Malestar en DYA por el “caos” vivido en los encierros y vaquillas de Estella

No hubo que lamentar heridos de gravedad y se saldaron con éxito de público, pero con el paso de los días trasciende el “caos” organizativo en torno a los encierros y suelta de vaquillas del pasado fin de semana en Estella. Un malestar por cómo el Ayuntamiento, promotor de estos festejos en torno a la conmemoración de la Virgen del Puy, dispuso la atención sanitaria encargada a DYA Navarra, molesta hoy por cómo discurrieron las cosas y por el conjunto de situaciones vividas por los efectivos desplazados a la localidad.

Contratados por el consistorio para un servicio que no incluía profesionales ni de Medicina ni de Enfermería, el operativo desplegado tuvo que resolver esta cuestión in extremis y con sus propios recursos cuando se hizo necesaria esta cobertura y comprobó que no se contaba con nadie para prestarla. Salió al rescate el sábado un médico de la localidad que presenciaba la suelta de vaquillas entre el público y que, al ser testigo de lo que ocurría, se hizo cargo de manera voluntaria de atender a quienes a lo largo de esa suelta lo fueron necesitando. Ya el domingo, con el precedente de la víspera y aunque también con muy poco margen, DYA pudo al menos contratar a dos profesionales para desarrollar el servicio.

Para ambos días del fin de semana, la asociación desplazó desde Pamplona dos ambulancias de soporte vital básico, con dos técnicos pero sin ese otro personal sanitario, a diferencia del equipo humano con que cuentan las de soporte vital avanzado. Hubo más. El servicio contratado inicialmente planteaba que los dos vehículos permanecieran en el encierro, en dos puntos diferentes, pero ya solo una se quedara en las vaquillas. Primer problema porque, de ser de esa manera, ¿qué ocurre si, como así pasó, se hace necesario un traslado al hospital? Que se hubiera debido suspender el festejo. Así que la propia DYA, como hizo con el tema de los sanitarios, resolvió esta situación y dejó en Estella su segunda ambulancia, que prácticamente se dio la vuelta en el último momento cuando ya regresaba a la capital navarra.

LA TENSIÓN EN LA PLAZA

Desde la gerencia de DYA Navarra se declinó este jueves hacer valoraciones sobre lo ocurrido. Pero el malestar trasciende y explica ahora imágenes como las vividas el sábado por la tarde en la plaza de toros. Un festejo que concluyó con dos traslados al Hospital García Orcoyen al que se había sumado previamente el de una persona con posible traumatismo durante el encierrillo de las seis.

El primer momento de tensión se vivió en la segunda vaquilla, cuando se desvaneció una joven sentada entre el público que fue atendida por los efectivos de DYA y por ese médico voluntario, pero no llegó a ser trasladada al hospital. Después, en la tercera, un joven fue volteado por la vaca, quedó tendido en la arena inconsciente y sacado por otros compañeros. Desde el público, se escuchó entonces preguntar dónde estaban los sanitarios antes de que los efectivos de DYA llegaran hasta él para llevarle al hospital. La tarde concluiría aún con otro traslado.

Entre vaquilla y vaquilla, Jorge Crespo, edil de Juventud y Servicios que estaba en la presidencia, dejó el palco para dirigirse al lugar donde se encontraba Policía Foral. Indicó ayer que en un primer momento los agentes le comunicaron que debía interrumpirse la suelta por no haber médico ni personal de Enfermería. Ni en las ambulancias, al no haber sido contratados para ello. Ni en la plaza, que no cuenta con este servicio habitualmente en los festejos populares como los del fin de semana. Subrayó que todo se resolvió y la tarde pudo continuarse con normalidad. Indicó que se siguió con la normativa vigente y defendió el proceder del Ayuntamiento.