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Ruge Navarra

Dos rutas moteras para descubrir Navarra y sus alrededores

Presentamos dos rutas para amantes de las motos con nombres de lo más curiosos: Bacalao y Tiburón. La primera, es todo un clásico, y nos lleva por los paisajes inconfundibles, plagados de curvas y bosques, de la sierra de Urbasa. La segunda, nos permite viajar desde Pamplona, por Belate, hasta el mar. Una experiencia sobre dos ruedas para redescubrir Navarra con otra mirada.

Ruge Navarra

(Reportaje publicado en la revista Conocer Navarra nº 34 con fecha marzo de 2014. Textos de ANDREA GURBINDO y fotografías de JESÚS CASO).

 

Aunque suene a tópico, no poder borrar la sonrisa permanente de la cara es una de las expresiones más evidentes y delatoras al montar por primera vez. Ni siquiera estando al mando de esas dos ruedas que te conducen, puedes evitarlo. “No seas estúpida, que nadie te mira, ¿por qué sonríes?”. Haciendo gala de la época de carnaval y disfrazada bajo una máscara que protege tu cabeza, arrancas una aventura nueva que nunca antes habías podido disfrutar. Tocar la temperatura de Navarra con las manos, sentir el olor de sus paisajes y respirar, pero de verdad, no es una sensación parecida a la que conoces cuando tu cuerpo se deja mover a una velocidad media de 80 kilómetros por hora.

Es un día de febrero que, como suele ser habitual, el calendario ha puesto en huelga de buena temperatura. Y sabes que ha amanecido porque puedes sentir como el viento azota tu cuerpo, aún así de estar protegido. En ocasiones, y al coger una autopista y superar los cien, te inquieta el creer que el poder no está en quien conduce, sino en las artimañas que el temporal puede esconder. Es el momento de sentir algo de miedo y respeto por volar a la intemperie y haber escapado de la protección de carrocería habitual que no tiene este vehículo. Es hora de saber cómo al rugido de la Comunidad foral se le puede poner nombre propio.

En primavera, que arranca de nuevo la temporada para montar en moto, descubrir algunos de los rincones por los que se puede acelerar en la geografía foral es tarea obligada. Moto Rutas, una página web que lleva más de diez años dedicando su esfuerzo a trazar recorridos por Navarra y otras comunidades, nos acerca hasta una de ellas. Gérard Mediavilla, motorizado desde hace 16 años y al mando de esta iniciativa, propone descubrir la que ellos llaman, por su semejanza al ser trazada sobre el mapa, la ruta del Bacalao. Se pasea por la Sierra de Urbasa.

Citados en el municipio foral de Irañeta, sito a los pies de la Sierra de Andía, Gerard llega con Jean, un francés afincado en Navarra y un apasionado de las motos desde hace 40 años. Ambos se presentan sin descubrir su rostro. Sólo sus ojos muestran la simpatía y las ganas por enseñar qué es pasear Navarra sobre dos ruedas. “Esta tierra tiene de especial la variedad de paisaje que puedes encontrar, la cantidad de montes que hay y el buen estado de las carreteras”, valora Mediavilla. Tal y como cuenta la filosofía de su asociación de moteros, en la que hay inscritas más de 1.400 personas, “no es correr el objetivo, sino disfrutar con lo que puedes ver sobre la moto”.

“Tú no tengas miedo. Déjate llevar”, aconsejan como profesionales de un mundo que, advierten, “está desprestigiado al verse siempre como una forma de hacer el burro”. Álvaro, que colecciona motos antiguas desde hace una década, se ha sumado al paseo. Una Norton Commando 850, fechada en 1973, será su acompañante. Mientras, Jean subirá a una Triump Boneville y Gerard conducirá su Yamaha Diversión 900. Los gestos les descubren. Chupa abrochada, agarran el casco con seguridad. Con él entre los diez dedos, alzan la armadura hasta la cabeza y se transforman en cuestión de segundos. Preparados para hacer lo que más les gusta. Para volver a sentir, tal y como cuentan, ese gusanillo que tantos buenos momentos les ha dado, levantan al compás la pierna derecha y al hacerse dueños de esas máquinas, hacen sonar el pistoletazo de salida. Girar la llave o agitar el pedal, en el caso de Álvaro, incrementa el sonido de Irañeta. O lo que es lo mismo, ruge Navarra.

