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Hostelería

Mendillorri, la meca de los pintxos gratis

La calle Concejo de Sarriguren de este barrio pamplonés concentra nada más y nada menos que tres bares en los que la consumición se sirve siempre junto algo de comida

Imagen de un pintxo de frito de gamba y una caña en la barra de un bar DAVID GARCÍA

Te proponemos un reto: piensa en un bar de Pamplona donde se ofrezca un pintxo gratis como guarnición a una cerveza o una copa de vino. Complicado, ¿verdad? A cualquiera que le preguntes te dirá que eso no existe; los foráneos dudarán y los PTV afirmarán, pero puede que estén equivocados. Cuesta encontrarlos, eso es cierto, pero existen. Y sin salir de Pamplona. De hecho, hemos localizado tres en una misma calle. Está en Mendillorri y se llama Concejo de Sarriguren. Prueba a visitar los tres a la hora del vermú y llegarás comido a casa.

Restaurante Maiona: pioneros de los pintxos gratis en Mendillorri

Precio de la caña: 1,60 euros

Javier Rodríguez sirve un vino blanco, al que acompaña con una tapa gratis DAVID GARCÍA

El matrimonio formado por Cayetano Rodríguez y Josefina Benito Tomás abrió hace 26 años el restaurante Maiona en un Mendillorri recién estrenado como barrio y lo hizo con una de las tradiciones culinarias de su lugar de procedencia, León: la tapa gratis con la consumición. Hoy su hijo Javier Rodríguez regenta junto a su hermana Lorena el local y ambos mantienen el pintxo gratis junto a la consumición, normalmente a mediodía, hora del vermú y por la tarde. “Solemos poner fritos, croquetas, fiambre, tortilla o incluso caldo en Navidad”, cuenta Javier. Y todo ello por 1,60 euros que cuesta la caña.

Rodríguez, que lleva detrás de la barra desde los 18 años y 15 como propietario del local, explica que esta propuesta busca, además de incentivar a los clientes del barrio para que consuman en su bar, no desperdiciar comida. “Normalmente hacemos la tapa con el excedente de comida que tenemos preparado”, explica.

Bar Erreka: el local que dio vida al barrio sirviendo “lo de siempre”

Precio de la caña: 1,80 euros

Fernando Roncal, dueño del bar Erreka de Mendillorri DAVID GARCÍA

El bar Erreka, al inicio de la calle Concejo de Sarriguren, esquina con la calle Ermita, es un bar de los de barrio de toda la vida, de esos en los que el camarero te sirve “lo de siempre” nada más cruzar la puerta. Fernando Roncal lleva al frente del negocio 11 años. Reabrió el ‘Erreka’ junto a su mujer y consiguió, con sus fritos caseros, darle más vida al barrio. “Hacíamos muchos viajes al sur y veíamos que ahí era típico así que decidimos traer ese concepto a Pamplona”, cuenta mientras sirve una caña.

Un sábado cualquiera Fernando no dejar descansar ni un segundo la freidora. Y es que su propuesta de pintxos gratis difiere de la del restaurante Maiona en que en función del número de consumición, el plato será diferente. Empieza con el frito de calamar, sigue con la bola de pimiento y si el cliente se anima con una tercera ronda, la acompaña con croquetas. Todo ello junto a la caña o la copa de vino, por 1,80 euros. “Eso sí, a los niños siempre les sacamos croquetas con su refresco , que es lo que más les gusta”, cuenta. Pero no se queda ahí, en ocasiones ofrece embutido, txistorra o ‘cazuelicas’ como cordero asado o alitas de pollo guisadas.

Bar Tudelilla: el nuevo local que busca afianzar el pintxo gratis en el barrio

Precio de la caña: 1,80 euros

Pepi Muñoz sirve un pintxo junto a la caña en su bar Tudelilla de Mendillorri DAVID GARCÍA

En febrero de 2021 la pamplonesa Pepi Muñoz abrió el bar Tudelilla con una idea en mente, mantener la propuesta del pintxo gratis con se inició en el bar Erreka hace 11 años junto a su exmarido. “Mi padre es de Jaén y cada vez que viajaba al sur veía esta costumbre, por lo que cuando decidimos abrir el bar  quisimos implementarla aquí", cuenta.

Con ella en barra, en cocina y sirviendo mesas, esta pamplonesa con experiencia en hostelería cuenta que apuesta por ofrecer un pintxo diferente conforme el cliente va sumando rondas. “Por la mañana y a mediodía damos sobre todo fritos, mientras que por la tarde cocinamos guisos como la oreja o manos de cerdo”, explica. A lo que suma fiambres de todo tipo en función de lo que tenga en cocina ese día.

Explica que esta propuesta gastronómica, aunque sirve como reclamo para el cliente del barrio, funciona si se consigue atraer a consumidores. “Si lo sumas, al año supone casi 1.000 euros. Es un gasto asumible si viene gente, sino no tanto”, confiesa.

Te proponemos un reto: piensa en un bar de Pamplona donde se ofrezca un pintxo gratis como guarnición a una cerveza o una copa de vino. Complicado, ¿verdad? A cualquiera que le preguntes te dirá que eso no existe; los foráneos dudarán y los PTV afirm

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