricas calles Andrés de Sola y Aranaz y Vides, había sido escenario de un robo. O, mejor dicho, de un intento, ya que esta vez el ladrón fue detenido in fraganti por Policía Nacional y Municipal.

El primero de los robos, en el que también fue detenido su autor, tuvo lugar el 8 de julio de 2022. Hasta entonces, y tras 9 años al frente de su negocio, nunca antes había tenido que enfrentarse a algo así. Todo indicaba que aquel suceso era algo aislado. Pero no, ya que desde finales de enero y hasta la noche del miércoles a jueves, la cafetería de Dimitrova ha sido objeto de hasta 4 asaltos más.

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Esta alarmante repetición en los robos en tan corto espacio de tiempo hizo que la Policía Nacional propusiera a Dimitrova tender una especie de ‘emboscada’ al ladrón para la citada noche del miércoles al jueves. “Habíamos quedado en las inmediaciones de la cafetería a medianoche para vigilar el local desde fuera y esperar la posible llegada del ladrón. Pero a las 23.30 h., cuando aún estaba en casa, vi que la cámara de vigilancia se había desconectado. Fui a la cafetería, vi que uno de los cristales de la entrada estaba roto, y que había alguien dentro. Me escondí detrás de una furgoneta y llamé a la Policía. Los agentes llegaron, entraron al local, y detuvieron al ladrón”, relató Dimitrova, natural de Bulgaria y residente en Tudela desde 2005.

Según comentó la hostelera, el asaltante era un joven que había acudido en varias ocasiones a su local a tomar café, “quizás con la intención de estudiar el lugar”. “Al igual que en otros robos, este último asaltante ha entrado rompiendo el mismo cristal. Lo mejor es que el cristalero que me lo repone ya tiene las medidas de los robos anteriores y puede hacer el cambio muy rápido”, bromeó Dimitrova poniendo buena cara a una situación que, como admite, “es descorazonadora”.

“Todos los días abro a las 8 de la mañana y no cierro hasta las 21.30 horas de la noche. Solo quiero poder ganar con mi trabajo un sueldo que sirva para cuidar a mis dos hijas..., pero tener que hacer frente a una serie de robos tan seguidos es muy desmotivante”, apuntó Dimitrova.

Lo sustraído en los 5 robos que ha sufrido apenas suma 600 euros “entre algunas botellas de licor y los cambios de la caja”. “A eso se suma el gasto de reposición de los cristales rotos y los daños en las máquinas tragaperras y de tabaco..., pero lo peor es la sensación de impunidad que te queda”, dijo Dimitrova. Y es que su cafetería está situada a 40 metros de distancia del cuartel de la Guardia Civil. “Eso demuestra la falta de respeto que tienen hacia la autoridad. Las leyes hacen que los agentes arriesguen sus vidas para detener a estos ladrones..., para que luego salgan a la calle y se les rían a la cara”, indicó.