Hasta adentrarnos en la localidad de Olazagutía, el trío motero mantiene las distancias y la prudencia dentro de la autovía. Llega el momento de las curvas. Los nervios a flor de piel y los dedos bien enroscados en la parte trasera del vehículo han tenido el éxito pretendido en la primera parte del viaje. Soltarse es cuestión de valientes y ya podemos apellidar la experiencia con uve. Los alrededores se muestran silenciosos, expectantes. La cima observa los vehículos, todavía en la ladera, con intención amenazante. “Sube, que te estoy esperando”, parecen decir. Un rally de curvas acecha el trayecto con intención de disfrute. Predomina el hayedo entre enebros, helechos, pinos, brezos, espinos, tilos y algunos acebos. “Me siento feliz. Recuerdo las primeras veces que montaba en moto y la sensación vuelve a ser la misma. No puedo borrar la sonrisa de la cara. Lo hago constantemente”, indica Gérard en una parada. “En Francia se dice que se nota cuando un motero está alegre porque lleva los dientes llenos de mosquitos”, bromea entonces Jean.

El trío sabe que son sensaciones que no se pueden explicar. Reconocen, entre risas, que ser apasionado de este mundo es algo que las madres no entienden ni comprenderán. Los diez paseos navarros, un total de 1.996 km, que propone www.motorutas.com van dedicados al tipo de moto de turismo. Esto significa que no están tan cerca del alcance de las motos de cross, para pistas; las custom, modelos Harley Davinson largos y con menor comodidad a la hora de coger curvas; o las racing, con muchos caballos y pensadas para ponerse de cero a cien en cuestión de segundos. Las motos de turismo no son muy vivas, ni tienen tantos caballos. Sin embargo, son cómodas a la hora de conducir y permiten que los alrededores cobren la importancia que el vehículo quiere otorgarles.

Como tal, el paseo por Urbasa se transforma en una experiencia que huele, de vez en cuando, a pino. Que se siente, por ser febrero, a viento. Que se presta sombrío a la vista y que suena fuerte. Redondo. Que deja ganas para darse otra vuelta. Por eso, al arranque de la primavera, motoristas navarros y foráneos recorrerán estas pistas sobre sus bien queridas dos ruedas. Los motores, muchos probablemente parados durante el invierno, saldrán de esos garajes para sacar partido a una tierra que, quién sabe y puede hacerlo, la disfrutará sobre la moto.

 

UNA VUELTA POR EL PASADO

Guarda sus mayores tesoros en el garaje del caserío de sus padres, ubicado en Irañeta. Las observa con mimo y una sonrisa que habla por si sola y delata su orgullo cuando pone un pie sobre el pedal e intenta arrancar su Norton Commando 850. “Esto es música”, apunta cuando el rugido de la moto se ha hecho con los decibelios de la totalidad del espacio. Álvaro Andueza lleva diez años coleccionando motos antiguas que él mismo repara y cuida a diario. “Ando en moto hace 25 años, pero surgió empezar con esto cuando un amigo me regaló una”, explica. Entre sus máquinas guarda también una Ducati Forza 350, de 1977; una Ducati 160 TS, de 1967; y una Ducati 900SD, de 1978.

Para este navarro, afincado en la Barranca, resulta especial conducir estos vehículos por “conectar con los moteros del pasado”. “Para mí andar en moto es una necesidad. Sobre la moto me siento libre y es algo que engancha. Cuando llevo varios días sin andar, el cuerpo me lo pide”, se sincera con cierta emoción en sus gestos. Su madre, Trini, que entre tanto está colocada junto a las motos, observa como su hijo habla sobre su pasión. “A mí antes no me gustaba nada, claro, pero bueno; ya voy haciéndome a la idea...”, sonríe tímida.

