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Feria de San Andrés

Estella recupera la normalidad de unas ferias muy concurridas

El trasiego de gente fue una constante durante toda la mañana entre los puntos donde se repartían ganado, artesanía y productos gastronómicos

Un nutrido grupo de jinetes y amazonas transitó a caballo por las calles hasta llegar a la plaza de Santiago Montxo A. G.

El día amaneció muy frío y aunque alguna gota se escapó tímidamente, aguantó sin llover durante toda la mañana de este sábado en Estella. Vivía la ciudad del Ega la jornada central de sus ferias en honor al patrón, San Andrés. Una cita que volvía al calendario este año ya libre de todas restricciones recuperando la actividad normal previa a la pandemia. Así, ganado, artesanía y alimentación y gastronomía se repartieron entre las plazas de Santiago y los Fueros, la calle San Andrés en su confluencia con la plaza de la Coronación y el paseo de la Inmaculada. Lugar este último donde se instaló una amplia carpa que daba cobijo a los 126 animales que participan en el Concurso Nacional de Ovino de Raza Navarra.

Ocho explotaciones de Dicastillo, Ezcároz, Otano, Olóriz, Bargota, Ochagavía, Etxauri y Larraga mostraron unos ejemplares que el jurado valoró para entregar los premios hoy. En la plaza de los Fueros setenta puestos de artesanía y productos de alimentación se repartieron el espacio. El goteo de gente por esta plaza fue una constante desde primera hora aunque a partir de media mañana la afluencia fue mayor. Entre los vendedores los hubo procedentes de la propia ciudad del Ega y de localidades cercanas, pero también de otros puntos de la geografía foral. Los puestos abrieron este sábado al público en horario de mañana y tarde. Hoy ya lo harán solo en horario matinal. “Es una alegría volver a ver la plaza llena de gente. Hay que hacer cola en algunos puestos pero benditas colas, eso quiere decir que vuelve la normalidad”, relataba Mª José Valencia Iturgoyen.

En la plaza de Santiago, la feria de ganado congregó a una treintena de animales. Hubo un número testimonial de operaciones, fiel reflejo de una tendencia que se repite los últimos años. “Los tratos ya no se cierran en las ferias. Si un ganadero únicamente pretende vender no viene. Los que lo hacemos es sobre todo por el encuentro y el trato con la gente”, reconocía Patxi Legarra. Procedente de Guipúzcoa, llevó dos potros de raza burguete para semental que no logró vender. “Es una pena, cada vez piden más documentación y se ponen más trabas”, lamentó.

Ante esta tendencia a la desaparición del ganado de compra venta, el ayuntamiento decidió “dar una vuelta al formato” e introducir este año más animales de exposición. Desde Hípica Zahorí, en Falces, llevaron dieciséis becerros y un buey de casi 800 kilos. “Hay que repensar las ferias para seguir manteniendo ese interés por estas citas”, apuntó Javier Olcoz, propietario de Zahorí. Como novedad también, este año se amplió el recorrido que cubrió un nutrido grupo de jinetes y amazonas.

33 animales en la feria de los que 10 volvieron a casa

​La feria de ganado caballar congregó este sábado a treinta y tres ejemplares en la plaza de Santiago. Una cifra menor a la de hace un año justo cuando se alcanzaron los sesenta. Recalaron estos animales procedentes de Navarra en su mayoría -con 19 ejemplares- así como de La Rioja, Guipúzcoa, Álava y Burgos. A última hora de la mañana, las guías emitidas por los veterenarios del Gobierno de Navarra desplazados a la feria, Ignacio Fernández Álvarez e Irati Povedo Urkixo, reflejaban catorce operaciones de compraventa a la propia Comunidad foral y otras nueve a la Comunidad Valenciana. El resto de animales volvió a su lugar de origen con los ganaderos.
El mejor queso se eligió en una votación popular

Esta vez el jurado fue la gente de la calle. Estelleses y visitantes se enfundaron por un día el título de jueces y en sus paladares residió la responsabilidad de otorgar el premio a los mejores quesos del XVIII Concurso de Quesos Urbasa-Andía de las ferias de San Andrés de Estella. En un formato ya utilizado “hace muchos años”, tal y como aseguró Javier Ganuza, miembro de la organización, un centenar de personas fue probando los diferentes quesos que las ocho queserías participantes presentaron al certamen.

“Cada persona podía probar cuatro de los ocho quesos y entre cada uno de esos cuatro bocados debía comer un gajo de manzana. De esta forma las papilas gustativas se limpiaban de los restos del queso anterior para poder saborearlo y apreciarlo mejor. Después, decidían cuál era el que más les había gustado sin conocer por supuesto el nombre de cada uno”, resumió Ganuza. Cambiaba así este año el certamen el modo de valorar abriéndose al público en general en lugar de dejar en manos de un jurado más reducido la decisión.

En una ajustada y competida votación en la que los ganadores se decidieron por “muy poco”, fue la quesería Marimar Castro, de Abárzuza, la que se erigió ganadora del certamen revalidando así el título conseguido en las ferias del año pasado. El segundo puesto fue para Carlos Aramendía, de Urbasa; mientras que el tercer premio recayó en Miriam Otxotorena, de Iturgoyen. “Lo ajustado de la votación es valor indicativo del elevado nivel de todos los quesos y la gran labor de todos los pastores”, remarcó Javier Sáez de Jáuregui, representante de la junta de Pastos de Urbasa-Andía.

Después de la cata popular para elegir los vencedores y antes de la entrega de premios hubo una degustación popular de queso, que se encargaron de repartir vecinos voluntarios de los barrios de San Pedro, San Miguel y El Puy.

Miguel Ángel Iriarte, quesero ganador: “Muy contentos porque a la gente le ha gustado”

Miguel Ángel Iriarte recogió este sábado el diploma acreditativo como mejor queso del concurso. Reeditaba así una imagen que sucedía hace un año, cuando la quesería Marimar Castro se alzaba también con la victoria. “Estamos muy contentos, sobre todo porque el premio viene tras una degustación popular, eso quiere decir que a la gente le ha gustado”, sonreía. Aplaudió también el trabajo del resto de pastores. “Hemos probado todos y están muy buenos, son de gran calidad”, apuntaba a la par que agradecía la vuelta de la normalidad a las ferias en un momento en que los precios afectan mucho, dijo, al sector.

Unas ferias con mucho gusto

Mil pinchos se habían preparado y los mil se acabaron. Tras unas ferias, las del año pasado, en las que se suprimieron las degustaciones por precaución, las de este año recuperaron estos actos que siempre cuentan con una buena acogida. Muestra de ello daba la extensa fila que, instantes después de la una del mediodía, se formó tras el puesto en el que la IGP Cordero de Navarra comenzó a repartir los pinchos.

En esta ocasión,se decidió preparar unas pequeñas hamburguesas de ‘ropa vieja’ de cordero filado. Explicaba Juan Carlos Fernández, del Txoko de Juan Carlos, que de esta forma se hace un aprovechamiento total del producto. “Es una receta en la que podemos aprovechar todo el cordero y que sirve para cualquier día. Es una carne muy saludable ya que no solamente hay que fijarse en la grasa. Estas ferias constituyen el mejor escaparate”, concluyó.

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