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Navarros globales

Una podóloga navarra en el NMC de Dubái

Marta Vera Magaña envío su currículum a uno de los hospitales de la empresa de atención privada más grande de los Emiratos Árabes tras ver una oferta en Linkedin. Ahora es su doctora más joven y la única europea

Marta junto a su madre y hermano delante del Burj khalifa CEDIDA

La historia árabe de Marta Vera Magaña, pamplonesa de 27 años, comenzó con una oferta de trabajo en Linkedin. En el NMC Speciality Hospital de Dubái, un hospital de última generación ubicado en el corazón de los Emiratos Árabes Unidos, necesitaban cubrir un puesto de podóloga. “Envié el currículum casi sin pesar”, cuenta reconociendo que Dubái y, en general los Emiratos Árabes, siempre le habían llamado la atención. A la mañana siguiente, Marta ya tenía en su mesa la oferta completa para iniciar todo el proceso. Papeles, entrevistas, certificados... “Fue largo. Muchas veces pensé en tirar la toalla pero tenía que perseguir mi sueño”. Aquel esfuerzo terminó mereciendo la pena. En septiembre de 2022 Marta llegó al hospital rompiendo moldes. Es la doctora más joven y, también, la única española y europea de los dos centros que la cadena NMC tiene en Dubái. “El 90% de los doctores con los que trabajo son indios y entre el personal administrativo hay también filipinos”. Admite que su primer mes en Dubái fue “complicado” por el fuerte choque cultural en el hospital donde la mayoría de los trabajadores y pacientes son indios y filipinos y le permiten ver “las dos caras” de la ciudad. Pero superado el choque inicial y tramitadas la visa y la Emirates ID -el documento de identidad emitido por el gobierno para ciudadanos y residentes-, necesarias ambas para gestionar desde el alquiler de su casa, a la cuenta del banco o el permiso de conducir, Marta empezó a generar nuevas rutinas en una ciudad que “abraza al extranjero” y que “está preparada para que te sientas en casa y con total libertad”. “La seguridad que siento aquí no la he sentido en ninguna otra ciudad. Aquí nadie cierra su casa porque no entra en la cabeza que alguien te pueda robar”. Lo experimentó en carne propia cuando un día dejó su iPhone olvidado en un taxi y el conductor volvió a buscarla para devolvérselo.

Marta siempre quiso estudiar podología. Estudió en San Cernin y en 2013 se trasladó a Barcelona para cursar el grado de Podología en la Universitat de Barcelona. En 2017 empezó a trabajar como podóloga mientras cursaba el máster en podología Pediátrica. Cuando terminó, la idea de continuar su experiencia laboral en el extranjero ya le rondaba por la cabeza. Pero con su padre enfermo de cáncer decidió que no era el mejor momento y se trasladó a Madrid donde siguió trabajando y cursó otro máster de experto en podología deportiva y biomecánica que impartía la Universidad de La Salle. En agosto de 2020 su padre falleció y pocos meses después dio con la oferta de empleo de Linkedin. “Me daba respeto, no miedo, que como decía mi padre paraliza”. Sabía que si no le gustaba tendría “la casilla de salida”, volver a Pamplona para montar su propia clínica, un proyecto que le ilusiona y a futuro le gustaría hacer. Echa de menos a su familia y amigas del colegio. También el vermut de los domingos con los amigos de sus padres que son familia en Gorraiz. Pero hoy su proyecto vital está en Dubái con un trabajo que supone todo un reto no sólo profesional, también personal, y que le permite ver casos que en España sería impensable mientras patologías antes comunes como los juanetes (hallux valgus), los dedos en garra o las metatarsalgias casi han desaparecido de su día a día. “Además de la disposición genética, creo que es por el calzado que utilizamos en España”, reflexiona. Asegura que existe un gran número de pacientes diabéticos para los que su trabajo es fundamental dado que una de las principales complicaciones de dicha enfermedad ocurren en los pies. “He llegado a ver pies con gangrena, algo que en España sería poco habitual en una clínica privada”.

Vive al lado del canal, en Downtown, cerca del Burj khalifa. “Pasear o correr por esa zona es una maravilla”. Casi tanto, cuenta, como hacerlo por Kite Beach, “con unos atardeceres increíbles”, dar una vuelta por el centro comercial o tomar algo con sus amigos en el timeout, cuando está permitido el alcohol, ir al cine, cenar y tomar algo con sus amigos del club de pádel, muy de moda en la ciudad. Rutinas que, salvando las distancias y el precio - "excepto llenar el depósito del coche todo el ocio es más caro”-, son similares a las que podía llevar en España, y que hacen que cada día sea diferente. Le sigue llamando la atención que la mayoría de la población pida que le lleven a casa la compra y asegura que aunque se llevan más las fiesta de día no hay tantas restricciones como la gente piensa. Tampoco con el alcohol -aunque en la calle y en determinados sitios no está permitido- o la vestimenta. Ha visitado Hatta, conocida por su histórica fortaleza y sus pequeñas explotaciones ganaderas en el desierto, y la gran mezquita de Abu Dhabi pero todavía tiene un sinfín de planes pendientes. Desde visitar Oman, que hace frontera con Dubái, a dormir en el desierto o sacarse el curso de buceo en Fujairah. En abril ya tiene un viaje organizado para conocer Bali.

DNI

Marta Vera Magaña nació en Pamplona el 11 de abril de 1995. Hija de Eduardo Vera (promotor) y Marisol Magaña (decoradora de interiores) tiene un hermano, Iñigo, de 22 años, que estudia Ingeniería Mecánica en la UPNA. Estudió en el colegio San Cernin y en 2013 se trasladó a Barcelona para estudiar Podología en la Universitat de Barcelona. Tras terminar la carrera comenzó a trabajar como podóloga en la ciudad, un trabajo que compaginó con el Master en podología pediátrica en la misma universidad. Tras seis años en Barcelona se mudó a Madrid donde siguió trabajando y formándose. Tras el fallecimiento de su padre en agosto de 2020, una oferta de trabajo en Linkedin le terminó llevando hasta el NMC de Dubái.

La historia árabe de Marta Vera Magaña, pamplonesa de 27 años, comenzó con una oferta de trabajo en Linkedin. En el NMC Speciality Hospital de Dubái, un hospital de última generación ubicado en el corazón de los Emiratos Árabes Unidos, necesitaban cu

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