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Restricciones

La mascarilla se resiste a desaparecer en el transporte público

Desde el 4 de mayo de 2020, casi mil días, el protector ha sido obligatorio en autobuses, trenes y taxis y no pocos prefieren seguir usándolo

Paqui Muñoz Valverde desciende del tren, este miércoles 8 de febrero en Pamplona. En sanitaria y de momento prefiere seguir utilizando la mascarilla. JESÚS CASO

Dos años, nueve meses y cuatro días después, las mascarillas dejaron este miércoles 8 de febrero de ser obligatorias en el transporte público. Un recorrido por las estaciones de tren y autobuses de Pamplona, y en paradas del transporte urbano comarcal, constata sin embargo, que muchos ciudadanos han optado por continuar utilizando el protector.

La mascarilla era obligatoria desde el 4 de mayo de 2020. Paralelamente a la mejora de la situación sanitaria de la crisis derivada del coronavirus, muchos países habían retirado ya la obligación de llevarla puesta en el transporte público. España ha sido de los últimos en Europa y la orden se hizo oficial este 8 de febrero, tras el acuerdo del Consejo de Ministros del martes. “Esta mañana temprano la dirección nos ha confirmado que ya no es obligatoria”, explicaba Alejandro Fernández Vaquero, interventor de Renfe en el tren que llegó de Madrid a Pamplona a las 10.37 horas. “Han viajado 73 personas y la mayoría iba sin mascarilla. A las 11.20 sale el tren a Madrid con 95 pasajeros, la situación será similar”, apuntaba el interventor que en estos casi mil días se ha encontrado con situaciones de todo tipo. “Había quien no se la ponía porque no le daba la gana y otros que teniendo te pedían mascarilla, la picaresca de siempre y recuerdo un día de verano que repartimos más de cien mascarillas en Pamplona a un grupo de turistas ingleses, sorprendidos, porque en su país no era ya obligatoria” y añadía: “Aunque ya no es necesaria, tenemos mascarillas disponibles en el tren”. Y ya como ciudadano, agregó: “No la he llevado, pero en los cercanías, que hay más gente, me la pondré”, sentenció.

En el tren de las 10.37 llegó a Pamplona Paqui Muñoz Valverde. Con la mascarilla puesta, igual que su acompañante. “Soy sanitaria, lo he pasado mal y no me fío en sitios cerrados, prefiero esperar un poco más. No me importa tanto la incidencia, como las consecuencias”, razonaba.

“Si hay mucha gente en el tren nos la pondremos, si no, tal vez no. Trabajamos en el hospital y estamos acostumbradas, además en Neumología y entendemos que gente mayor con patologías la siga usando”, señalaban en la plaza de la estación Puri Quiles y Maite Labairu, sanitarias antes de embarcar en el tren de las 11.20 horas.

EN AUTOBUSES, MENOS

Miguel Ángel Macho Gómez llegó a mediodía a la estación de Pamplona en un autobús procedente de Tudela. “Soy transeúnte, me muevo por toda España, de albergue en albergue y seguiré usando la mascarilla. Me da miedo. No he pasado Covid, pero lo pasé mal con una gripe A con infección pulmonar”, explicaba y mostraba dos paquetes de mascarillas en su mochila.

Álvaro, conductor de la Burundesa, afirmó que “casi ningún viajero iba con mascarilla” en el trayecto a Pamplona que salió de Vitoria a las seis de la mañana. “Después he cubierto Isterria y también Ubarmin, en este último viaje sí había gente con mascarillas, pero claro, iban a un hospital”, apuntaba mientras limpiaba el vehículo antes de emprender regreso a Vitoria.

“¿Es obligatoria la mascarilla?”, preguntaba una viajera en una taquilla, aunque la mayoría lo tenía claro. “Aquí no ha habido dudas”, indicaba Beatriz Ruiz de Larrinaga en el punto de información de la estación. Y al tiempo apuntaba que ella se desplazó en villavesa donde “más o menos la mitad llevaba y la mitad no”.

EN LA VILLAVESA, MÁS

Lucía Sanz Larriba esperaba la villavesa en la plaza Príncipe de Viana con la mascarilla puesta. “De momento me da un poco de miedo. Vengo de una villavesa para coger otra y no me la he quitado”, aseveraba en una mañana fría que casi invitaba a cubrirse el rostro.

“La llevo siempre en el bolsillo y estos días tomo la villavesa para ir a trabajar, así que hoy veré, es decisión de cada cual”, resumía Erika Osorio.

“Es mi segundo viaje de hoy y ya no la llevo, aunque siempre tengo una en el bolso”, contaba Sara Vázquez Cebrián, usuaria habitual.

Desde TCC destacaron la vuelta a la normalidad. La jornada transcurrió sin incidencias, tal y como confirmaban también los chóferes consultados, salvo la confusión de algunas personas que desconocían la norma o dudaban al ver gente sin mascarilla y preguntaban. “Imaginamos que en las horas punta el uso de mascarillas se incrementará”. En las villavesas, los episodios para olvidar con las mascarillas se han vivido los domingos por la mañana con personas que ni las llevaban, ni atendían a razones.

La obligatoriedad de la mascarilla cesó también en el Taxi, donde la radiografía era similar.

Dos años, nueve meses y cuatro días después, las mascarillas dejaron este miércoles 8 de febrero de ser obligatorias en el transporte público. Un recorrido por las estaciones de tren y autobuses de Pamplona, y en paradas del transporte urbano comarca

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