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Urbanismo

Un paseo dedicado a Hemingway sin paseantes

Hemingway proyectó a Pamplona y a San Fermín en sus novelas y artículos. Y la ciudad le dedicó en 1967 un paseo ahora convertido en parking en superficie, sin atisbo de caminantes

Vista nocturna del paseo de Hemingway con el busto (a la derecha) dedicado al escritor estadounidense EDUARDO BUXENS

A más de un pamplonés le costará ubicar el paseo de Hemingway en un mapa de la ciudad. Bien es cierto que el busto del escritor estadounidense, situado junto a la rampa del callejón de la plaza de toros, resulta conocido para la ciudadanía. Allí se erige desde su inauguración el 6 de julio de 1968. Siete años antes, a cuatro días del inicio de San Fermín, el autor de Fiesta se quitó la vida. En 1966, el Ayuntamiento de Pamplona le concedió el pañuelo de honor; un año después le dedicó el paseo, y en 1968, la escultura con su rostro hierático y barbudo.

Todo sigue ahí: el busto, la placa -ahora pintarrajeada- con el nombre de la vía y su ubicación en el mapa, con su condición original de paseo. Pero nadie pasea por allí. El entorno de la plaza de toros -en su parte orientada a la calle de Labrit, donde se ubica el paseo- lleva años convertida en un aparcamiento en superficie, el único que queda en el centro de Pamplona junto con el de Santo Domingo, frente a la sede del departamento de Educación del Gobierno de Navarra, como recuerda Fermín Alonso, concejal de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Pamplona.

LAS MISMAS BARANDILLAS DE LA CONCHA

En las dos últimas comisiones de Urbanismo ha aflorado el precario estado en el que se encuentra el paseo de Hemingway, que recorre la barandilla de las murallas desde el callejón hasta las antiguas instalaciones de bomberos. Fue el concejal de Geroa Bai, Javier Leoz, quien alertó la semana pasada de los baches en el adoquinado del paseo. Y ayer, Endika Alonso (EH Bildu) volvió a incidir en el tema a cuenta del deterioro de las barandillas. El paseo de Hemingway en el centenario de la primera visita del escritor a Pamplona cobra, de pronto, vida. Por cierto, que las barandillas son el mismo modelo que las del paseo de La Concha en San Sebastián.

Quizás sea el momento de abrir un debate de calado en la ciudad, de hacer una reflexión sobre el uso del paseo. Desde luego, no se puede gastar demasiado, más allá de eliminar los baches, si se va a mantener como aparcamiento”, sostiene Fermín Alonso. La semana pasada, según confirma el concejal de NA+, se cambió la iluminación por luces led.

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En el paseo, este miércoles por la mañana, apenas se encuentran paseantes. Miguel, de Berriosuso, plantea la dicotomía habitual: “Esto es lo de siempre, ¿coches o peatones? Desde luego, de paseo tiene poco. Esto es un aparcamiento”, asegura. Un vecino del Casco Viejo lamenta el estado del piso, un adoquinado que quizás se pensó para pasear. “Además de los baches, es habitual que los jóvenes lo utilicen de baño. Y algunos conductores, sin ser residentes, cruzan todo el paseo para tomar la cuesta de Labrit y evitar el rodeo por Cortes de Navarra”, se queja.

A más de un pamplonés le costará ubicar el paseo de Hemingway en un mapa de la ciudad. Bien es cierto que el busto del escritor estadounidense, situado junto a la rampa del callejón de la plaza de toros, resulta conocido para la ciudadanía. Allí se

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