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La metamorfosis de las cuadrillas de Estella

La ciudad puso este sábado punto final a sus carnavales con la cita de los disfraces variopintos que aprovechan las cuadrillas con hijos para un ‘tardeo’

Un momento de los Carnavales de Estella Montxo A. G.

El Carnaval variopinto de Estella se convierte en una excusa perfecta para aquellos padres y madres con niños pequeños de cuyas agendas de ocio han borrado el poteo nocturno. Pero este sábado la fiesta permitía salir también con los pequeños y disfrutar del ‘tardeo’ desde las seis cuando la organización citó a los participantes en la plaza de los Fueros. Como manda la costumbre, la quinta del año, la del 94, se integra en la comisión de carnaval para preparar la fiesta.

“Hemos estados involucradas sobre todo seis personas pero hoy (este sábado para el lector) nos hemos juntado una treintena de voluntarios”, comentaba Judit Moreno Echávarri, que recalcó que cualquier joven de Estella se puede integrar en la quinta. En mayo, pondrán el punto final a sus responsabilidades que han incluido en las fiestas de agosto atender la barra de la plaza San Martín, en organizar las fiestas de la juventud de octubre y en Navidad, en la carrera de San Silvestre, poner un stand solidario. “Nos gustaría antes de la Virgen del Puy (en mayo) organizar alguna master class para recoger fondos”.

Además de cuadrillas, la tarde también invitó a sumarse a la fiesta a las familias. “Somos los saturninos”, explicaban Ana Martínez González y Silvia Zabala González de los 11 adultos y 4 niños caracterizados como marcianos con nave espacial incluida. “Cada vez somos más adultos y menos pequeños”, decían entre risas y remarcaban que no había nada comprado, que todo lo hacían ellos.

Como la cuadrilla de Amaya Ugarte Arbeloa, que había visto el disfraz en Instagram simulando una montaña rusa. Diez adultos, sin hijos - “aunque andan por aquí cerca”- que se apuntan al ‘tardeo’ después de estar medio año preparando el traje que incluía la silla de la atracción. Y en pareja disfrutaban Diego Crespo Pérez de Albéniz y Puy Andueza Urriza caracterizados de Mario Vaquerizo y Alaska. “Como ellos, somos la pareja ideal”, bromeaban. Ambos jóvenes apuntaban que preferían el ‘tardeo’ a los bares de la noche. “Tienes más horas por delante y al día siguiente hasta buen cuerpo para ir al vermú”.

DESDE PAMPLONA A DISFRUTAR

Vanesa Echávarri Erdozáin es de Estella pero vive en Pamplona. “Y hasta el año pasado no venía a carnaval pero como ya tengo el niño, me he juntado con la cuadrilla”, decía riendo con Oihan Echávarri Zabalza en brazos. El grupo había optado por disfrazarse de Batman y Joker, con algunos de los pequeños a bordo de sus coches. En total, 15 adultos y 11 niños que habían comido en la bajera. “El disfraz siempre lo eligen nuestros hijos”.

En la cuadrilla de padres de Lizarra Ikastola, que escogieron ir de apicultores, abejas reinas (los pequeños) y osos, en cambio las que deciden son las madres. “Algunas es que le damos mucho a la cabeza porque tardamos en dormirlos”, decía con una carcajada Natalia Orduña López. “Pero cuesta más la idea y decir cómo lo haremos que luego hacerlo. En menos de 24 horas ya lo teníamos listo”, aseguraba Ion Ander Arcos Guinea, de un grupo formado por 6 adultos y ocho niños.

Y más ovnis con sus marcianos, esta vez la cuadrilla de Marta Aguinaga Urra, en la que había 16 padres y madres y 16 pequeños. “El año pasado ganamos con un disfraz en el que llevábamos hasta una pirámide”. Esta vez, junto a ellos, había una nave espacial donde se refugiaban sus hijos. “Somos los amigos de toda la vida que conforme hemos ido teniendo niños hemos cambiado la noche por la tarde. Y la verdad es que te lo pasas muy bien”.

Otros asiduos a la cita son los usuarios del taller ocupacional de Anfas, a los que además la organización les encomendó luego repartir el chocolate de media tarde, antes de la batukada. Este año, se habían vestido de trolls, al igual que las voluntarias que les acompañaban, como Margari Martínez Lainez. “El carnaval nos viene muy bien para los talleres ocupacionales que tenemos todos los sábados a la tarde. Les ponemos imágenes de varios disfraces y entre todos eligen uno. Y luego nos dedicamos a prepararlos juntos”. El grupo fue uno de los que se presentó al concurso, al que se inscribieron 62 en categoría infantil, 7 en juvenil y 13 en adultos.

El Carnaval variopinto de Estella se convierte en una excusa perfecta para aquellos padres y madres con niños pequeños de cuyas agendas de ocio han borrado el poteo nocturno. Pero este sábado la fiesta permitía salir también con los pequeños y

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