Txerra García de Eulate: “Estamos a tiempo de integrar a los inmigrantes y evitar que ocurra lo de París y Bélgica”
El fenómeno de la migración y la multiculturalidad no tiene vuelta atrás en Navarra. El reto es convertirlo en una oportunidad para el progreso conjunto y no en un fracaso social.
- Iñigo Salvoch
Los grises de la tarde no cruzan la puerta, prefieren quedarse rumiando su melancólica existencia por las calles del Segundo Ensanche de Pamplona. En cambio, en el despacho del director del Observatorio Navarro de la Realidad Social, Txerra García de Eulate (Pamplona, 1973), los colores salpican las paredes para enunciar ambiciosos objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, el rojo es soporte para el fin de la pobreza; el verde, para la acción por el clima; el amarillo... El Observatorio es un instrumento que depende del Gobierno de Navarra y uno de sus cometidos es el estudio y análisis de los procesos de transformación social y las tendencias de cambio. Txerra García de Eulate, sociólogo desde hace más de dos décadas, habla en esta entrevista de los retos sociales, desde el envejecimiento de la población, a la integración los inmigrantes.
Los navarros gozamos del mejor nivel de vida del país de acuerdo al último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cualquiera diría que atamos los perros con longaniza...
Navarra viene ocupando el primer puesto en calidad de vida en ese informe desde 2008 y hasta la fecha. Si no recuerdo mal, el informe consta de unos 55 indicadores objetivos de distintos ámbitos: educación, salud, seguridad... El balance de todos ellos otorga a Navarra esa primera posición. Pero hay que huir de la autocomplacencia, porque en casi todas los indicadores se puede mejorar.
¿Estará para autocomplacencia el ciudadano que hoy sufre las listas de espera y la saturación de la Atención Primaria?
No se puede obviar que hay un problema, especialmente en la Atención Primaria, agravado durante la pandemia y al que habrá que buscar soluciones. Pero es un problema que también está vinculado al envejecimiento de la población: a la mayor demanda y a la necesidad de más recursos sanitarios.
El envejecimiento de la población va a ir a más. ¿Qué hacemos para que no colapse el sistema sanitario?
No hay que ver el envejecimiento como un problema, sino como un reto. Navarra tiene una de las mayores esperanzas de vida de Europa, lo que a veces va acompañado de enfermedad y dependencia. Eso hace imprescindible que incidamos aún más en la prevención y los buenos hábitos de vida, en el envejecimiento saludable.
Si alguna lección aprendimos de la pandemia es que hay que repensar la atención a los mayores y el modelo de residencias. ¿En qué dirección?
La calidad de las residencias navarras es muy alta, no tiene nada que ver con casos que de vez en cuando se oyen en otras comunidades. Eso no quita para que desde el propio Observatorio también estemos trabajando para mejorar la vida dentro de las residencias, conjugando la parte tecnológica y social, a través de proyectos europeos que ayuden a modernizar y rehabilitar las residencias. Pero hay un dato que no se puede obviar y es que cerca de un 80% de los mayores dice que quiere permanecer en sus domicilios y para eso hay que ayudar. Hay que dotar de nuevas herramientas a los centros de Día y mejorar la vida de las personas en sus domicilios.
El sistema de pensiones es la gallina de los huevos de oro. ¿Qué hacemos para no matarla?
Vivimos momentos de mucha convulsión e inestabilidad y aún así hemos llegado a la cifra histórica de empleo en Navarra. Lo primero que hay que hacer para que el sistema de pensiones sea sostenible es que aumente la población activa. Y hoy en Navarra lo estamos consiguiendo. Es cierto que en los próximos años se va a incorporar a la jubilación la generación del ‘baby boom’, que ocupa los tramos más anchos de la pirámide poblacional, y va a ser necesario buscar una mayor eficiencia en todos los sentidos. E incluso se habla de otras estrategias, como que parte de la financiación se haga vía impuestos. En todo ello hay que trabajar.
Pese a tener el mejor nivel de calidad de vida, en Navarra hay 95.000 personas, el 14,7% de la población, en riesgo de pobreza, según la tasa AROPE. ¿La desigualdad se va a incrementar con los años?
Navarra, junto al País Vasco, presenta los índices más bajos de España de riesgo de pobreza. Pero más allá de la estadística, necesaria para tener una visión de la pobreza y la desigualdad, es importante impulsar un análisis profundo de quienes son las personas que hoy se encuentran en situación de pobreza severa. Por qué están ahí, las trazabilidades. Es decir, qué les ha pasado para estar en esa situación y cuáles son las posibilidades de salir de esa pobreza severa.
