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Pamplona ofrece ya 1.474 plazas de aparcamiento disuasorio

Mendebaldea, Arrosadía y San Jorge suman 900 espacios más desde este lunes, gratis 24 horas, que se añaden a las 574 plazas de Milagrosa y Rochapea

Vista del aparcamiento disuasorio de Arrosadía durante la mañana de ayer, en su primer día de funcionamiento jesús caso

¿Tiene coche? Si la respuesta es sí, dedique un momento a darle vuelta a lo que dicen las cifras. Según los últimos estudios alrededor de la movilidad a motor, un coche tipo está aparcado el 92% de la jornada, pasa 1/5 del tiempo del movimiento buscando aparcamiento y, de las cinco plazas de las que dispone, solamente desplaza a 1,5 personas de media.

Y aunque su caso sea una excepción, moverse con un vehículo privado ‘puerta a puerta’ tiene que dejar de ser una costumbre. Las reglas del juego del desplazamiento han cambiado. Por eso, dentro de las múltiples opciones, los aparcamientos disuasorios han pasado a ser arma imprescindible en el reto de sacar a los coches del centro de las ciudades.

Y es que nadie se sorprende por las restricciones al paso del tráfico rodado en París, Roma o Berlín. ¿Por qué no Pamplona? Desde ayer, 900 nuevas plazas pensadas para este fin, además de para fomentar la rotación, ya operan en la capital. Más concretamente en los barrios de Mendebaldea, Arrosadía y San Jorge. Allí, junto a la Biblioteca General de Navarra, frente el polideportivo y en la calle Doctor Repáraz, las barreras ya indicaban cambio.

SIN ACOMODARSE

Una transformación que dejó intacto su diseño, con carriles de 5 metros de anchura, sentido único y plazas perpendiculares en batería de 5 metros de largo por 2,5 metros de ancho; pero que, al mismo tiempo, termina con la completa permisividad a la que muchos se habían acostumbrado. 24 horas gratis para, a partir de entonces, ser de pago (4,35 euros y 2,85 euros a partir del segundo día y siguientes). Una apuesta que cada vez se estila más.

De ahí que las obras para adecuar estos antiguos solares consistieran en un cierre perimetral, refuerzo del alumbrado, accesos con lectores de matrícula, cámaras de vídeo y un cajero automático para el cobro en el caso de que fuera necesario. Y es que no podemos olvidar que estos parking disuasorios buscan ser intermodales; es decir, alejar los coches del centro ofreciendo medios de transporte alternativos (villavesa, bicicleta o taxi).

En total, más de 900 plazas que se suman desde ayer a las 574 ya habilitadas en Rochapea y en tres espacios del barrio de la Milagrosa (Blas de la Serna, Mochuelo y Río Ulzama), con 136, 158 y 230, respectivamente. En cuanto a las actuales, Mendebaldea ofrece casi 600 plazas y dos accesos desde la calle Arcadio María Larraona y a través de la glorieta de Ermitagaña y Miluce (Pamplona) y avenida Central (Barañáin).

Por su parte, el parking de Milagrosa, ubicado frente al polideportivo municipal Arrosadía, tiene unas 220 plazas, con entrada y salida de vehículos por Sebastián Albero; mientras que San Jorge habilita 112 espacios en una zona de fondo de saco, con acceso desde Doctor Repáraz.

CLAVES

Durante los últimos cuatro meses se han llevado a cabo los trabajos para reformar estos aparcamientos con una inversión de 565.000 euros.

Obras realizadas por Excavaciones Fermín Osés, con financiación de fondos europeos Next Generation.

Plazas en batería de 5 metros de largo por 2,5 de ancho.
“Así los coches no se apalancan”

Aquella antigua posibilidad de dejar el coche aparcado en un mismo sitio durante una semana entera tiene los días contados. Al menos si el plan pasa por no pagar. El nuevo sistema de aparcamiento disuasorio que el Ayuntamiento de Pamplona fomenta por los barrios periféricos convence en líneas generales. Aunque muchos entienden que la finalidad es cobrar algo que antes era gratuito, las ventajas puede que compensen.

“La rotación es importante porque aquí había coches que no se movían en meses, lo que impide que los que vamos y venimos tengamos sitio”, decía Julen Carro, habitual de la bolsa de estacionamiento junto a la Biblioteca General de Navarra.

También planteaban similar en el colegio público de San Jorge, en la calle Doctor Repáraz. “Al no quitar plazas, creo que nos favorece”, valoraba Isidro Echeverría. Ya en Arrosadía, junto al antiguo José Vila, los usuarios confiaban en la rotación. “Está siempre llenísimo”, repetían.

Dornier, a pie de barrera

​Fueron esa respuesta inmediata a dudas, interrogantes y, por si hubiera sido necesario, pequeños fallos técnicos durante el primer día de funcionamiento de los nuevos tres aparcamientos disuasorios que ya amplían la oferta en Pamplona. Personal de Dornier pasó la jornada apostados junto a las barreras de entrada y salida de los tres nuevos escenarios (Arrosadía, Mendebaldea y San Jorge) para ayudar a todos aquellos conductores que ayer decidieron darle una oportunidad a este sistema de estacionamiento por el que apuesta el consistorio. “Está yendo todo perfectamente, la inmensa mayoría ya sabe de qué se trata”, afirmaban los trabajadores. Pese a todo, se cercioraban de que los lectores de matrícula, los que permiten automáticamente el acceso de los coches, funcionasen de manera correcta.

¿Tiene coche? Si la respuesta es sí, dedique un momento a darle vuelta a lo que dicen las cifras. Según los últimos estudios alrededor de la movilidad a motor, un coche tipo está aparcado el 92% de la jornada, pasa 1/5 del tiempo del movimiento busc

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