La reforma del Mapa Local de Navarra queda pendiente una legislatura más
No se ha desarrollado la nueva estructura comarcal, sí la financiación local
- Aser Vidondo
Es como un mantra que se repite una y otra vez, legislatura tras legislatura. Parece no tener fin. Todos los partidos políticos coinciden en la necesidad de reformar el Mapa Local, de reorganizar el gran volumen de entidades locales existente, muchas de escaso tamaño, para una mejor y más eficiente prestación de servicios a la ciudadanía. Pero falta lo más importante. Alcanzar acuerdos amplios que favorezcan dar pasos en firme. A lo largo de los años ha habido propuestas de todo tipo, unas lideradas por UPN o por el PSN, otras consensuadas entre distintas formaciones, como la que llegó más lejos en su tramitación, al final de la pasada legislatura con un gobierno cuatripartito liderado por Uxue Barkos (Geroa Bai). Cuatro años han pasado de la aprobación en el Parlamento de la Ley de Reforma de la Administración Local de Navarra, apoyada por mayoría absoluta, 26 votos sobre 50. Los que sumaron Geroa Bai, EH Bildu, I-E y Podemos-Orain Bai. La rechazaron UPN, PP y PSN, partido este último que lidera el actual Gobierno tripartito con María Chivite al frente. Acaba ya la legislatura y el Mapa Local vuelve a quedar como asignatura pendiente.
Los cambios de mayorías y las discrepancias sobre el modelo supramunicipal han dejado sin desarrollar la principal novedad de la ley aprobada en 2019: la articulación de los 272 municipios en 12 comarcas. Entidades que prestarían servicios al estilo de las actuales mancomunidades, que superan las 60. La ley fijaba plazos que no se han cumplido. Daba por ejemplo 18 meses para que, desde su publicación en el Boletín Oficial de Navarra, los municipios pudieran solicitar al Gobierno la creación de sus comarcas. De no ser así, el Ejecutivo debía crearlas.
Pero tras las elecciones, el acuerdo programático que apoyó la conformación del Gobierno liderado por Chivite, suscrito por PSN, Geroa Bai, Podemos-Ahal Dugu e Izquierda-Ezquerra, recogía prorrogar los plazos hasta finales de 2021 para estudiar cambios y llegar a consensos.
FINANCIACIÓN Y ESTABILIZACIÓN
El nuevo Gobierno de Navarra, y su departamento de Cohesión Territorial, antes que crear comarcas apostó por avanzar en otro de los aspectos principales de esa ley del Mapa Local: establecer un nuevo modelo de financiación local. Lo daba a conocer en octubre de 2021, tras alcanzar un acuerdo con PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, recibiendo airadas críticas de Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos), esencialmente al retirar a Pamplona la Carta de Capitalidad. Este modelo cambiaba los criterios de reparto, dando por ejemplo más apoyo a los municipios cabecera de comarca o a los que prestan servicios esenciales, y también fijaba una mayor estabilidad. Desde una cuantía base el fondo a repartir se incrementaría conforme al IPC, independientemente de decisiones políticas.
Asimismo, el actual Ejecutivo ha dado pasos en otra demanda local: estabilizar las plazas de secretaría e intervención. El proceso abierto incluye 163 plazas al amparo de la Ley estatal 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público.
ACUERDOS CON BILDU
Desde la Federación Navarra de Municipios y Concejos, que la pasada legislatura acometió un amplio proceso participativo sobre el Mapa Local, se ha reclamado estos últimos años su desarrollo. También la Cámara de Comptos ha insistido en la necesidad.
Asimismo, el grupo parlamentario de EH Bildu, uno de los principales impulsores de la ley de 2019, ha instado a dar pasos a través de los acuerdos presupuestarios alcanzados con el Gobierno de Chivite. En los de 2022 y 2023 figuraba por ejemplo crear una comisión o grupo de trabajo para abordar la clarificación de la distribución competencial de las entidades locales, entre ellas las comarcas. Otra labor pendiente.
Termina la legislatura con el desarrollo del Mapa Local, de sus comarcas, pendiente. En el acuerdo programático para el Gobierno los grupos acordaron prorrogar plazos para estudiar cambios y alcanzar consensos. ¿Por qué no ha sido posible avanzar?
