Loading...
Pamplona

Cuando cambió... la calle Río Arga

A la izquierda, "Casa Aldaz" cuando ya se había convertido en un problema social para el barrio de la Rochapea y era objeto de quejas vecinales. A la derecha, la calle Río Arga en la actualidad, con nuevos edificios levantados a finales de los 90 del siglo pasado con Oblatas a la izquierda. ARCHIVO/JOSÉ ANTONIO GOÑI

En mayo de 1998 el Ayuntamiento de Pamplona daba cerrojazo a uno de los inmuebles más célebres de los últimos años, conocido por la implicación que una parte de sus moradores tenían con el tráfico y el consumo de drogas en la ciudad. Aquel 29 de mayo las máquinas iniciaban la demolición de la conocida como “Casa Aldaz”, en el barrio de la Rochapea, y se permitía así continuar con la remodelación que en esta parte de la ciudad había comenzado años antes. Situado en el número 34 de la calle Joaquín Beunza, el edificio irrumpía también en la actual calle Río Arga y su posición impedía el desarrollo de esta zona residencial donde ya se levantaban nuevos bloques.

Los últimos inquilinos de “Casa Aldaz” fueron desalojados esa misma mañana de mayo, minutos antes de que la excavadora iniciase una demolición tan esperada por los vecinos del entorno que incluso algunos la celebraron descorchando botellas de cava y sidra. Ponían así fin a una larga travesía de protestas y manifestaciones en contra de los problemas de convivencia que la venta de droga en el inmueble originaban en el barrio.

"Casa Aldaz" se había construido en la primera mitad del siglo XX como complemento de la fábrica de encurtidos y licuación de sebos fundada por Alejo Aldaz Esain y que , a su fallecimiento, en 1920, heredaron su mujer Eusebia Mina y sus hijos. Aquella fábrica se amplió posteriormente con una de jabones (comercializados bajo el nombre de Venus y Goya) con el fin de “aprovechar los desperdicios y grasas que resultan de nuestra fabricación de curtidos”, y en 1924, el arquitecto José Aramburu diseñó el edificio residencial con 6 viviendas por planta que se pusieron en alquiler.

En mayo de 1998 el Ayuntamiento de Pamplona daba cerrojazo a uno de los inmuebles más célebres de los últimos años, conocido por la implicación que una parte de sus moradores tenían con el tráfico y el consumo de drogas en la ciudad. Aquel 29 de mayo

Para leer este contenido exclusivo, debes tener una suscripción en
Diario de Navarra
Tipos de suscripción:
  • Web + app (0,27€ al día)
  • Versión PDF
  • Periódico en papel
Mereces información de calidad, sin límites