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El final de la pandemia eleva a 1.500 los peregrinos riberos en la Javierada

Los primeros grupos iniciarán su camino al Castillo el jueves 2, a los que se unirá el viernes el grueso de la expedición

Instante de la reunión celebrada en Tudela entre representantes de los grupos de peregrinos de la Ribera y los organizadores de la Javierada aldanondo

Tras dos años bajo los efectos negativos de la pandemia, los grupos riberos de la Javierada recuperarán en esta edición (del 2 al 5 de marzo) el número de peregrinos previo a la llegada del coronavirus. Así, de los 900 caminantes de la comarca que pusieron rumbo al Castillo en la pasada edición de 2022, en esta ocasión se volverán a registrar alrededor de 1.500.

Como se recordará, la pandemia obligó a suspender la Javierada de 2021, mientras que la de 2022 se celebró bajo muchas restricciones. Los grupos riberos tuvieron que hacer frente a las medidas de seguridad sanitarias vigentes en ese momento, siendo la principal traba la imposibilidad de pernoctar en los pabellones municipales y en las iglesias que habitualmente son utilizados por los peregrinos.

Un año después, ya superada la pandemia y suspendidas las restricciones, los grupos riberos han incrementado su número de peregrinos a cifras previas a la covid.

Así se constató el jueves en la reunión convocada en Tudela por la Comisión de Javieradas de la Ribera a la que acudieron varios representantes de los grupos de la comarca. A la cita también asistió Óscar Azcona Muneta, delegado episcopal de Misiones del Arzobispado y director de las Javieradas; y el colaborador en la organización de esta cita, César de Diego Urquiola. Por parte de la Comisión de Javieradas de la Ribera estuvieron presentes sus responsables Chente González y Chus Rodríguez.

A falta de las últimas incorporaciones y registros de algunos grupos, la expedición ribera a Javier estará formada por esos citados 1.500 peregrinos, que contarán con el apoyo de 52 vehículos.

En esta ocasión, y como novedad, los grupos han tenido que pagar una cuota de 3 euros por vehículo para obtener su correspondiente pase. Un pase que les permitirá acceder a tramos de carretera o puntos de la ruta restringidos, siempre bajo la autorización de los cuerpos policiales competentes.

Petición para ver al santo en Javier y mayor limpieza en Cantolagua

La buena noticia de la recuperación del número de peregrinos a datos prepandemia contrastó con las discrepancias surgidas durante la reunión entre algunos de los representantes de los grupos riberos y los organizadores de la Javierada.

Uno de los puntos de fricción surgió ante la reiterada solicitud de algunos grupos para que la iglesia del Castillo de Javier permanezca abierta durante la tarde del sábado más allá de la celebración de la misa programada para las 17 h. De este modo, según indicaron los reclamantes, se permitiría a los peregrinos riberos ver la imagen de San Francisco Javier, ya que, según apuntaron, estos suelen llegar a este destino después de la misa y se encuentran con el templo cerrado.

Al respecto, el director de la Javierada apuntó que este tema “no depende de mí, porque el Santuario es de los Jesuitas”, a lo que los demandantes le solicitaron que hiciera la gestión como representante del Arzobispado.

Azcona respondió que “los Jesuitas no son el Arzobispado”. “De hecho yo entro allí con su permiso”, indicó, antes de prestarse a realizar la petición, “algo que también podéis hacer vosotros”, dijo.

La cuestión de Cantolagua

Otro asunto que generó cierto malestar entre los grupos riberos fueron las condiciones en las que se encuentran las instalaciones del Frontón Cantolagua de Sangüesa, lugar donde pernoctan cerca de 300 peregrinos durante la noche del sábado al domingo.

Según explicaron, la falta de limpieza en esta instalación durante esa jornada hace que los peregrinos que llegan más tarde se encuentren con suciedad en las duchas.

Algunos de los representantes de los grupos indicaron que cada uno de sus peregrinos paga 5 euros por el uso de Cantolagua. “Y si se paga, se podrá exigir”, indicó.

El director de las Javieradas respondió que esa exigencia “es hasta cierto punto, porque Cantolagua no es un hotel”, y comentó que la empresa gestora de la instalación podría hacer una limpieza entre las 20 y 22 horas, con la condición de eliminar el turno de duchas durante ese periodo.

Azcona recordó a los presentes que la delegación de Misiones “no tiene por qué organizar Cantolagua”. “Bastante preocupación tenemos con el plan de autoprotección, con organizar la plaza... Esto (en relación a Cantolagua) es pecata minuta, y creo que sois adultos y maduros para que os podáis organizar vosotros”, dijo.

Al respecto, algunos de los presentes recordaron que los grupos que ahora pernoctan en Cantolagua lo hacían anteriormente en la iglesia de Santa María, y que el cambio al frontón respondió a una petición hecha por la Comisión de las Javieradas de la Ribera.

Tras dos años bajo los efectos negativos de la pandemia, los grupos riberos de la Javierada recuperarán en esta edición (del 2 al 5 de marzo) el número de peregrinos previo a la llegada del coronavirus. Así, de los 900 caminantes de la comarca que pu

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