Algo sí que se ha avanzado. En la parte de la financiación, que era algo prioritario para esta legislatura, es donde hemos invertido el mayor tiempo después de la pandemia, qué marcó las prioridades. Y también se ha encauzado la parte de la estabilización de plazas de secretaría e intervención. Es verdad que el acuerdo programático recogía abordar cambios, puesto que los socios que conforman el Gobierno no coincidían en todos los aspectos del Mapa Local. Y ahí están también los acuerdos presupuestarios de 2022 y 2023 (con EH Bildu), que recogen crear una mesa de diálogo para abordar posibles cambios en la conformación de las comarcas. Ver si somos capaces de llegar a un acuerdo donde todos estemos cómodos.
¿Y qué se ha hecho, ha habido negociaciones?
No, esa mesa todavía no se ha formado y yo creo que habrá que esperar ya al periodo post electoral, a ver qué mayorías salen de las elecciones y los acuerdos que se dan en esa nueva legislatura.
¿Ha habido peticiones de ayuntamientos para crear comarcas?
No. La ley recoge dos vías para conformarlas. A través del propio Gobierno o mediante una serie de mayorías a través de las cuales los municipios pueden solicitar al Gobierno crear la suya.
En la votación de hace 4 años al PSN, partido que lidera hoy el Gobierno, no le gustó la ley del Mapa Local, de hecho no la apoyó. ¿Dónde están las discrepancias?
El modelo de comarca del PSN no es un modelo de ámbito territorial como el que plantea la ley sino un modelo basado en los servicios a prestar. Si admitimos ese cambio, creo que el resto de cuestiones son más sencillas para llegar a acuerdos: la conformación, el nombre... El principal escollo está en un tema conceptual, de modelo.
Como director general de Administración Local, ¿qué sensaciones le dejan no haber podido avanzar más en este tema del mapa?
Para ser sincero, me ha tocado tener mucho contacto con las entidades locales y creo que no es una prioridad para ellas. En su día a día no he visto esta preocupación, como sí sobre la financiación, el plan de inversiones locales, los secretarios e interventores, la pérdida de población, el cómo prestar mejores servicios públicos... No las veo preocupadas por no tener una comarca. Y por ese lado estoy satisfecho puesto que creo que sí que hemos podido responder a lo que han sido sus prioridades.
La necesidad de la reforma de la planta local viene de lejos. ¿Terminará algún día el bloqueo y se podrá llegar a un consenso?
Creo que la legislatura que viene será clave para abordar este tema, una vez resuelta la financiación estable y conseguida la estabilización de plazas de secretaría e intervención. Son dos pilares fundamentales sobre los que construir ese nuevo modelo supramunicipal. Hemos avanzado en dos aspectos sin los que era imposible desarrollar la nueva planta local. Y falta otro más, como es clarificar las competencias, que queda para la legislatura que viene.
La Cámara de Comptos resalta cada año, en el análisis del sector local, la necesidad de reorganizar un mapa local atomizado.
Es verdad que si analizas la configuración de entidades locales, con 272 municipios, 345 concejos y más de 60 mancomunidades, está claro que de alguna manera hay que racionalizar todo esto. Por un tema de economía de escala, de eficiencia, de eficacia. Obviamente hay que avanzar en ese sentido, pero con cimientos firmes, y eso hemos hecho.
Pese a no haberse aprobado oficialmente las comarcas, el Gobierno de Navarra, en estudios, en notas de prensa, etc., sí que ha asumido estas agrupaciones de municipios. ¿Por qué?
Es una norma que está aprobada y esa distribución territorial, que en principio tuvo mucho debate, y pese a que todavía hay ciertos municipios que no terminan de estar cómodos en las comarcas en las que se les ubicó, nos parecía que era una distribución bastante útil para algunas cuestiones, también de cara a organizar reuniones territoriales. Esa forma de agrupar municipios nos parecía que podía ser válida, sin darla por cerrada. Y en el momento de conformar las comarcas, si alguna vez se conforman, o la entidad que las sustituya, habrá municipios que se podrán integrar en otras.
Sí ha habido un avance con la renovación de la financiación local. Y este año los municipios van a contar con un aumento importante, de más del 12%, ligado al IPC.