NAVARIDER DAY

Debido a la cantidad de turismo que atrae el mundo de las motos, Motorutas, Gobierno de Navarra y la Asociación de Hostelería de Navarra han puesto en marcha una iniciativa que, tal y como tienen previsto, arrancará este octubre de 2014. Se tratará de un recorrido que de la vuelta a la Comunidad foral a través de 500 kilómetros de ruta y se conocerá como la Navarider Day. Esta fiesta, a la que tienen previsto que se sume una cantidad importante de público, atraerá un importante número de conductores y acompañantes que, a lo largo de un mismo día, puedan conocer los rincones paisajísticos más característicos de Navarra. De esta forma, los organizadores pretenden crear otra alternativa de ruta más corta para aquellos que prefieran hacer turismo a lo largo del día y visitar puntos concretos. “Consistirá en una competición de cada uno consigo mismo y habrá que ir sellando una cartilla, en los diferentes puntos del trayecto, para completar el recorrido.Intentaremos que termine con una cena y fiesta motera en Pamplona”, avanzaba Gerard Mediavilla, ilusionado con esta iniciativa. “Es un conjunto de acciones para atraer turismo. Para esto, se ha creado una página web, www.navarider.com, en cinco idiomas para descargar información de los 2.001 kilómetros de curvas que hay en Navarra”, explicaba por su parte, Nacho Calvo, presidente de la Asociación de Hostelería de Navarra.

 

<div class="destacado_100">1. RUTA DEL BALALAO, EL PULMÓN NAVARRO ESTÁ EN URBASA </div>  

  • Distancia: 185 km (36,84 km por autopista y autovía, 63,06 por carretera convencional, 23 km por autonómicas de primer nivel, 51,91 km por autonómicas de segundo nivel y 10,19 km por autonómicas de tercer nivel)
  • Características: calienta el motor en la A-15 y disfruta por paisajes de montaña las curvas del puerto de Lizarrusti hasta más allá del Parque natural de Aralar y la Sierra de Urbasa.

Tramo 1: Pamplona – Aizoáin (13,45 km)

Salimos de la gasolinera de Noáin por la A-15 en dirección a San Sebastián. Comenzamos la ruta con un tramo de autopista que calienta motor y neumáticos. A pocos kilómetros, pasamos junto a Arazuri. Desde la carretera se puede apreciar el palacio que se encuentra en esta localidad.

Tramo 2: Aizoáin – A-15 (12,51 km)

Abandonamos la A-15 en las afueras de Aizoáin y nos incorporamos, girando a la izquierda, a la NA-240A. En ese punto, se aprecia el monto San Cristobal. Pasamos dos rotondas y circulamos por esa carretera, con más rectas que curvas, hasta el kilómetros 26 de la ruta.

Tramo 3: A-15 – N-240A (4,14 km)

En este punto kilométrico, dejamos la N-240 A para incorporarnos nuevamente a la A-15. Este corto tramo sin peaje y de tres carriles de ancho consiste en un leve ascenso y descenso que recorremos mientras se divisa el pueblo de Irurtzun a nuestra derecha. Más o menos a la altura de Irurtzun llegamos al final del tramo, donde esos tres carriles se dividen en cuatro, dos en dirección a San Sebastián y otros dos dirección a Vitoria.

Tramo 4: N-240 A - Arbizu (17.51 km)

Tomamos el carril de la derecha (dirección Vitoria) y recorremos unos kilómetros caracterizados por la monotonía de la autovía hasta el 47 de ruta, donde se sitúa la salida 38 en dirección a Arbizu.

Tramo 5: Arbizu - NA-120 (2.69 km)

Atravesamos esta localidad por la calle principal y llegamos a un stop. Giramos a la izquierda y 185 metros más adelante volvemos a girar, esta vez a la derecha. Avanzamos 700 metros por esta estrecha carretera y llegamos a Lizarragabengoa, un núcleo atravesado por el río Arakil, que dejamos atrás. Cruzamos la vía del tren por un puente elevado. Después de una recta de 700 metros, llegamos a un cruce en el que hay que hacer un stop.

