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Solidaridad

Pamplona acoge, en su centro histórico, a 11 familias ucranianas

Se trata de pequeños apartamentos que sirven de balón de oxígeno para 33 adultos y 11 menores y que, además, dan preferencia a quienes padecen algún problema médico

El alcalde Enrique Maya saluda a Juanjo San Martín Baquedano, coordinador autonómico en Cruz Roja Navarra cedida

Ser vulnerable implica fragilidad, una situación de amenaza o daño que lleva adheridas muchas más connotaciones de las que pudiera parecer. Tanto que, cuando la ayuda llega desde cualquier esquina, aferrarse a ella es la respuesta inmediata. Es la apuesta que ofrece Pamplona para asistir a las 313 personas de nacionalidad ucraniana que han llegado a la capital desde la invasión rusa, el pasado mes de febrero.

De ahí la importancia de un nuevo recurso de asistencia situado en la calle Mayor número 59, al que ya han recurrido 11 familias compuestas por 33 personas adultas y 10 menores. Y es que el consistorio ha cedido a Cruz Roja Navarra durante un año la gestión de estos 11 apartamentos en un inmueble rehabilitado en 2021 por Pamplona Centro Histórico. 

Tal y como explicó el coordinador autonómico en Cruz Roja Navarra, Juanjo San Martín Baquedano, esta alternativa no está disponible con carácter general, sino que, por su ubicación próxima al Hospital Universitario de Navarra, está destinado de manera preferente a personas refugiadas que presentan problemas de salud. "Esta acción se quiere centran en las personas y en sus necesidades, por lo que trata de hacer más cómoda la acogida a quienes, por su enfermedad, se encuentran en una situación especialmente vulnerable", expresó, añadiendo que se una manera de que los cuidados extrahospitalarios sean más fáciles para los profesionales de la red pública.

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Estos 'mini apartamentos' dibujan un pequeño hogar dentro del edificio, que cuenta con 645,38 metros cuadrados útiles (891 construidos) repartidos en seis alturas. La planta baja, distribuida en despachos con un aseo y un pequeño almacén, se ha cedido a la Asociación navarra de Jóvenes Empresarios (AJE). 

A partir de ahí, el espacio se destina a las personas refugiadas. Así, la planta primera, con espacios multiusos, se centrará el trabajo administrativo de Cruz Roja, mientras que la zona residencial ocupa el resto de las plantas. "Las habitaciones, amuebladas, tienen climatización y baño individual", apostilló Merche Ruiz de Galarreta, presidenta de Cruz Roja Pamplona. 

Como apoyo, en la quinta planta se localizan una serie de dependencias de uso común: una cocina con salón-comedor de 47 metros cuadrados y una sala de lectura y estudio. La cocina y la lavandería, así como los espacios de esparcimiento y los medios audiovisuales, son espacios compartidos por todas las personas usuarias.

Durante la visita se enseñaron las zonas comunes del inmueble Cristina Núñez Baquedano

En cuanto a trabajos complementarios, el consistorio está centrado en otras dos decenas de pisos repartidos por la ciudad para destinarlos a albergar personas refugiadas de Ucrania. "En estos momentos de 25 a 27 plazas del Albergue municipal Jesús y María están dedicadas a funcionar como alojamiento de primera acogida (de 24 a 48 horas), desde el que luego se gestionan otras soluciones de estancia más larga", aclaró la concejala María Caballero. 

Recordemos que, desde que se inició la contienda, el Ayuntamiento de Pamplona está en contacto con diferentes asociaciones que trabajan con la población ucraniana para poder detectar y dimensionar las necesidades de las personas refugiadas. Como ejemplo de trabajo, se está diseñando un campamento de verano que se desarrollaría en un Centro Comunitario de Iniciativa Social (CCIS) de la ciudad para paliar los cambios de horario en edificios públicos y que podría servir, no solo de espacio de ocio, sino también de refuerzo educativo y capacitación lingüística.

Refugiadas en Pamplona
​Desde que comenzara el conflicto en Ucrania y según datos del padrón municipal a fecha de 31 de mayo, a Pamplona han llegado 313 personas huyendo de la guerra. 181 de ellas tienen más de 19 años, pero hay un número importante de menores: 43 personas están en la etapa de la adolescencia (de 13 a 18 años) y 98 son niños y niñas; de ellas, 33 son menores de 5 años y el resto tienen entre 6 y 12 años. En poco más de 3 meses la población ucraniana de la ciudad se ha multiplicado por cuatro; antes del 24 de febrero las personas censadas en la ciudad de esa nacionalidad eran 118.

Ser vulnerable implica fragilidad, una situación de amenaza o daño que lleva adheridas muchas más connotaciones de las que pudiera parecer. Tanto que, cuando la ayuda llega desde cualquier esquina, aferrarse a ella es la respuesta inmediata. Es la ap

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