El comité de la empresa Nano de Tudela, con 120 trabajadores, teme que entre en liquidación y cierre

Una situación “extremadamente delicada” y que, incluso, podría acabar en la liquidación de la empresa y, por tanto, su cierre. Esta es la denuncia que hizo pública ayer el comité de empresa de Nano Automotive de Tudela, que cuenta con 120 trabajadores y que se dedica a la fabricación de aros para rodamientos de vehículos para SKF Tudela, aunque también sirve a otra planta de este grupo en Italia.

El temor de los sindicatos llega después de que la empresa entrara en concurso de acreedores en julio de 2021, tras presentar la solicitud voluntariamente la dirección por encontrarse “en estado de insolvencia inminente”, según el auto emitido en su día por el juzgado.

De hecho, los sindicatos CC OO, UGT, ELA y Solidari, que componen el comité, señalaron que la única opción de continuidad de la compañía es que se apruebe el plan de viabilidad que se ha entregado al administrador concursal, que será, junto a la juez, el que tenga que decidir si la planta puede seguir adelante o no. “La plantilla pide a la parte empresarial certidumbre ante una situación de preocupación en las familias que dependen de la compañía. Espera el máximo compromiso para resolver la situación y salvar los puestos de trabajo directos. Tememos también la repercusión que tendría el cierre en la economía de la zona”, señaló el comité.

Y recordó que no es la primera vez que se enfrenta a una situación así. De hecho, la empresa originalmente estaba integrada en SKF, que decidió vender la línea de aros para rodamientos. La compró el grupo coreano KPF que, tres años después, presentó concurso de acreedores y entró en liquidación.

Para evitar el cierre, se abrió un periodo de presentación de ofertas para su compra y se presentaron cinco propuestas, siendo elegida la del grupo Nano, también coreano. La adquirió por 3,5 millones de euros y se comprometió a mantener a prácticamente todos los trabajadores, 85 de los 87 con los que contaba entonces.

También presentó un plan de inversiones y aseguró que había destinado 8 millones de euros a las instalaciones de Tudela entre terminar su nueva nave (2 millones) y la adquisición de nueva maquinaria, renovación de la ya existente o un nuevo horno de temple.

Pero en julio de 2021 se conoció que había presentado concurso de acreedores, un extremo aprobado por la juez. Aunque su deuda no se hizo pública, se calificó como procedimiento ordinario, lo que implica que supera los 5 millones de euros a más de 50 acreedores, aunque la cifra puede ser mucho mayor.