El bar Holy de San Juan cambia de nombre pero no de estilo
Fernando Cruz, que también regenta la Posada de Sorauren, apuesta por la "comida tradicional navarra" en Mi Cocina-Nire Sukaldea
- Pedro Gómez
Es una calle de Pamplona con nombres de bares pegadizos, fáciles de pronunciar. Holy, Le Mans, Danubio... Quizás para contrarrestar ese empeño que hay que poner para decir Monasterio de Urdax. A los parroquianos les va a costar acostumbrarse al nuevo nombre del bar Holy y a su tipografía en cursiva. Desde hace unas semanas se llama Mi Cocina-Nire Sukaldea. Sus nuevos dueños quieren con ello hacer un canto a la gastronomía y a la lengua local, la del sorioneku.
Fernando Cruz, nacido en Perú, está más que arraigado a Navarra, a su cultura y a su gastronomía. Por eso se ha atrevido a cambiar el nombre de uno de los bares más veteranos de San Juan, con más de 40 años de existencia, y que en los últimos años ha tenido distintos dueños. Eso sí, Cruz ha querido mantener la decoración y el estilo del local. Sus mármoles, molduras y espejos van tomando un tono vintage. “Está todo muy bien cuidado. Sólo ha hecho falta sacarle brillo”, comenta.
Con los colegios del Huerto y San Cernin a cuatro pasos, este tramo de la calle Monasterio de Urdax siempre está concurrido. “Aquí sobre todo vienen personas de 40-50 años, al almuerzo o al menú del día”, comenta Fernando Cruz. Los veteranos clientes del Holy recuerdan a la cocinera Mari Luz y sus conchas rellenas de marisco. Ahora, Fernando Cruz quiere que la carta sea un “homenaje a los productos de la tierra”. “Menudicos, callos, morros, manitas, alcachofas, pochas con almejas, jamón asado, estofado de toro, cordero al chilindrón... son los platos de toda la vida que bien cocinados siguen siendo muy apreciados”, comenta Fernando.
Este hostelero ya tiene experiencia en la materia porque junto con otro socio lleva la Posada de Sorauren, a orillas del río Ultzama, otro establecimiento con décadas de historia. “La casona es del concejo y la cogimos en licitación. Es un edificio con un encanto especial, un ejemplo de arquitectura tradicional, con su porche y su balcón de grandes vigas, sus muros de piedra, su chimenea... Tenemos menú del día, menú de asador y de sidrería”, enumera Fernando. Con capacidad para 120 comensales, es lugar habitual de celebraciones familiares y de empresas.
UNA CERVECERÍA EN HOMENAJE A QUEEN
En la calle Monasterio de Urdax también tienen cabida otro tipo de bares. Los hermanos guipuzcoanos Beatriz y David Paniagua Lucera decidieron hace seis años “cambiar de aires y venirse a Pamplona” a emprender como hosteleros. Tomaron el relevo de la cervecería Beegees, en el número 23, en esquina con la avenida de Barañáin. Y también decidieron cambiarle de nombre, sin apenas cambiar la decoración. Desde entonces se llama The March off the Black Queen, en honor a la canción compuesta por Freddie Mercury para su álbum Queen II.
“Cuando vinimos a Pamplona buscamos locales por diferentes barrios pero no había muchas opciones. Fue una buena elección. Estamos contentos en el barrio. Hay un ambiente muy familiar. Hemos hecho grandes amistades”, comenta Beatriz. Los 35 tipos de cerveza y las tortillas de patata son el principal atractivo. “La mayoría son cervezas de importación. Vamos rotando según la estación del año. Las IPAS y la Hop House, la rubia de Guinness, son las más populares”, señala esta hostelera. Para picoteos y cenas informales, comenta que tienen tirón las empanadas y las pulguitas. Todo ello con “buena música”.
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