Tramo 6: NA-120 - GI-120 (5.08 km)

Continuamos por la NA-120. A partir de aquí empiezan las curvas. Ascendemos por un tramo más bien corto al alto de Lizarrusti en cuya cima se encuentra el Parque Natural de Aralar, un atractivo paraje donde detenerse a estirar las piernas. También en este punto empieza Gipuzkoa, con el consiguiente cambio de nombre en la carretera.

Tramo 7: GI-120 - Lazkao (16.42 km)

Comenzamos el descenso de Lizarrusti por la GI-120 y continuamos ruta hasta llegar a Lazkao. Lizarrusti es un puerto con muchas curvas, entre las que se encuentran un par de paellas y hay que tener especial cuidado porque la espesa vegetación del lugar apenas deja ver el cielo y en invierno puede haber hielo en su sombreado asfalto.

Tramo 8: Lazkao - N-I (5.2 km)

Sobre el kilómetros 71 llegamos a Lazkao, que atravesamos por la vía principal y, tras una recta de 1,2 kilómetros, giramos a la izquierda por la GI-3560 en dirección a Olaberría, que se sitúa en lo alto de un pequeño puerto de montaña. El descenso hacia la N-1, además de corto, es bastante pronunciado pero apenas hay curvas. En la parte final cruzamos la N-I por un puente para girar a la derecha al final del mismo. Recorremos una recta de unos 150 metros y volvemos a girar a la derecha, incorporándonos a la N-I.

Tramo 9: N-I - Idiazábal (1.74 km)

Por el carril de aceleración nos incorporamos a la N-1 y, apenas recorridos 1,5 kilómetros, volvemos a dejar esta carretera nacional en la siguiente salida en dirección a Idiazabal, Segura y Zegama, los tres siguientes pueblos que recorremos.

Tramo 10: Idiazábal - N-I (19.41 km)

Tomamos la GI-2637, pasamos por Idiazabal, dejamos Segura de lado y llegamos a Zegama, pueblo que también atravesamos y que tiene buen asfalto. Merece la pena fijarse en los caseríos de la ruta. Comienza la ascensión al puerto de Otxaurte por una carretera llena de curvas y un atractivo paisaje por la falda del Aizkorri, uno de los montes más altos de Gipuzkoa. Al final de este tramo entramos de nuevo en Navarra y poco después desembocamos en la antigua N-1, que enfilamos en dirección a Alsasua.

Tramo 11: N-I - Alsasua (7.55 km)

Aunque no es el tramo más corto de la ruta, quizá sea el más rápido. Tras circular a poca velocidad en el anterior, debido a la abundancia de curvas, muchas de ellas cerradas, podemos apretar un poco el acelerador hasta llegar a Alsasua, por el antiguo trazado de la N-I. Encontramos varias rectas, una carretera ancha y poco tráfico.

Tramo 12: Alsasua - NA-718 (2.3 km)

Llegamos a Alsasua y seguimos hacia Pamplona. Pero unos metros más adelante, tomamos el desvío que nos lleva a la Sierra de Urbasa. Los 2 kilómetros de este tramo discurren por una carretera bien asfaltada y más bien estrecha mientras aparecen las primeras curvas. Al final, salimos a la NA-718, que llega de Olazagutia.

Tramo 13: NA-718 - NA-132A (32.5 km)

Pasado el ecuador de la ruta, nos toca disfrutar de los mejores tramos. Subimos el puerto de Urbasa por buen asfalto, innumerables curvas y un paisaje de película. Después de alcanzar la cumbre y recorrer 2 o 3 kilómetros llegamos a un camping con bar donde se puede almorzar. Merece la pena admirar el paisaje de Urbasa en todo el recorrido. Seguimos por la NA-718 y empezamos a bajar hacia Estella serpenteando por un paisaje tan hermoso como el anterior, acompañados por el curso del río Urederra en el lado derecho de la calzada.

