Laura Urquizu: “Registrar la marca es clave para luchar contra las falsificaciones”

La pamplonesa Laura Urquizu no oculta su alegría por un reconocimiento del “ecosistema de empresarios y directivos” que, asegura, conoce bien su esfuerzo para construir Red Points, ofrecer nuevas soluciones y expandir la empresa por todo el mundo. Supone, asegura, galardonar el trabajo constante y la dedicación de todo su equipo para cambiar las reglas de las falsificaciones en internet.

El mercado de productos de imitación no deja de escalar posiciones. ¿Alguna recomendación para las marcas?

Que tomen medidas, se protejan y registren bien la marca en todos los países en los que deban hacerlo. Y, sobre todo, que actúen ante el más mínimo indicio de falsificación o venta ilegal. Si no tienen la marca registrada, será muy complicado poder luchar contra la falsificación.

Antes la falsificación se asociaba a empresas grandes, sobre todo del sector de la moda y los accesorios y el audiovisual.

Sí, es cierto, pero hace ya tiempo que las falsificaciones van por los verticales como una mancha de aceite. Afectan a todo tipo de empresas y de cualquier tamaño. En Red Points tenemos clientes de empresas con sólo cinco empleados.

¿Y no hay productos con más riesgo que otros?

Lo cierto es que la piratería puede afectar a cualquier producto.

Pero alguno le habrá sorprendido más…

Eso sí. Tenemos un cliente que hace motores para molinos de viento y tiene una pieza que le falsifican constantemente. Me dejó helada cuando me enteré. Pero no es el único caso. Llegamos a ver a una compañía a la que le falsificaron los pararrayos que fabricaba.

La evolución de Red Points está siendo fulgurante. Trabaja para más de 500 clientes en todo el mundo y tienen oficinas en Barcelona y Nueva York. ¿Alguna nueva sede en el horizonte?

Al vender en remoto no nos hacen falta sedes físicas aunque pensamos abrir una oficina operacional en China y otra en la zona central o en el oeste de Estados Unidos.

¿Cuál es su próxima meta?

Quiero que Red Points sea el referente mundial en la lucha contra la piratería y las falsificaciones online y también para cualquier problema de distribución. Mi idea es conseguirlo en cinco años.

¿Tuvo que romper algún techo de cristal para ser la consejera de una empresa tan exitosa?

La verdad es que no. Me da mucha satisfacción decirlo. Nunca he pensado que no podía hacerlo. No sé si por mi determinación, insistencia o porque he tenido mucha suerte en los entornos laborales en los que me ha tocado trabajar. Pero es algo que vigilo mucho. Mensualmente uno de los indicadores que reviso con más interés es el nivel de diversidad que tenemos en la empresa.

¿Imaginó que Red Points llegaría a ser tan grande?

La verdad es que siempre tuve una fe ciega en la empresa. La transformación digital ha sido el común denominador a lo largo de toda mi trayectoria profesional. Ya en 2008 me vinculé con el ecosistema de start up tecnológico al encargarme del fondo de capital semilla de Caja Navarra. Luego estuve en varios consejos de administración de start up tecnológicas asesorando a grupos de inversión. Pero eso fue hasta que Red Points se cruzó en mi camino. Me propusieron el cargo de consejera delegada desde el primer momento. Era una gran oportunidad porque se dirigían a un mercado que desgraciadamente es muy grande y lo hacían en el momento adecuado. Fue una invitación al riesgo total, pero no lo dudé y me lancé a la aventura. Estaba en el momento mental y vital para hacerlo. En los dos primeros años logramos pasar de 1 a 10 millones de dólares de facturación. Eso es algo que consiguen sólo el 0,4% de este tipo de empresas y en los próximos cuatro o cinco años esperamos alcanzar los 100 millones. Es algo que logran sólo el 0,04% de start up.