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Suspensión de las fiestas de Tudela

La opinión de los ex alcaldes de Tudela: Tristeza y responsabilidad

Cinco ex alcaldes de la ciudad, Eneko Larrarte, Luis Casado, Luis Campoy, José Antonio Pérez Sola y Alberto Tantos, reflexionan sobre la suspensión de las fiestas de Santa Ana y apoyan la decisión del alcalde actual. Apelan a la responsabilidad ciudadana

Tristeza y responsabilidad Jesús Manrique

La suspensión de las fiestas de Santa Ana por la crisis del coronavirus ha supuesto un contratiempo para todos los tudelanos, y más para sus ex alcaldes, que las han vivido en primera línea durante su etapa al frente del consistorio. Los últimos cinco: Eneko Larrarte, Luis Casado, Luis Campoy, José Antonio Pérez Sola y Alberto Tantos, reflexionan sobre la nueva situación y el impacto de las no fiestas en la ciudad. Todos coinciden en la “pena” que supone su supresión, y apelan a la responsabilidad de la ciudadanía en las calles. Asimismo, apoyan la decisión de suspenderlas del actual alcalde, Alejandro Toquero, e indican que habrían actuado de igual forma.

LARRATE: “LA DECISIÓN MÁS ACERTADA”

Eneko Larrarte, alcalde en la anterior legislatura, se toma este momento con “pena y responsabilidad, pero es una decisión acertada”. “Las fiestas son algo que esperamos durante meses y ahora no se pueden realizar. Los reencuentros con la gente son bonitos, pero hoy ni se puede ni se debe. Todos los alcaldes tomaríamos la misma decisión. Es la más acertada”, afirma.

Larrarte vivirá las fechas señaladas “con algún encuentro con amigos de carácter reducido algún día”. Recuerda que en su etapa como alcalde solo un hecho puntual obligó a parar un acto del programa. “Un exitoso concierto en la plaza de los Fueros colisionó con un acto tradicional como es la Revoltosa, que hubo que parar por peligro de avalancha y tropiezos, pero en ningún caso nada comparable a la situación actual”, asegura.

CASADO APELA A LA RESPONSABILIDAD

Por su parte, Luis Casado Oliver, alcalde entre los años 2003 y 2015, se expresa en similares términos. “Es complicado ponerse en el lugar del alcalde. Es una difícil decisión la de parar todo por razones sanitarias, pero es obligada y adecuada. Mientras no haya vacunas hay que tomar todas las medidas necesarias ante nuevos brotes. Visto lo pasado es la única y la más responsable postura. No se hubiera entendido de otra manera”, reflexiona.

Asimismo, apela a la responsabilidad de los tudelanos. “Es difícil de imaginar que algo llegara a suspender total o parcialmente las fiestas. Todos esperamos 365 días deseosos de que lleguen, pero esta es una situación extrema. Hay que ser responsables. Ha habido muchos muertos. Por las fiestas no se puede poner en riesgo la salud de la población”, asegura.

Casado cree que: “Serán días normales, tristes porque el día de Santa Ana es especial, es nuestra patrona, pero habrá que vivirlo con normalidad, no asumir riesgos ni repetir errores. Hay que ser conscientes de lo que hay, es decir, un 24 de julio sin nada especial, olvidar las multitudes, si no mal vamos todos”. Y tiene la mente puesta en las próximas. “Tendremos que pensar en las de 2021 y en cómo las vamos a vivir. Quizá si apareciera una vacuna se podrían celebrar las no fiestas de 2020 en enero y así ayudar a la hostelería”, asegura.

En su periodo municipal, recuerda que una tormenta le hizo temer por el lanzamiento del cohete. “Cuando era concejal, la noche anterior al lanzamiento del cohete que iba a tirar, cayó una intensa tormenta y pensé que habría problemas. Fue duro y extraño, pero el 24 de julio todo salió bien”, comenta.

CAMPOY: “NO TIENE OTRA SOLUCIÓN”

Por su parte, Luis Campoy Zueco, que estuvo al frente del Ayuntamiento entre los años 1995 y 2003, siente “tristeza”. “No tiene otra solución. Lo que realmente me preocupa es la razón por la cual se suspenden”, explica. Asimismo, coincide con la decisión de la alcaldía actual. “Habría hecho, en líneas generales, lo mismo. No se puede hacer otra cosa. La fiesta en sí no va a haber. No sabemos cuánto va a durar esta situación, no solo en Tudela, sino a cuántas fiestas va a afectar todo lo que queda de año. Esto no se va a pasar pronto”, augura.