Tramo 14: NA-132A - Estella (1.5 km)

Cambiamos de tramo y, a unos cientos de metros, el río Urederra que nos ha acompañado se transforma en el río Ega hasta llegar a Estella por un tramo muy parecido al anterior.

Tramo 15: Estella - Pamplona (43 km)

En Estella tomamos la NA-111. Estamos en el kilómetro 145 de la ruta y seguimos por esta carretara hasta Pamplona. Estos 43 kilómetros discurren por una carretera de doble dirección y buenas rectas en determinados tramos. Aproximádamente a 20 kilómetros de Pamplona pasamos por Puente La Reina, para después acceder al alto del Perdón. Comenzamos el descenso con algunas curvas no demasiado cerradas, y tras dejar atrás localidades como Astráin o Cizur Menor, llegamos al final de la ruta.

 

<div class="destacado_100">RUTA DEL TIBURÓN, UN PASEO NAVARRO HASTA EL MAR

 </div>

  • Distancia: 201 km (15,92 km por autopista y autovía, 83,81 por carretera nacionales, 12 km por autonómicas de primer nivel, 1,2 km por autonómicas de segundo nivel y 88,06 km por autonómicas de tercer nivel)
  • Características:Rodamos por Belate, la puerta de los Pirineos, para descender serpenteando hasta el mar, y regresamos a la montaña navarra para finalizar la ruta en Pamplona.

Tramo 1: Pamplona - N-121 A (0,926 km)

Llenamos el depósito en la gasolinera de Villava y con el cuentakilómetros a cero comenzamos esta ruta que nos llevará hasta la costa guipuzcoana por el norte de Navarra. Empezamos la ruta en dirección a los túneles de Ezcaba. Tras recorrer 500 metros y seguir en linea recta pasando una pequeña rotonda, llegamos a otra en la que giraremos a la derecha. Al fondo ya se ven los túneles de Ezcaba que atravesaremos. Al salir del túnel, llegamos a otra rotonda que marca el final de este tramo.

Tramo 2: N-121 A - NA-1210 (24,914 km)

De la rotonda salimos por la izquierda a una carretera ancha y con buen asfalto, con carril para tráfico lento en una leve ascensión. Dejamos atrás localidades como Ostiz y Olagüe y atravesamos el valle de Ultzama hasta que, en el punto kilométrico 27, tomamos la salida a la NA-1210 para evitar los túneles y ascender el puerto de Belate.

Tramo 3: NA-1210 - N-121 A (8,56 km)

El puerto son 12 kilómetros de curvas con poblada vegetación a ambos lados de la carretera, que está prácticamente en desuso y es ideal para rodar en moto, ya que conserva la anchura de una nacional y las curvas y ausencia de tráfico de una comarcal. Terminada la ascensión, bajamos el puerto para volver a la N-121A.

Tramo 4: N-121 A - NA-4000 (30 km)

Continuamos por la N-121A dejando atrás localidades como Santesteban, Oronoz Mugaire y otras en las que poder hacer una parada para reponer fuerzas y disfrutar de la belleza de estas localidades de la comarca. Después de 62 kilómetros de ruta en parte junto al río Bidasoa, llegamos en un desvío a la izquierda, a la NA-4000 en dirección a Lesaka.

Tramo 5: NA-4000 - Entrada en Gipuzkoa (18.1 km)

Llegamos a la atractiva localidad de Lesaka y, a su salida, comenzamos a ascender por un estrecho asfalto lleno de curvas que se mantendrá hasta la capital guipuzcoana. Tras una larga ascensión rodeada de vegetación y bellos paisajes de montaña, descendemos por una pendiente muy pronunciada y muchas curvas, alguna de las cuales tiene peralte, lo que facilita la conducción. Hay tanta vegetación que en algunos momentos las hojas de los árboles nos impiden ver el cielo. En el PK 15 encontramos la presa de San Antón, que cruzamos para ascender de nuevo durante 3,5 km hasta el límite con Guipúzcoa. En la parte más alta de este tramo, llegamos a un túnel estrecho y de unos 300 metros de longitud que finaliza en Guipúzcoa.

