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Arqueología

El solar de Salesas se usó durante siglos para fundición de campanas

Al margen de los restos romanos es el hallazgo más relevante, por inusual, en la intervención arqueológica

El arqueólogo Nicolás Zuazúa toma imágenes de uno de los hornos de fundición de campanas hallados en el solar de las Salesa CEDIDA

El preceptivo estudio arqueológico en la rehabilitación del antiguo convento de la Visitación de María, las Salesas, como futura sede de la Mancomunidad, se resolvió a finales de mayo tras ocho meses de excavaciones hasta agotar todos los niveles arqueológicos en 1.050 metros cuadrados y más de tres metros de cota en un solar de casi 2.000 años de historia y distintos edificios y usos en el extremo suroeste del burgo de San Cernin. En esto último radica la riqueza del estudio porque ha sido posible datar 20 siglos, desde la época romana altoimperial hasta el siglo XX.

Nicolás Zuazúa, del Gabinete Trama, ha sido el arqueólogo responsable y explica que, además de la necrópolis romana que no esperaban encontrar, lo más relevante, dentro de la época medieval, sobre todo por poco frecuente y porque sorprende que se siguiera utilizando el mismo espacio durante siglos, han sido los hornos para fundición de campanas. Además han recogido fragmentos de los moldes de arcilla cocida. Y sería interesante, inciden, “poder completar alguno de los puzzles, casar piezas, una inscripción completa y el diámetro y la forma de la campana”, para contar con un hallazgo que resultaría, sin duda, extraordinario, dentro de los siglos XII y XIII, “un hito”. Nicolás Zuazúa y José Antonio Alfaro, también arqueólogo, subrayan que apenas hay dos o tres campanas medievales en el mundo; en Europa, una en Alemania. Y es así porque cuando se rajaba y dejaba de sonar bien, o bien se retiraba por alguna otra causa, el bronce se refundía para volver a aprovecharlo, generalmente en la siguiente campana y en épocas de guerras para hacer cañones. “Tenían una vida limitada, no había miramientos y hay contadísimas, en Pamplona casi todas son del siglo XVIII en adelante, la ‘María’ de la catedral es de las más antiguas”, apuntan los expertos y señalan que tampoco existen muchas publicaciones al respecto.

MUCHO MOVIMIENTO DE TIERRA

Nicolás Zuazúa describe que entre cinco y diez personas han trabajado en la excavación, en la que contaron también con ayuda de los trabajadores de la empresa constructora porque ha sido un trabajo de mucho movimiento de tierra, y hay que hacerlo a mano, no con pincel, pero sí a pico y pala. El objetivo era recabar “información para documentar lo que ha ido pasando en ese solar e ir con este propósito desmontándolo en orden, de lo más reciente a lo más antiguo”. Y ha sido de ayuda un dron con el que han tomado imágenes cenitales de las diferentes capas.

Ha sido, precisa, una excavación muy rica, con abundante material, y varias piezas completas de distintas épocas que reflejan los diferentes usos del solar: Necrópolis, barrio artesanal de fundición y huertas del parcelario medieval, palacio de Cruzat y Armendáriz, casa de la Aduana, de Tabacalera, vivienda y convento.

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Han recuperado 300 cubetas de cerámica, restos de huesos de animales y elementos de labores artesanales, entre otros, que se guardan ahora en el Almacén de Arqueología, a la espera de concluir los trabajos de limpieza, clasificación... Sostienen que la cerámica aporta información porque cambia mucho según las modas, “aunque no de manera tan efímera como ahora”. También las monedas detallan la época, aunque “hay que tener cuidado”, pueden despistar”, advierte Zuazúa y describe que, “en líneas generales” esperaban lo encontrado, “aunque no que el lugar se utilizara como necrópolis en la época romana”, porque existía un estudio histórico previo del solar que durante un siglo, entre 1902 y 2003, acogió el convento de clausura. Desde entonces se encontraba cerrado. Primero lo adquirió la Fundación Caja Navarra y en 2010, la Mancomunidad.

Los arqueólogos aplauden la idea de exponer y divulgar los hallazgos. “Existen las publicaciones científicas, pero la parte divulgativa, con espíritu didáctico y social, es importante porque no se trata de excavar para nuestro deleite”, apuntan también actividades educativas.

Menciona Nicolás Zuazúa que en el caso de Salesas les dio algunas pistas un trabajo que habían hecho poco antes en el número 4 de la calle Taconera. En este caso se ha rehabilitado un edificio, esquina con la calle Nueva, en una promoción privada. Pero el estudio arqueológico es necesario igualmente en ese caso. “La Ley de Patrimonio, por un lado, y el Pepri de la ciudad, por otro, lo indican. En el caso de Salesas es un edificio público, pero los particulares también están obligados a hacerlo si se trata de rehabilitaciones o incluso de instalación de ascensores. Aunque entonces la intervención es rápida, en otros tal vez supone un quebranto en los plazos previstos porque en ocasiones hay técnicos que no contaban con ello”, describe la situación. En Navarra, el coste corre a cargo del promotor, sin embargo en el País Vasco la administración asume el 50% del presupuestos.

El preceptivo estudio arqueológico en la rehabilitación del antiguo convento de la Visitación de María, las Salesas, como futura sede de la Mancomunidad, se resolvió a finales de mayo tras ocho meses de excavaciones hasta agotar todos los niveles arq

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