“Se paga salir desde Pamplona, pero trabajamos todo el año para darnos este capricho”

San Francisco Javier, la Constitución, la Inmaculada, San Saturnino... Para los más afortunados, el puente foral es un acueducto. Tras dos años sin escapadas en estas fechas por culpa del COVID, las plazas de los vuelos chárter programados desde el aeropuerto de Noáin ‘volaron’ en cuanto se pusieron a la venta. En el menú, destinos exóticos como Estambul, El Cairo o Kittila y otros más clásicos como Roma, Viena o Bratislava.

A primera hora de la tarde de este viernes, se formaron las primeras colas en los mostradores de facturación. Y con susto incluido, ya que la Policía Nacional exigía el pasaporte a quienes viajaban a Estambul y no el DNI como tenían previsto. Finalmente, fue suficiente con la presentación del carnet de identidad.

Este era el destino elegido por Maialen, Andrea, Cristina y Benjamín para su escapada. “Solemos viajar en los puentes forales aunque es la primera vez que volamos desde Pamplona; es muy cómodo que salga desde aquí”, comentaban, aunque reconocían que la comodidad cuesta dinero. “Se paga salir desde Pamplona, pero trabajamos todo el año para darnos este capricho”, decían los cuatro miembros de la familia.

Félix, que viajaba a Roma con un grupo de amigos de Tafalla, es un habitual de estos viajes y ya ha visitado Berlín, Estambul y Budapest. “Coger el avión en Noáin nos viene de maravilla”, decía. Sobre el precio, prefiere ser positivo: “El parón de los dos años de pandemia nos ha animado; ni miramos el precio por la comodidad”.

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Isabel y Josema volaban a Roma. “Lo tenemos pendiente desde hace unos años. Hicimos el viaje de novios por toda Italia y en Roma estuvimos sólo dos días, así que queríamos volver”, comentaban en la terminal. Es la primera vez que utilizan el avión en estas fechas. “Otros años no habíamos aprovechado las escapadas en avión del puente pero este ha surgido así”, decían, y esta vez se han decidido por el atractivo especial de la capital italiana: “Teníamos pendiente Roma y nos decidimos. Es un capricho. Si no nos hubieran gustado los destinos, cogemos la furgoneta y carretera y manta”, aseguraban.

Laura y su familia han elegido otra forma de disfrutar de sus vacaciones. No han apostado por el turismo urbana, así que, tras hacer escala en Madrid, confiaban en disfrutar de las playas de Tenerife. “Buscamos el sol. Es la primera que viajamos en el puente de esta manera. Otros años hemos ido a la nieve pero esta vez nos apetecen unas vaciones para descansar”, comentaban.