Confusión por el puesto de almuerzos en el puerto de Loiti
El cambio de ubicación del puesto de avituallamiento de Asvona a lo alto del puerto de Loiti no gustó a los voluntarios y encendió el debate entre peregrinos
- Markel Trecet
La principal modificación del primer fin de semana de Javieradas fue el cambio del punto de avituallamiento. Las aglomeraciones causadas años atrás en la Venta de Judas, en lo bajo del puerto de Loiti, donde se repartían los almuerzos, obligaron a las autoridades a cambiar la ubicación, acercándose a Pamplona unos kilómetros, casi a lo alto del puerto en esta edición.
La decisión de relocalizar el puesto de alimentos no fue bien recibida por los 14 voluntarios de la Asociación de Voluntarios Olímpicos de Navarra (Asvona), que tuvieron que estar realizando sus labores en una pendiente durante el turno de este sábado. Así lo denunció la presidenta de la organización, Elena Acaz Carro.
“Estamos muy disgustados porque estamos trabajando inclinados y esto causa mucho dolor de espalda”. La presidenta criticó la falta de consideración hacia los voluntarios que “vienen a hacerlo con las mejores ganas a cambio de nada” y que, a su vez, “no fueron tenidos en cuenta a la hora de tomar la decisión de cambiar de lugar”. Desde Asvona recalcaron también los nuevos riesgos que acarrea el cambio de punto de comida por razones meteorológicas. “Hoy no nos ha llovido, pero en caso de lluvias toda la carpa se inundaría al estar en cuesta”.
OPINIONES DIVIDIDAS
Un cambio de localización que dividió a los grupos de peregrinos en su tradicional camino a Javier. “No nos esperábamos encontrar la carpa aquí, a mí me gustaba más cuando estaba abajo porque quedabas con la familia. Esto me resulta más frío”, comentaba Pilar Martínez Barrigo. “Al final limita a las familias con niños porque les quedan mayores distancias entre los puntos”, añadía.
Para Joseba Serrano Iriarte y su grupo, la decisión tomada ha empeorado los tiempos del trayecto. “Creemos que es mejor que esté abajo porque había más distancia desde cuando nos dan el caldo al almuerzo. Para cuando hemos llegado aquí no es aún la hora de comer, y estando abajo ganas tiempo cerrando la etapa de Loiti y comiendo a una hora más razonable”.
Entre los viandantes también hubo quien se mostró favorable. En palabras de la vecina de Pamplona Ainhoa López Delgado, la posibilidad de comer en lo alto del puerto de Loiti fue positiva. “Aquí hay menos coches, es más cómodo por tema de espacio. El hecho de estar en una pendiente tampoco nos supone mayor problema. Sabíamos del cambio de localización antes de llegar, por lo que veníamos con la idea”.
Una opinión compartida por Rosa García Abad, que asiste todos los años a la peregrinación del patrón de Navarra en autobús desde San Sebastián. “A mí me gusta más el merendero para almorzar, en el trayecto desde Donostia me han comentado que habían puesto aquí el puesto este año. Aún así, la gente que se queja por la pendiente no la entiendo, las cuestas al final son parte del camino, a mí no me parece que esté en mal sitio la carpa”, afirmaba.
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