La carta de José Ramón Bronte Les: "¡Aquella vaca casi me mata!"

Sí, fue en las fiestas patronales de Arguedas, el 7 de agosto de 2022. En este tipo de festejos taurinos, yo siempre me posiciono como espectador, nunca como corredor o recortador.

Tuve un error. Bajé al ruedo antes de que metieran al ganado en los corrales y sucedió que una de las vacas me embistió. La cornada, en el cuello, fue mortal de necesidad.

Dos jóvenes espectadores llamados Alberto Gimeno y David Igea, uno de Tudela y el otro de Corella, que en ese momento se encontraban en el callejón, me auparon con sumo esfuerzo y me sacaron malherido del ruedo. Mi eterno agradecimiento a ellos.

Casualmente viendo las vacas en la plaza estaba presente el cirujano Efrem Civilini (doctor que trabaja y reside en Milán) y su querida familia, quienes se encontraban visitando las Bardenas.

Y ahí ocurrió el milagro divino (creo, siento en los milagros).

El doctor, rápidamente, dándose cuenta de que la cornada era muy grave, se puso manos a la obra urgentemente. E hizo lo que su conciencia humana y profesional le dictó, socorriéndome en la ambulancia y, posteriormente, ya en el Hospital Reina Sofía de Tudela, interviniéndome con éxito (de ahí que yo pueda contarlo y escribirlo).

Esta carta quiere ser un humilde homenaje por mi parte al doctor Efrem Civilini; a los profesionales que le acompañaron en su labor (ora y labora); y a los dos jóvenes, Alberto Gimeno y David Igea, que me sacaron del ruedo.

Creo en los ángeles guardianes que nos acompañan en este valle de lágrimas y dicha. Creo en ellos, los que estuvieron en aquella tarde fatídica; y también creo en los ángeles guardianes que viven en el más allá, nuestro querido padre (descanse en paz), entre otros.

Afrontar la muerte es el primer paso para celebrar la vida (con cariño, amor en el presente. Eso es Dios).

Agradezco todos los días a esos ángeles que yo siga viviendo para amar la vida a pesar de los pesares.

De nuevo, mi agradecimiento a los sanitarios, especialmente a los profesionales de los hospitales de Tudela y Pamplona, y a Alberto Gimeno y David Igea.

Gracias a los lectores por su atención. Les deseo fuerza con luz divina. Se despide sobreviviente José Ramón Bronte Les.

Gracias de nuevo a Dios.

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