El hongo del hielo en Ultzama

De forma caprichosa, pasa desapercibido para caminantes que, ajenos al frío del amanecer, mantienen su rutina de adentrarse en espesuras de bosques de Ultzama. Sin percatarse de su presencia, el Pelo de hielo ha pasado estos días a formar parte de su paseo. Se manifiesta entre hayedos del parque micológico como prolongación del micelio que oculto, a tres o cuatro grados de temperatura, crece en el interior de la tierra. El contraste de alta humedad y bajas temperaturas, que estos días pueden situarse entre 3 y 4 grados negativos a la intemperie, obra el milagro de su aparición espontánea.

El sábado, el hongo blanquecino, identificado como Exidiopsis effusa, captó la atención del micólogo Javier Gómez Urrutia. Aunque lo vio el año pasado, no logró hasta éste saciar su curiosidad científica con referencias documentales que dan testimonio de un episodio extraño, sujeto a coincidencias extremas de la naturaleza. “El Pelo de hielo es un fenómeno bastante raro que solo se da en latitudes entre los 45 y los 55 grados norte. Se ha documentado en Canadá, Francia, Alemania, India, Irlanda, Países bajos, Rusia, Gran Bretaña, Eslovenia, Suecia, Suiza y Estados Unidos”, pudo leer. “Es tan delicado que las inclemencias del tiempo suelen acabar con él”. A poco que suba el termómetro, desaparece a la vista. Fue descubierto en febrero de 1918 en el norte de Alemania por Alfred Wegener, el mismo científico que desarrolló la teoría de la deriva continental. Hasta hace pocos años, “ha sido todo un misterio científico”. El enigma desapareció en 2015 con un hallazgo de agentes forestales irlandeses.