Tramo 6: Entrada en Guipúzcoa - Oiartzun (10,4 km)

A la salida del túnel, un asfalto en perfecto estado nos introduce en el parque natural de las Peñas de Aya y descendemos por curvas rodeadas de vegetación. La carretera se hace cada vez más ancha y atravesamos el lugar donde se ubican las minas romanas de Arditurri de camino a Oiartzun.

Tramo 7: Oiartzun - Rentería (1,2 km)

Salimos de Oiartzun y atravesamos el continuo urbano que va de Errenteria a San Sebastián. Al llegar a la primera, y sin entrar en la localidad, se puede ver un gran cartel que indica esta dirección. Nos incorporamos a la N-I y nos dirigimos hacia el ecuador de la ruta.

Tramo 8: Rentería - San Sebastián (9,9 km)

Ya en la N1 nos acercamos a San Sebastián. Recorremos el tramo de carretera que pasa junto a a la playa de La Concha y continuamos la ruta en dirección Loiola.

Tramo 9: San Sebastián - Hernani (7 km)

La salida a Loiola es el comienzo de la GI-131, que nos lleva hasta Hernani. Atravesamos Loiola y Martutene, dos localidades contiguas, y seguimos por una carretera ancha con buen asfalto y bastante tráfico hasta Hernani. A la salida de esta localidad, una rotonda indica la GI-3410 en dirección a Goizueta.

Tramo 10: Hernani - Navarra (12 km)

Rodamos paralelos al río Urumea durante 40 km. En este tramo encontraremos zonas acondicionadas para hacer una parada. El asfalto es muy bueno y en el cauce del río pueden verse algunos edificios antiguos de piedra. Hay que ser precavidos porque es una ruta frecuentada también por ciclistas. A través de curvas no demasiado cerradas llegamos al final del tramo.

Tramo 11: Entrada en Navarra - NA-170 (28 km)

Entramos en Navarra y empezamos un ascenso sin dejar la compañía del río Urumea. Es una carretera estrecha, con buen asfalto y muchas curvas, flanqueada de un paisaje forestal verde y cerrado. Además de los edificios que aprovechan la fuerza del río, también se pueden ver caseríos señoriales y alguna torre de piedra. Una ligera pendiente nos lleva a Goizueta, que atravesamos por las estrechas calles de la localidad. La pendiente cuesta arriba se hace más pronunciada hasta los 800 metros sobre el nivel del mar y podemos ver algunos edificios de centrales hidroeléctricas.

Al final, llegamos a un cruce en forma de T.

Tramo 12: - NA-170 - Leitza (5 km)

Comienza el descenso del puerto por una carretera ancha, bien conservada y con un par de curvas cerradas hasta Leitza. Atravesamos esta localidad hasta la rotonda junto a la gasolinera, que rodeamos para comenzar un nuevo tramo.

Tramo 13: Leitza - Lekunberri (11 km)

Los 11 km que separan Leitza de Lekunberri constituyen un tramo rápido y con curvas, asfalto ancho y en buen estado. Se asciende hasta el alto de Uitzi para descender hasta Larraun y continuar en llano hasta Lekunberri. Desde la carretera se admiran caseríos cercanos.

Tramo 14: Lekunberri - Irurtzun (15 km)

Tanto si decidimos visitar la localidad de Lekunberri como si no, salimos por la A-15 y circulamos por ella hasta llegar a Irurtzun por la salida 113, circulando entre las peñas de Dos Hermanas, que se alzan a ambos lados de la autovía.

Tramo 15: Irurtzun - Pamplona (19 km)

Dejamos atrás Irurtzun por la N-240A en una leve ascensión y descendemos para sumarnos al tráfico que se dirige a Pamplona, a la que llegamos tras una larga recta.

 

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(Reportaje publicado en la revista Conocer Navarra nº 34 con fecha marzo de 2014. Textos de ANDREA GURBINDO y fotografías de JESÚS CASO).

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