¿El empleo no resuelve ya la pobreza?
Así es. Tener un empleo no significa necesariamente salir de la pobreza. No evita siempre situaciones de vulnerabilidad y debilidad. Por eso es necesario que apostemos por una mejora de la calidad del empleo. Eso repercutiría en un menor riesgo de pobreza.
MIGRACIÓN Y TRABAJO
Las migraciones son imparables y la población extranjera viene a rellenar nuestro vacío demográfico. ¿Cómo adaptarnos a esa realidad?
Creo que hay que hacer una tarea importante de pedagogía para saber que los inmigrantes son necesarios en nuestra sociedad. A la vez, es necesario el desarrollo de estrategias para que esa población inmigrante sea un valor añadido y una mejora para el conjunto de la sociedad. Eso conlleva el desarrollo de estrategias de vivienda, empleo...
Si el flujo migratorio no está regulado, como ocurre hoy, ¿de qué modo se casan las necesidades de perfiles laborales que puede tener Navarra con la población que llega?
Eso de algún modo también ocurre con la población joven autóctona. Esa es una tarea que conlleva muchos años: el ajuste del tejido productivo con el desempleo. Y la vía es la formación. Una formación específica, casi hablaría de píldoras formativas, que se debe ajustar y en la que el Servicio Navarro de Empleo ya trabaja. Hay que pensar que el 70% de la población parada navarra no tiene un nivel de estudios superior a la primera etapa de secundaria. Eso es un problema y creo que el impulso de la FP debe ser clave en el futuro.
¿Habrá que darle una vuelta al sistema de prestaciones de renta garantizada, exigir una mayor vinculación a los itinerarios de empleo y evitar, como denuncian algunos agricultores, por ejemplo, la falta de mano de obra en el campo?
Es un debate delicado. La renta garantizada está diseñada para que sea rentable trabajar. Nosotros vamos a hacer ahora una evaluación de los estímulos existentes al empleo y a partir de ella habrá que ver qué ajustes son necesarios. Pero la relación de las personas que reciben renta garantizada con el empleo es mayor de lo que se piensa.
¿Vaticina problemas de convivencia vinculados a la mayor pobreza y falta de oportunidades de la población migrante, como ocurre hoy en suburbios de Francia y Bélgica, donde hay ya una segunda y tercera generación de descendientes de emigrantes?
Estamos a tiempo de ampliar la estrategia para integrarlos y evitar que ocurra algo así. Si uno estudia lo de París y Bélgica, uno de los problemas recurrentes es el empleo. Las tasas de desempleo en esas zonas y barrios conflictivos son elevadísimas. La integración pasa por el empleo y, en la medida de lo posible, por un empleo de calidad. Y para eso hace falta formación. Por otra parte, son necesarias políticas un tanto quirúrgicas, pues no todos los emigrantes son iguales ni tienen las mismas necesidades.
El sociólogo navarro Mario Gaviria decía que uno de sus sueños era que la gente pudiera vivir trabajando poco y viviendo bien, en una sociedad confortable, que no gastara mucha energía y que no polucionara demasiado. ¿Es posible?
El gran Mario Gaviria era un sabio y un muy buen conocedor de esta tierra. Cuando hablamos de los objetivos de desarrollo sostenible y la Agenda 2030, en el fondo se trata de mejorar la vida de las personas. Tan sencillo y complicado a la vez. Todos lo firmaríamos, pero el futuro a veces es imprevisible. Nadie esperaba que íbamos a estar semanas encerrados en casa en 2020 o que Rusia iba a intentar ocupar Ucrania. Pero trabajar en el día a día y en el corto plazo nos puede ayudar a alcanzar ese mundo en el que soñaba Mario Gaviria.
Txerra García de Eulate (Pamplona, 1973). Está casado y tiene dos hijos. Reside en Burlada, Es licenciado en Sociología por la Universidad Pública de Navarra. Inició su trayectoria profesional en 1996 en el departamento de Sociología. Posteriormente trabajó en el departamento de Recursos Humanos de Volkswagen Navarra. De 2001 hasta 2004 trabajó en Cámara Navarra. Posteriormente lo ha hecho en el departamento de Trabajo Social de la UPNA, en el gabinete de estudios de CC OO. De 2016 a 2022, fue asistente técnico del Observatorio de la Realidad Social, unidad que dirige en la actualidad.
Los grises de la tarde no cruzan la puerta, prefieren quedarse rumiando su melancólica existencia por las calles del Segundo Ensanche de Pamplona. En cambio, en el despacho del director del Observatorio Navarro de la Realidad Social, Txerra García de
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