Irati maravilla también en primavera
Los visitantes de la Selva de Irati en mayo y junio se sorprenden por poder caminar casi en soledad, situación que contrasta con la concentración de centenares de turistas en otoño. Desde la zona invitan a conocer la “explosión de naturaleza” primaveral
- Aser Vidondo
La Selva de Irati luce impresionante en primavera. Hemos caminado observando el verdor de las hayas y escuchando a los pájaros. Un paseo muy agradable a cubierto del sol por el arbolado. Y, para nuestra sorpresa, lo hemos hecho sin cruzarnos casi con nadie”. El grupo de visitantes, llegado desde Pamplona, regresa a su vehículo aparcado junto a la presa de Irabia tras recorrer parte del trazado que bordea el embalse. Es sábado, 28 de mayo, y el sol brilla con fuerza, elevando los termómetros por encima de los 20 grados. A esa hora, los coches estacionados en esta entrada a Irati desde territorio aezkoano no alcanzan la veintena. Una situación que queda muy lejos de la que se vive cada otoño, cuando Irati levanta un interés turístico tan amplio, con visitantes llegados desde todo el país, que obliga incluso a promover un protocolo de regulación de accesos. Una realidad que constatan asimismo los vecinos de la zona.
“En primavera puedes recorrer Irati y sus senderos en silencio y sin apenas contacto con otros grupos. Y eso que es una época tan bonita como la otoñal, si no más”. Así lo afirma Amaia Ayarra Adot, responsable de la empresa pública salacenca Irati Basoa que gestiona, entre otros servicios, las instalaciones de Casas de Irati, ubicadas en la principal puerta de acceso a la selva desde Salazar.
“El verde fosforito que ahora mismo lucen las hayas es espectacular. Tras todo un invierno con las ramas vacías, vuelve el buen tiempo y vuelve la vida. Y, sin desmerecer la paleta de colores del bosque del otoño, esta explosión de verdes es increíble. Luego están las flores, los ríos, etc., y además tienes más margen de tiempo para venir a verlo, frente a la caída de la hoja otoñal, que es un proceso más rápido”.
A diferencia del verano o el otoño, donde hay mayor demanda turística y abre a diario, Casas de Irati solo atiende en primavera de jueves a domingo. “Mayo sigue siendo un mes flojo comparado con otras épocas del año”, destaca. “Y de hecho a quien viene le sorprende coincidir con tan pocos caminantes”, añade.
SE DIFUNDE EL OTOÑO
¿Por que no atrae tanto al turismo la Selva de Irati en primavera? Los factores pueden ser varios. Pero si en algo hay consenso en la zona es en que no se ha publicitado tanto esta época del año como el otoño. “Históricamente, las imágenes difundidas en campañas turísticas sobre Irati eran otoñales, y también desde los medios de comunicación se ha contribuido a fomentar el turismo en esa época”. Así lo cree Gustavo Goiena Agirre, uno de los responsables del Centro de Interpretación de la Naturaleza y Oficina de Turismo de Ochagavía.
Con los datos en la mano, refiere que el mes de mayor número de visitantes es agosto, coincidiendo con las vacaciones de verano, seguido por octubre, donde “sin embargo, los fines de semana son más fuertes”, en algún caso vinculados a los puentes del Pilar y Todos los Santos.
“No me gusta hablar de saturación o masificación turística de Irati en otoño, porque no es verdad, y de hecho en 2021 apenas se cerraron los accesos puntualmente un par de veces, pero sí que es una época muy fuerte”, indica, recordando asimismo que “en el entorno de Irati, y por todo el Pirineo, existen decenas de caminos y parajes también muy recomendables para visitar”.
Volviendo a la primavera, destaca no obstante que “se ve algo más de turismo que hace 15 o 20 años”, aunque “sigue siendo temporada baja”. Y suma otro posible factor del escaso tirón turístico primaveral de Irati. “Aquí la primavera llega tarde, casi en mayo, y para entonces el turismo ya ha disfrutado de la Semana Santa y está encarando el final del curso con la vista puesta en el verano”, expone. Por contra, “acudir a Irati en octubre puede resultar más fácil, como una última escapada antes de que lleguen el invierno y las Navidades”.
Y llegado a este punto, apuesta por “difundir qué es Irati en primavera”. “Es vida, es agua y cascadas brotando, es el verde luminoso de las hayas cuyas hojas acaban de brotar en mayo... Tiene un colorido tan precioso como el del otoño”, cree.
UNA EXPLOSIÓN DE VIDA
En primavera, el punto turístico de Arrazola, en la entrada aezkoana a Irati, permanece abierto “en días contados”. Así lo asegura Karlos Bueno Reka, presidente de la Junta General del Valle de Aezkoa. La razón es evidente. “No suele venir mucha gente. El jaleo empieza a partir de San Fermín”.
“El turismo tiene muy idealizado el otoño de la Selva de Irati, es algo muy interiorizado, y por eso apuesta por acercarse mucho más en esa época del año. Luego, la otra etapa fuerte de visitantes es el verano, donde lógicamente se tienen vacaciones y también viene mucha gente de otros territorios”, explica.
“Haría falta promocionar Irati desde otra perspectiva. Animar a la gente a conocerlo en las tres estaciones del año en que es posible acceder: primavera, verano y otoño”, dice. Esto ayudaría a “desestacionalizar el turismo” y a apoyar un sector hostelero que pasa la primavera “en temporada baja”, si bien “en los últimos años hay algo más de movimiento”. “En primavera, Irati es toda una explosión de vida, de naturaleza, de verde, de coloridas flores... Está muy chulo”.
Coincide con sus reflexiones Mikel Aoiz Iriarte, alcalde de Ochagavía, municipio que da acceso al hayedo-abetal por Salazar. “En mayo y junio, Irati es alegría, color, pájaros cantando... A mí me encanta y al visitante que viene, también, sobre todo porque no se encuentra con los agobios de coches o autocaravanas de algunos momentos del otoño”.
Sin embargo, cree que al estallar la primavera tan tarde en la Selva de Irati, a partir de mayo, “coincide con una época en la que la gente quizá prefiere ya acercarse más a la playa”.
“Sería interesante impulsar este destino de naturaleza a nivel oficial también en primavera. Así se lo he trasladado al área de Turismo del Gobierno, y se mostraron favorables. Y no se trata de criticar el otoño, ni mucho menos, sino de magnificar la primavera en Irati. Desestacionalizar y equilibrar la llegada de visitantes”, sentencia.
El puente hundido en enero de 2020 en el entorno del embalse de Irabia sigue sin ser arreglado, imposibilitando completar el recorrido circular en torno al mismo. “Esperamos que algún grupo parlamentario nos apoye y conseguir financiación presupuestaria para reponerlo”, indica Pedro Mascaray, presidente de la Junta de Salazar. Entretanto, “se valora habilitar un paso temporal unos 500 metros aguas arriba del río Urbeltza adaptando un sendero existente”.
La Selva de Irati luce impresionante en primavera. Hemos caminado observando el verdor de las hayas y escuchando a los pájaros. Un paseo muy agradable a cubierto del sol por el arbolado. Y, para nuestra sorpresa, lo hemos hecho sin cruzarnos casi co
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