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Movilidad en Pamplona

Maya propone un nuevo vial como solución para la rotonda de San Jorge

El equipo de gobierno recuerda que el proyecto existe en el Plan Municipal de Pamplona y que, aunque su coste es elevado, podría hacerse

Se calcula que pasan por la zona cerca de 40.000 vehículos diarios, cifra que debe descender José Carlos Cordovilla

Una hoja de ruta a la que mirar para seguir construyendo la Pamplona del futuro. Una ciudad que se adapte a las necesidades actuales y que, a su vez, saque adelante iniciativas que ayuden a solventar algunos de los problemas que, por una cosa u otra, llevan años enquistados.

Por ello, con las modificaciones pertinentes, el Plan Municipal que rige en la capital desde que fuera aprobado en diciembre de 2002 es un espejo al que siempre se debería volver. Y con esta idea plantea el equipo de gobierno, con el alcalde Enrique Maya a la cabeza, una solución definitiva a los problemas del barrio de San Jorge. “Se trata de un proyecto que, aunque supondría un elevado coste, podría hacerse”, aseguran desde Alcaldía. 

¿Y en que consiste? La respuesta no es otra que la creación de un nuevo vial que alivie el tráfico a través de la Ciudad Deportiva San Jorge; un viario alternativo que descongestione el nudo, la rotonda, que sirva para aligerar de coches la zona y, además, resuelva la demanda vecinal. 

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Concretamente, el plan busca crear un vial paralelo en la parte inferior de Mendebaldea, a la altura de la Sociedad Deportiva de San Juan. O, lo que es lo mismo, un trazado entre el cementerio de Berichitos y la ladera que desemboque directamente en la avenida de San Jorge a través de su ciudad deportiva y, de ahí, enlace con Landaben.

Recordemos que el sector noroeste de Pamplona tiene una red viaria que se articula en torno a tres grandes ejes: avenida de Navarra, el trinomio de las avenidas San Jorge -Marcelo Celayeta-Villava, y, finalmente, avenida de Guipúzcoa. Una morfología que genera cuellos de botella, donde sobresale San Jorge, paso obligado de los desplazamientos motorizados entre el norte y el oeste, y sur de la ciudad sin necesidad de atravesar el centro.  

La propuesta

​El vial propuesto tiene como finalidad prolongar por el oeste la trama en el sur de la ciudad de manera que se proporcionen itinerarios alternativos de conexión entre sur y norte que eviten el paso obligado por el nudo de San Jorge.

Un segundo objetivo pasa por proyectar una ordenación viaria más acorde con las necesidades de la ciudad que permita ordenar el oeste de Pamplona respetando sus especificidades urbanas.

De este modo, la avenida de Navarra se ‘desdobla’ al llegar a Mendebaldea y la actual avenida de Navarra continúa hacia San Jorge pero, al llegar a Ermitagaña, se propone un segundo eje que, a través de Berichitos, conecte con Landaben en las cercanías del paso bajo el ferrocarril.

Es una manera de crear un segundo eje transversal que evite, primero, el paso obligado por el nudo de San Jorge y, segundo, al acabar conectando con la Ronda Norte, ayude a resolver los problemas de capacidad de tráfico detectados en el eje avenida de San Jorge-Marcelo Celayeta-avenida de Villava.

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Y es que ya lo afirma el propio Plan Municipal: la ordenación del nudo de San Jorge es singular. Y lo argumenta por su glorieta de reducidas dimensiones, semaforizada, y cuyos cruces peatonales cuentan con la opción de un paso inferior. “El funcionamiento de la intersección en hora punta es crítico”, esgrime ya el documento.

De ahí la necesidad de un nuevo vial. Un proyecto que incluye una solución provisional dadas las grandes dimensiones de la obra principal. Se trataría de soterrar la avenida de Navarra en dirección San Sebastián, pero nunca, y así lo recalca el consistorio, Marcelo Celayeta. 

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Es decir, la opción de construir un cruce viario en un subterráneo caería por su propio peso. “Hacer un nudo completamente enterrado es una barbaridad”, insisten, ya que, alertan, generaría otras barreras más extensas. “A nuestro juicio, la avenida de Navarra en su conjunto, desde avenida de Zaragoza hasta San Jorge debería quedar como Pío XII”, pone como ejemplo el equipo de gobierno.

Esto incluiría cruces peatonales, zonas de estancia, pasos elevados, velocidad limitada... “Y el que quiera ir deprisa que use la ronda”, dicen, dejando claro que la actuación debe evitar el carácter de autovía de nuevo. 

En definitiva, el soterramiento a lo largo de la avenida de Navarra puede permitir “una continuidad más clara de los barrios adyacentes, así como mejorar el nivel de servicio al ‘eliminarse’ miles de vehículos del cruce semaforizado en superficie”.

Una hoja de ruta a la que mirar para seguir construyendo la Pamplona del futuro. Una ciudad que se adapte a las necesidades actuales y que, a su vez, saque adelante iniciativas que ayuden a solventar algunos de los problemas que, por una cosa u otra,

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