Hemos dotado a la financiación local de una estabilidad que ya no depende de tesituras políticas. Hay una financiación con una cuantía y un incremento anual aprobado en una ley de mayoría absoluta que sí o sí los presupuestos tienen que reflejar. Ya no tenemos, como antes, leyes para dos años que en función de las mayorías políticas se podían cambiar y se podían incrementar o disminuir. Ahora hay una senda de estabilidad.
Sobre esta financiación, la Federación de Municipios censuraba días atrás que está bloqueada una de las patas del Plan de Inversiones Locales, la de obras de Programación Local. ¿Qué está pasando?
El procedimiento administrativo a veces no es tan sencillo como nos gustaría a todos. El expediente de Programación Local es laborioso. Han sido muchas las solicitudes municipales y grande el trabajo de priorización y selección. El expediente todavía no ha concluido, estamos en periodo de conclusiones. Esperamos que este trámite administrativo esté resuelto lo antes posible y vamos a ver si puede ser dentro de este mes de marzo.
Termina la legislatura y la planta del nuevo Mapa Local que aprobó por mayoría absoluta el Parlamento hace 4 años no se ha desarrollado. ¿Cómo lo valora?
Es evidente que este tema queda pendiente para la próxima legislatura. Y hay que abordarlo, concretarlo y, a ser posible, aprobarlo. Es cierto que las entidades locales también podían haber solicitado la creación de las comarcas, pero había una prioridad básica que iba por delante de todo, como era el tema de la financiación.
En la Federación, la legislatura anterior hubo un proceso participativo y se realizaron demandas. ¿Es un trabajo que esta legislatura ha tenido continuidad?
Iniciativas concretas en cuanto al Mapa Local, más allá de solicitar que se desarrollara y se aplicara, no ha habido. Pero esto no quiere decir que no se haya trabajado. La legislatura, eso sí, ha estado marcada por la pandemia, que ha limitado su desarrollo bastante. Queda pendiente el Mapa Local, pero también clarificar antes muchas cuestiones, como qué va a pasar con los servicios sociales, con las escuelas de 0-3 años, con las escuelas de música... Definir y consensuar sobre si estos y otros servicios van a seguir funcionando igual o va a haber cambios. Las entidades locales necesitamos la definición completa de la planta local para poder funcionar.
Sí ha habido avances en materia de financiación local. Un año después de su puesta en marcha, ¿cómo se valora este nuevo modelo?
A nivel general se valora positivamente, ha habido un aumento importante de la financiación en la mayoría de las entidades locales, y con la aplicación de subidas ligadas al IPC se nos ha ayudado a poder afrontar ese aumento en el gasto del servicio que prestamos. Lo que se ha hecho es adaptar el modelo a la realidad de hoy y nos está ayudando muchísimo a poder dar servicios que, o bien estábamos dando más deficitarios, o no estábamos dando.
¿Se necesita de verdad un nuevo Mapa Local? ¿Por qué?
Sí, porque se necesita por ejemplo definir el ámbito supramunicipal de cualquier aplicación legal y normativa, y definir también el entorno de referencia de funcionamiento a nivel supramunicipal y comarcal. Los ayuntamientos ya venimos funcionando con mancomunidades, ahora se trata de organizar todo ese sistema y que lo que haya sea una referencia, en este caso la comarca, que pueda aglutinar unos servicios mínimos más los que quieran trasladarle las propias entidades locales. Necesitamos esa referencia en el mapa a nivel comarcal.
¿Considera que el Mapa Local es algo prioritario para los municipios o que es un debate que está más en la esfera política?
El interés dependerá sobre todo del tamaño del ayuntamiento. Uno muy grande y que tiene muchos recursos igual no está pensando tanto en la comarca. Pero cuanto más pequeño sea y menos recursos tenga para prestar servicios, más necesitará ese nuevo mapa y de figuras como la comarca.
¿Ve posible alcanzar un acuerdo político mayoritario y establecer algún día una planta local menos atomizada?
Ya lo hubo cuando se aprobó la ley del Mapa Local que falta por desarrollar. Si en este tema conseguimos dejar a un lado la cuestión puramente política y nos centramos en las verdaderas necesidades de las entidades locales, igual sí que se consigue un consenso amplio.
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