Campoy estará en Tudela en esas fechas. “Las fiestas nunca me las perdía. Por la situación sanitaria actual, con más razón me quedaré aquí. No quiero salir fuera a ningún sitio”, afirma. De su etapa como primer edil recuerda el ahogamiento en fiestas de 2002 de un joven de 15 años en el Ebro. “Fue un hecho desagradable en semejantes días”, rememora.

PÉREZ SOLA: “HAY QUE TENER MUCHO CUIDADO”

José Antonio Pérez Sola, alcalde de 1983 a 1995, también se ha visto impactado por la supresión. “Supone un golpe fuerte para mí por las emociones que he vivido en 4 años de concejal y en 12 de alcalde. Las fiestas son un elemento importante en la vida de Tudela para toda la gente, que las espera con esperanza. Sienta mal pero no critico a nadie, la culpa es del coronavirus. Tal como están apareciendo rebrotes hay que tener mucho cuidado para salvar la salud de la gente. Los almuerzos y las reuniones habrá que vivirlas con responsabilidad, sobre todo los jóvenes, siempre cumpliendo las garantías sanitarias”, apela.

También apoya la decisión del Ayuntamiento actual. “Hubiera actuado igual que Toquero, que ha hecho lo que tenía que hacer tal como venía la situación. Mientras no haya una vacuna hay que vivir esta nueva normalidad. Siempre debe primar el beneficio de la salud. Es una decisión correcta del ayuntamiento”, dice. En las fechas de la festividad no espera grandes cambios en su quehacer diario. “Haré vida normal. Ya estoy fuera de la política. Saldré de casa a dar una vuelta tranquila, disfrutaré de las terrazas, y gastaré algo para que los bares puedan revitalizar la economía..., siempre tomando precauciones”, prevé.

Sí recuerda un hecho trágico que a punto estuvo de suprimir las fiestas en 1982. “En mi etapa de concejal las fiestas casi se suspendieron por un accidente de tráfico en el que murieron tres jóvenes de Tudela. Lo recuerdo especialmente”, lamenta.

TANTOS: “DECISIÓN INAPELABLE E INEVITABLE”

Alberto Tantos, alcalde entre 1980 y 1983, coincide con Pérez Sola en aquel “accidente en vísperas de fiestas de esos tres jóvenes que regresaban a Tudela de un festival de música en Zaragoza”. “Fue muy lamentable y una mala suerte”, apunta.

Tantos recuerda también la muerte en Tudela de la activista Gladys del Estal el 3 de junio de 1979. “Pese a que no ocurrió en fiestas, fueron días dolorosos, intensos y duros, con manifestaciones. Tudela puso el nombre de una calle en su recuerdo”, indica.

Al margen de estas dos “importantes desgracias”, para Tantos la suspensión de las fiestas de 2020 supone un “batacazo”. “No cabe duda de que en Navarra la gente trabaja y disfruta y se espera a que lleguen las fiestas para estar en compañía de algunos amigos que solo ves una vez al año. Son épocas muy interesantes para vivirlas con tu gente”, señala.

Cuestionado sobre si habría tomado la misma postura que la corporación actual, indica: “No sé si habría sido la misma decisión, pero no diferiría mucho. Es algo inevitable tras un confinamiento, y ha habido que insistir a la ciudadanía en esta necesidad imperiosa. Está en juego la vida de las personas, y la economía achucha, pero todo debe girar en función de la salud. Hay que hacerlo. Es una decisión inapelable e inevitable. No se había conocido en la historia reciente de Tudela algo así”, zanja.

Tantos indica que “no va a cambiar mucho” su actividad en las no fiestas respecto a otras. “Siempre las he vivido intensamente. Me gusta la vivencia en la calle, y disfrutar de la camaradería con nuestra gente, comer y cenar y echar un par de vinos con unos y otros charlando”, afirma.

La suspensión de las fiestas de Santa Ana por la crisis del coronavirus ha supuesto un contratiempo para todos los tudelanos, y más para sus ex alcaldes, que las han vivido en primera línea durante su etapa al frente del consistorio. Los últimos cinc

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