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Maneras de influir

La pamplonesa que educa en salud dentro y fuera de las redes sociales

Bajo el pseudónimo de @adristylelife comparte recetas, consejos e información sobre nutrición en su cuenta de Instagram

Adriana Oroz Lacunza, @adristylelife en instagram, corta verduras en la cocina de su casa. JOSÉ CARLOS CORDOVILLA

Querer algo, saber por qué y contar con los recursos para conseguirlo. Estas son las tres ideas en las que pone el foco la nutricionista y dietista navarra Adriana Oroz Lacunza (Pamplona, 1992) cuando trabaja con sus pacientes, dentro y fuera de su consulta. Y es que la máxima de esta pamplonesa, “educar en salud”, traspasa su consulta ubicada en el barrio de Mendebaldea y llega a casi 50.000 pantallas a través de su pseudónimo en Instagram, @adristylelife.

Licenciada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra (2014), fueron sus primeras prácticas en un consulta en Barcelona las que le animaron a fotografIar las recetas que pautaba a sus pacientes “para hacerlas más atractivas”. Ahora, cuenta con una comunidad fiel que acude a su perfil en redes en busca de recetas, consejos e información nutricional. En 2021, ya de vuelta en Pamplona, halló dos nuevas vías para educar en salud: su consulta y su libro ‘El método del plato’.

¿Cómo nació @adristylelife?

Siempre me ha gustado cocinar y disfrutar de la comida. Cuando organizaba menús en la consulta sentía que una receta escrita perdía valor y que la fotografía podía aportar información y generar atracción, así que me planteé subir fotos con las recetas en mi Instagram. Gracias a esto, llegó a mi perfil mucha gente y empecé a conocer a otros profesiones. Me contactaron medios de comunicación especializados, escribí artículos en blogs… Poco a poco fue creciendo la red y con ella, los seguidores.

¿Qué buscan sus seguidores?

Quiero trasladar la idea de que comer bien, por mucho que tengas un objetivo de pérdida de peso, no es seguir un plan restrictivo, sino comer de todo de una forma más equilibrada. Es un poco lo que creo que la gente busca y le gusta de mí. Además ven que las recetas son accesibles, con alimentos que todos tenemos el alcance, y equilibradas. Y que no suponen grandes renuncias.

¿La palabra dieta está un poco estigmatizada?

Está mal enfocada. La dieta como tal es una guía alimentaria personalizada que enseña a alguien a comer. Lo que pasa es que socialmente se le ha dado una connotación diferente y más asociada a la prohibición de ciertos alimentos. Lo que hay que hacer es mirar hacia los hábitos y el estilo de vida que venimos arrastrando; con esto me refiero a estrés, sedentarismo, etc.

¿Pasa lo mismo con el término influencer?

Cuando me dicen que soy influencer, aparte de que no me lo creo, les digo que soy profesional de la salud y a través de una red social educo en salud. Creo que es lo que la gente tiene que buscar cuando quiere informarse en nutrición. El valor añadido que  otorga un aval profesional. Aunque no en todos los casos es así. Por eso debemos tener cuidado.

¿Cuánto trabajo hay detrás de un perfil como el suyo?

Todo lo que hago en redes sociales es gratuito. Gracias a esto he podido colaborar con empresas o asistir a eventos, pero para mi negocio eso supone un 10 o un 20 %. Y eso conlleva un tiempo de trabajo que ahora tengo que gestionar y compatibilizar con mi consulta. Es un trabajo que no se ve y que está ahí. Luego la gente de mi entorno me dice que estoy todo el día con el móvil. Claro, es que es mi trabajo, y en el fondo no es de dónde más ingresos obtengo. Me ha dado vivencias a nivel personal y profesional que me han ayudado muchísimo, pero en el día a día no hace viable un negocio, al menos en mi caso. Lo que lo hace viable es mi consulta.

Es la parte negativa de esto. Yo sigo compartiendo contenido porque me compensa, si no, no lo haría; porque te genera una comunidad fiel. La gente ve lo bonito, que tengo muchos seguidores, que me he ido de viaje, pero no ve que he tenido que cerrar la consulta esos días, o que tengo que comer frío el plato que he preparado porque me he entretenido sacándole fotos.

De las redes sociales ... al libro.

Para mí fue un regalo. Tuve la suerte de que la editorial Zenith se puso en contacto conmigo y me dio la oportunidad de resumir todo el contenido que ya había generado en redes sociales en un libro. Es una forma de resumir todo lo que aporto y de que mi mensaje llegue a más gente.

¿Amplió su público?

Sí, como el título es ‘El método del plato’, una herramienta visual que se trabaja en consulta para enseñar a comer bien, con la que también trabaja Sanidad, me ha traído a mucha gente que busca el método por Internet. Es otra de las cosas buenas que tienen las redes sociales, que te abren a público más allá del lugar en el que trabajes. En mi caso, yo volví a Pamplona y abrí mi consulta con la seguridad de que tenía un público fuera al que podía seguir atendiendo online.

Portada del libro de Adriana Oroz, 'El método del plato'. CEDIDA

¿En qué consiste ‘El método del plato’?

Es una herramienta visual que te ayuda a saber qué proporciones debería tener un plato saludable para que esté equilibrado. Consiste en que cada comida principal se divida en diferentes porciones: medio plato dedicado para la comida vegetal, que siempre deberíamos incluir en comida y cena; un cuarto para los alimentos ricos en proteína de calidad (carne, pescado, huevo, legumbre o derivados vegetales); y otro cuarto para los hidratos de carbono.

¿Qué necesitamos aprender para intentar incorporar esto en nuestro día a día?

La clave es saber qué alimentos incluir, comprarlos, y a partir de ahí, preocuparnos de prepararlos de forma que nos gusten. En mi libro enseño ideas de cómo cocinar verdura o carne y doy recetas que se puedan elaborar con facilidad. La gente sabe que tiene que comer verdura, pero muchas veces se pregunta cómo hacerlo. Por eso es importante saber qué incluir, a partir de ahí comprarlo y aprender a cocinarlo de forma que nos guste.

En su libro también habla de mitos de la alimentación…

Sí, por ejemplo, si los hidratos se pueden o no comer, incluso por la noche. La respuesta es que sí, siempre que sean de calidad y en función de las necesidades y estilo de vida de cada uno.

Si hago más deporte necesito comer más que si no lo hago, pero no me tengo que ir al extremo de no comer, porque entonces el cuerpo me pedirá picar galletas o bollos. La clave, siempre lo digo, es comer bien, de forma ordenada y equilibrada. Esto ayuda a que los picoteos sean menos y a regular mejor las comidas.

La gente piensa que para cambiar sus hábitos alimentarios tiene que haber una prohibición, ¿es así?

Hay renuncia. Como con todo. Si estás trabajando y quieres cambiar de trabajo, vas a renunciar a otras cosas. Todo cambio supone cierta renuncia, pero no es una renuncia drástica, sino algo progresivo. Por ejemplo, en vez de comer galletas todos los días paso a comerlas cada dos semanas.

Querer algo, saber por qué y contar con los recursos para conseguirlo. Estas son las tres ideas en las que pone el foco la nutricionista y dietista navarra Adriana Oroz Lacunza (Pamplona, 1992) cuando trabaja con sus pacientes, dentro y fuera de su c

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