80 personas se dan cita en una hípica de Tafalla para evacuar a 24 caballos
El fuego amenzaba el Club de Cristina Ullate y acudieron a cargar material en coches y a preparar a los animales, que al final no tuvieron que salir
- Iñigo Salvoch
Cuando descuelgas el teléfono y una amiga, agente de la Guardia Civil, te advierte de que el foco de un incendio avanza con rapidez a hacia tu hípica, hay que mantener la calma. Es lo que hizo ayer pasadas las cuatro de la tarde Cristina Ullate, propietaria del club que lleva su nombre, a sabiendas de que el tiempo era oro para poner a salvo a los 24 caballos guardados en sus cuadras. Y no perdió un segundo. Avisó a través de un grupo de whatsapp a socios y clientes de la situación y les pidió ayuda urgente para la evacuación de los caballos y salvar el material. “En poco tiempo nos hemos juntado hasta 80 personas, no paraban de llegar coches, desde Tafalla, Azagra, Artajona...”, señalaba aún agradecida por la solidaridad desatada en tan poco tiempo.
La hípica está situada en el camino Planillo, muy próxima a Tafalla, y las llamas avanzaban desde la zona opuesta, desde los pinares de Torre Beratxa, para y se propagaban con rapidez por los campos de cereal en dirección a la hípica. Si en un principio los primeros voluntarios en llegar al lugar divisaron el humo y el fuego a unos 800 metros, pronto vieron la amenaza a poco más de 200 metros. “Hemos juntado los caballos que estaban en la cuadra de abajo con los de arriba para organizar desde allí la evacuación. Todos los animales estaban con su ramal y su cabezal y tenían una persona asignada para el momento en que hubiera que evacuarlos”, explicaba Ullate.
A la vez, otras personas, como Pablo Rodríguez y Lola, llegados desde Azagra, se dedicaban a poner a salvo el material. “Hemos cargado todos los coches que han llegado con sillas de montar, herramientas...”. Asimismo, había dos camiones preparados para evacuar a todos los caballos hasta unas naves de Cintruénigo.
Mientras, tractores y otros vehículos agrícolas realizaban cortafuegos en las inmediaciones. Una granja de ovejas y una finca con yeguas estaban también alertas al fuego. “Al final, no ha sido necesario evacuar los caballos -respiraba Cristina Ullate-. A media tarde se controló el fuego en este frente y Cristina Ullate tranquilizaba con su mano a Gladiador, uno de los caballos de la hípica. Tras unas horas intensas y cargadas de solidaridad ya sólo quedaba mirar de reojo las columnas de fuego en el horizonte y esperar su extinción en una noche que todavía prometía ser complicada.
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