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OPINIÓN

UPN: una crisis imprevisible

La rebelión de los dos diputados de UPN frente a su partido marcó una jornada esperpéntica en la política. La reforma laboral, a pesar de todo, salió adelante en el Congreso. Un puro caos

La reforma laboral pactada con la patronal, CC OO y UGT salió adelante por un solo voto de diferencia y tras unos instantes de absoluta confusión. Fue aprobada por 175 votos a favor y 174 en contra, entre los que se encontraban los de los dos diputados de UPN. Carlos García Adanero y Sergio Sayas, miembros de Navarra Suma, no atendieron las directrices del partido, desobedecieron y se opusieron a la convalidación del decreto. En realidad, según explicaron, votaron en contra del Gobierno de Sánchez, “presidente de España con el apoyo de Bildu”. No valoraron si la reforma laboral combate el empleo temporal o es fruto de un pacto social. Desde UPN, ya se había recalcado el día anterior que el apoyo a la reforma no era un respaldo al PSOE ni a Sánchez, dada su absoluta falta de credibilidad política y el menosprecio continuo a Navarra Suma y a sus votantes. El rechazo profundo a la figura de Sánchez es algo que une a toda UPN como resulta obvio a cualquier observador. Por ello el voto de la reforma laboral era un tema de estrategia política, difícil de entender para muchos militantes pero que obedecía también a una línea política definida por la dirección. Lo lógico es que se pueda discutir y criticar pero sin poner la credibilidad pública del partido patas arriba como ocurrió ayer. Los diputados de UPN conocían que Esparza negociaba el voto. Y los resultados empezaban a hacerse públicos con la vuelta atrás del PSN en la reprobación del alcalde Maya y su apoyo para obras por 27 millones. Todo un aval para la gobernabilidad en Pamplona. UPN iba a ser crucial en un asunto de política nacional, abría una vía de diálogo en Madrid y lograba atar algunos compromisos para hacer más útil la legislatura del alcalde Maya. Estrategia arriesgada pero legítima. Sin embargo, la posición de los dos diputados la ha desbaratado y origina además una crisis interna de consecuencias imprevisibles. García Adanero y Sayas son diputados en representación de UPN y si no comparten la política de la dirección del partido, lo coherente es que dejen su puesto y luego defiendan su posición. Pero no al revés.

La reforma laboral pactada con la patronal, CC OO y UGT salió adelante por un solo voto de diferencia y tras unos instantes de absoluta confusión. Fue aprobada por 175 votos a favor y 174 en contra, entre los que se encontraban los de los dos diputad

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