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Movilidad

La calle Bosquecillo, que conecta Casco Antiguo con San Juan e Iturrama, reabre para peatones y bicicletas

El nuevo vial, de plataforma única, sin aceras y 170 metros de largo, permitirá el paso desde este sábado

La obra, que comenzó en abril, ya está terminada garzaron

Es esa sensación de amplitud la que recibe a quienes se adentran en la nueva conexión peatonal y ciclista entre Casco Viejo y el binomio de los barrios de Iturrama y San Juan. Un trazado cerrado al público desde abril y que nada tiene que ver con esa imagen que se guarda en la memoria de la calle Bosquecillo. Un lavado de cara que ha cambiado por completo la fotografía de aceras estrechas, un carril de circulación y coches apostados ambos márgenes de la calzada. 

A horas de que pueda volver a caminar por ella (se abrirá oficialmente este sábado para uso peatonal, después de ocho meses de obras), los  trabajos también han modificado las canalizaciones de aguas pluviales y eliminado las antiguas jardineras longitudinales. Todo para, en una plataforma de única altura, instalar el correspondiente mobiliario urbano que unifique la zona, puerta de entrada a la Taconera. 

Un diseño que, aunque ha reducido mínimamente es espacio, apenas es perceptible. De hecho, la impresión es completamente inversa. Y es que el nuevo diseño de la calle, de 170 metros de longitud y 11 de anchura, conlleva una inversión de 1,1 millones de euros, en una conexión que busca poner en el centro a peatones y ciclistas. 

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Las obras, que arrancaron el 1 de abril, han permitido modificar la red de saneamiento y la red eléctrica para reubicar la iluminación de la vía. Asimismo, se han eliminado las jardineras longitudinales para crear una plataforma única, sin aceras, de piedra calcarenita. 

Además, se han creado unos parterres que unifican la calle del Bosquecillo con el parque de la Taconera. "El objetivo es trasladar una imagen similar a la que mantiene el pavimento del Casco Antiguo, sin elementos que dificulten la movilidad", destacaba el concejal de Movilidad y Proyectos Estratégicos, Fermín Alonso. 

De esta forma, se permeabilizan los recorridos tanto longitudinales, desde la calle Mayor a Navas de Tolosa, como transversales, del parque de la Taconera al Bosquecillo, tanto de peatonales como de ciclistas. El actual carril bici, que antes de las obras discurría por la acera, se ha modificado para adaptarse a la nueva urbanización apostando con la coexistencia peatonal y ciclista.

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Dentro de este contexto, en la que el consistorio buscaba una "solución urbanística de calidad", la calle luce nuevo mobiliario urbano, compuesto por siete bancos y cinco sillas, una fuente y media docena de papeleras a lo largo de la calle. 

Sí se han mantenido las once farolas que se encontraban previamente en la vía, de tipo ‘báculo de San Fermín’, pero se han reubicado en nuevos espacios para adaptarse al nuevo diseño de la calle. 

De este modo, los trabajos de transformación han permitido crear una gran zona de estancia ubicada frente al portal de San Nicolás, y se ha mejorado la confluencia tanto de la calle Navas de Tolosa, a un lado, y en una zona cercana a la acera de la avenida de Guipúzcoa, en el otro, con el parque de la Taconera y del Bosquecillo. 

Esta actuación, que persigue la creación de una ciudad más amable para la ciudadanía, se enmarca en la Estrategia Go Green Pamplona, que aglutina todos los proyectos encaminados a la combatir el cambio climático.

ARQUEOLOGÍA

​Durante las obras de excavación para reordenar las canalizaciones de pluviales y saneamiento, salieron a la luz más de medio centenar de enterramientos medievales, tanto adultos como infantiles, vinculadas al antiguo convento de San Francisco. Los restos datan de los siglos XIII y XVI, lo que coincide con las fechas de funcionamiento del convento, que estuvo abierto desde entre 1246 y 1521. Las excavaciones también permitieron hallar distintos tramos de muro, probablemente de los edificios que componían el convento.

En la zona exterior de esos muros también se aparecieron diferentes restos relacionados con actividades industriales, como la fundición de metales o la fabricación cerámica. Así, se halló un espacio dedicado a la fabricación de campanas, con moldes de adobe y restos de bronce, cenizas y carbones, todo ello de época medieval.

Es esa sensación de amplitud la que recibe a quienes se adentran en la nueva conexión peatonal y ciclista entre Casco Viejo y el binomio de los barrios de Iturrama y San Juan. Un trazado cerrado al público desde abril y que nada tiene que ver con esa

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