La pista del yogur y la bolsa de patatas en Igantzi

Un yogur líquido de fresa y plátano, una bolsa de patatas fritas sabor york y queso, unos aros de maíz y una chocolatina. Todo esto, a medio consumir, fue lo que una patrulla de la Policía Foralencontró dentro de un coche abandonado enIgantzi tras una persecución. Un hilo más que suficiente del que tirar hasta averiguar que quien conducía durante la huida era su propietario y que la denuncia de que le habían robado el coche, puesta al día siguiente de la fuga, era falsa.

El joven de 19 años, vecino de una localidad de la comarca de Cinco Villas, va a ser investigado por un delito de conducción temeraria tras reconocer que se había inventado la denuncia. En realidad, lo que estaba haciendo la tarde del pasado 17 de octubre era huir de una patrulla de la Policía Foral por la zona. Cuando los agentes localizaron el turismo, este ya había sido abandonado en un camino de Igantzi y sus ocupantes habían escapado a pie. La policía precintó el vehículo y lo dejó en el lugar. Pero no tardarían en volver a saber de él.

Al día siguiente, el dueño del coche denunció que se lo habían robado, primero de forma verbal ante la Guardia Civil de Bera y después ante agentes de la comisaría de Elizondo de la Policía Foral, que se personaron en su domicilio esa misma mañana. El joven les relató que la tarde anterior se había marchado a San Sebastián con su novia sobre las dos de la tarde y que regresó sobre las doce de la noche, sin fijarse si su coche seguía estacionado. Añadió que esa mañana, al ir a coger el coche para ir al monte, había descubierto que no estaba, por lo que denunciaba su robo. Los agentes le informaron entonces de que su vehículo había sido inmovilizado la tarde anterior tras verse implicado en un delito contra la seguridad vial. Y a pesar de que le advirtieron de las consecuencias de una denuncia falsa, el joven mantuvo su versión de que se lo habían robado.

Lo policías forales, recelosos de la historia del joven, acudieron a continuación a Igantzi para inspeccionar el estado del vehículo. Ahí fue cuando descubrieron un bote de yogur líquido en el reposapiés del copiloto, en cuyo asiento estaban las patatas, los aros de maíz y la chocolatina.

Decidieron seguir esta pista. Acudieron a un supermercado de la localidad donde reside el propietario del coche y tras hablar con la encargada revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de la tarde anterior. Y ahí se resolvió el caso. A las 18.38 horas, en un momento en el que el joven decía estar en San Sebastián con su novia (ella corroboró su versión), se le ve en el supermercado con otro joven comprando el yogur, las patatas... Ante las evidencias, el joven confesó: no le habían robado el coche y era él quien conducía la tarde anterior. Así que retiró la denuncia por robo. Sobre la conducción temeraria, tendrá que responder en el juzgado.

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