El peregrino estadounidense vuelve a casa agradecido a quienes le salvaron la vida

Se llama Ryan Thibodaux, tiene 48 años y vive en Nueva Orleans, donde ejerce como dentista y toca la trompeta en una banda. El peregrino estadounidense que el pasado sábado fue corneado en el encierro de fiestas de San Gregorio en Los Arcos vuelve a casa -estaba previsto que pudiera viajar ayer- para seguir allí su recuperación. Le quedan por delante nuevas operaciones en su país de las heridas sufridas. Muñeca y tobillos rotos y cornadas en el muslo que hicieron necesario su traslado con pronóstico reservado al hospital San Pedro de Logroño, donde fue intervenido y ha permanecido ingresado estos días.

Antes de hacerlo, ha querido expresar su agradecimiento. Ryan Thibodaux, que había llegado ese sábado a Los Arcos para pernoctar en el albergue la Casa de la Abuela antes de seguir su ruta hacia Santiago, mandó un “gracias grande” a la familia del número 17 de la calle Mayor por su ayuda y por “salvar su vida”. Fueron las personas que salieron al rescate cuando la vaca se cebó con él para intentar alejarle del animal metiéndole en un portal. “También a Rioja Salud, a los médicos de San Pedro y a todos los enfermeros del hospital, por salvarme y ser excelentes en su cariño y su trabajo”, añade.

El peregrino, que hacía el Camino con su amigo norteamericano Christian Vaicius y el hijo de este, de 13 años, ha querido también “pedir perdón a la comunidad de Los Arcos por interrumpir su celebracion de San Gregorio”. Regresa a su hogar, pero con una promesa. “Volver cuando pueda con la pierna y llevar mi trompeta para participar en las fiestas de San Gregorio”. Fue el sentimiento en torno a la música y el interés con el que seguía la actuación de la banda ese sábado festivo, lo que le llevó a entablar conversación con uno de sus intérpretes. Más tarde, compartiría paella y sobremesa con una cuadrilla en una localidad que se ha preguntado estos días con preocupación por su estado.

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