El radar de la avenida Navarra, el que menos se respeta de los 11 de Pamplona
El consistorio realizó 5.363.183 mediciones en 2020, siendo el túnel de la avenida de Navarra el que menos se respetó
Si usted conduce, puede que en más de una ocasión haya convivido con una clara paradoja en su cabeza: ¿cómo es posible que los vehículos que circulan más despacio que nosotros son un estorbo y los que van más rápido unos locos kamikazes? La evolución del motor, unido a la destreza de sus ocupantes, ha desencadenado coches capaces de retar al extremo de velocidades estratosféricas. ¿Y para qué? Para tener que respetar los límites marcados en las ciudades. Pero una cosa es la percepción y otra, muy distinta, la realidad. ¿Usted piensa que en Pamplona se conduce deprisa? Sea cual sea su respuesta, los datos lo niegan.
CASI 10.000 DENUNCIAS
Seguridad Ciudadana realizó, a través de los once radares fijos repartidos por las distintas calles de Pamplona, más de cinco millones de mediciones (5.363.183). Y eso que 2020 fue el año de la pandemia, el mismo en el que tuvimos que permanecer en casa sin salir. Pese a todo, el consistorio cursó 9.973 denuncias a conductores por haber sobrepasado una de estas cabinas de control de velocidad a más de los 50 kilómetros por hora reglamentarios.
Y aunque lo pueda parecer, los datos obtenidos avalan una cifra curiosa: 42,28 km/h. Es la velocidad media registrada a lo largo del año pasado por los once radares fijos de la capital. Esos ante los que todos los conductores frenamos en cuanto los vemos amenazantes. En ninguna de las cabinas se superó, de media, el límite de los 50 km/h. Es más, la mayor velocidad media se registró en Beloso, con 46,27 km/h. De ahí para abajo, como en la Media Luna (44,64 km/h) o el túnel de la avenida Baja Navarra (43,78 km/h). En la cara opuesta, las cabinas que notificaron un menor exceso de prisas fueron las de San Jorge (33,68 km/h) y avenida de Guipúzcoa, con 37,09 km/h.
CALMADO REAL
Ahora bien, si tenemos en cuenta la relación entre el número de mediciones y las infracciones cometidas, los radares que más irregularidades plasman son los situados en el túnel de la avenida de Navarra (0,55%) y avenida de Aróstegui (0,51%). Muy lejos de las cifras que manejan cabinas como avenida de Zaragoza (0,09%) o del Ejército (0,08%). Más allá de las cifras, las nuevas directrices de la DGT, en las que trabaja Pamplona, pretenden lograr un calmado de tráfico efectivo.
<div class="destacado_100">"VEO UN RADAR Y PISO EL FRENO POR INSTINTO"</div>
Basta detenerse durante algunos minutos cerca de alguna de las cajas de radar que el Ayuntamiento de Pamplona tiene emplazadas a lo largo de la ciudad y observar. En un grueso mayoritario de las ocasiones, la tendencia general indica que la luz de freno de los vehículos que pasan por delante de la más que conocida ‘caja amarilla’ se enciende. Una vez sí, y otra también, cada vez que un conductor se aproxima a este detector de velocidad.
Y no significa que lo estén haciendo mal ni que el cuentakilómetros marque más del límite permitido (o sí), sino que el impulso involuntario de quienes se sitúan al volante es reducir la velocidad, asegurándose de que la posible sanción por incumplimiento se quede en el tintero.
¿RECAUDATORIO?
En una conversación aleatoria en una mañana de esta misma semana frente a dos radares de Pamplona (en los barrios de San Jorge e Iturrama), las respuestas coinciden de principio a fin. “La verdad que nunca lo había pensado, pero es cierto. Freno siempre, incluso cuando sé que voy despacio o hay atasco. Me han multado en alguna ocasión, la última vez en la Cuesta de Beloso, y casi prefiero no repetir”, se sincera Bartolomé Quel. Habituado a coger el coche para llevar a sus hijos al colegio y desplazarse después a la Ciudad del Transporte, Bartolomé opina que son muchos los que corren tras pasar la cabina.
De ahí que las nueva normativa de la DGT, en la que se ha reducido la velocidad de tránsito dentro del casco urbano de las ciudades (30 km en calles de una vía en cada sentido), mantenga ‘nerviosos’ a los conductores. “A veces no te das cuenta y aceleras, porque llegas tarde generalmente, pero sí, estoy de acuerdo en que hay que ir más despacio”, determina Natividad Sesma mientras espera a que el semáforo pase a verde para los conductores.
No obstante, en la otra cara de la moneda, hay quienes insisten en que los radares son “sistemas saca-dinero”. “Si quieren calmar el tráfico, es importante que diseñen las calles de otra manera. De otro modo solo sirve para recaudar”, analiza Migueltxo Matute.
Si usted conduce, puede que en más de una ocasión haya convivido con una clara paradoja en su cabeza: ¿cómo es posible que los vehículos que circulan más despacio que nosotros son un estorbo y los que van más rápido unos locos kamikazes? La evolución
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