Aperitivo txiki en Lantz
- P.F.L. . LANTZ .
Ander Esáin Olagüe tiene 19 años y este año probablemente se retire. Desde hace cinco encarna al bueno de Ziripot en el carnaval infantil de su pueblo, en Lantz, así que es hora de dar relevo. Pero sucede que es el único joven de su edad en esta localidad de algo más de cien vecinos y el siguiente por abajo le lleva varios años. Así que, en este municipio, a caballo entre los valles de Ultzama y Anue, echan mano de primos o amigos y entre todos conforman la colorida comitiva a pequeña escala de uno de los carnavales más multitudinarios y ricos de Navarra. Es domingo, el aperitivo de lo que llegará hoy y mañana, en la versión adulta y con el inevitable destino en la hoguera del bandido Miel Otxin.
El carnaval infantil transcurre exactamente igual que el adulto, programado. El desfile, en torno a la música del zortziko, ayer con acordeón, hoy probablemente con txistu, se centra en unas pocas figuras: el bandido Miel Otxin, mito de la primavera; el bonachón Ziripot. hostigado una y otra vez por el incansable zaldiko, ayer representado por Iñaki Aríztegui, y los txatxos, que ponen voz y color y otorgan una velocidad trepidante al desfile que arranca en la posada y finaliza en la plaza, tras recorrer el pueblo entre nada angostas e imponentes casas de piedra cargadas de historia. Tampoco faltaron los herreros, arotzak, adelantados unos minutos a la comitiva.
Lluvia y viento del norte aderezaron ayer el desfile de mediodía; aún así no faltaron curiosos y muchas familias con niños, ávidos de ver en directo lo que han aprendido en la escuela o escuchado en sus casas: la historia de este carnaval, recuperado de manos de los hermanos Julio y Pío Caro Baroja.
Multitud de flashes recogen todo lo que acontece estos días en Lantz. La posada es base de operaciones del carnaval. Allí se almuerza, se cena, se canta, se baila y se preparan los entresijos de la fiesta. El desván es refugio de Miel Otxin y allí también calienta el zaldiko y se transforma al vecino de turno en Ziripot. Hora y media y kilos de helecho y paciencia costó ayer la tarea. Ander Esáin la soportó con humor. Varios vecinos, entre ellos el propio zaldiko y Luis Mariñelarena, que será zaldiko hoy y mañana, ayudaron a crear el personaje. El segundo se encargó de coser y unir las orondas extremidades.
Ander Esáin Olagüe tiene 19 años y este año probablemente se retire. Desde hace cinco encarna al bueno de Ziripot en el carnaval infantil de su pueblo, en Lantz, así que es hora de dar relevo. Pero sucede que es el único joven de su edad en esta loca
Diario de Navarra
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