Piden proteger el cerebro ante los avances de la neurociencia y el metaverso
Un grupo de expertos advirtieron este jueves en Pamplona de los riesgos que conlleva para la identidad humana estos avances tecnológicos
- Iñigo Salvoch
El metaverso, ese mundo virtual al que nos conectaremos a través de dispositivos y que nos hará pensar que realmente estamos dentro de él, aunque no lo hagamos de forma corpórea, sino a través de un avatar, fue este jueves objeto de debate en el Museo de la Universidad de Navarra. En una charla organizada por el grupo navarro del Club de Roma, se debatió sobre los límites jurídicos del metaverso y la neurociencia. Dos realidades que están avanzando a pasos agigantados y que plantean un importante debate sobre el que se pronunció un grupo de expertos. La necesidad de proteger nuestra actividad cerebral e identidad humana de los cambios que vienen parece prioritaria.
José María Lassalle, filósofo y exsecretario de Estado de Agenda Digital, advirtió que en 2025 la humanidad generará una cantidad de información en la infoesfera, el internet de las cosas, de 180 zetabbytes, frente a los 2 de 2010. Una gigantesca acumulación de datos de muy difícil gestión. Lassalle advirtió que la inteligencia artificial va a necesitar “crecer en capacidades para que el sistema no colapse, y para eso necesita generar una inteligencia artificial lo más parecida a la inteligencia humana y es ahí donde entra metaverso”. “El aprendizaje automático que está incorporando la inteligencia artificial -prosiguió- busca asociarse, cada vez más, a los datos que procesamos en nuestro inconsciente y nuestra mente. Para ello va a necesitar experiencias inmersivas como la que nos ofrece el metaverso, que lo que hace es captar datos que tienen que ver con lo que somos nosotros en la profundidad más inconsciente de nuestra identidad”.
Lassalle sostuvo, así, que somos “imprescindibles” para generar los datos que las inteligencias artificiales necesitan para funcionar. El problema es que una vez que se produzca ese ‘click’ ya no seremos imprescindibles. En este sentido, concluyó destacando la importancia “de blindar la identidad y la personalidad humana, de ser capaces de diseñar un ámbito jurídico que garantice lo que hasta el momento ha identificado la identidad humana y su capacidad cognitiva basada en lo corpóreo. No se trata de cuestionar la identidad digital, sino de que esta no nos sustituya”.
DEFENSA DE LOS NEURODERECHOS
La catedrática de Derecho Constitucional Ana Azurmendi mostró su total acuerdo con la necesidad de preservar y garantizar la identidad humana. “¿Qué sistema legal no está ya, en la medida de lo posible, protegiendo la identidad humana?”, se preguntó. Azurmendi partió una lanza a favor de la investigación médica sobre las conexiones neuronales y su beneficio para ciertas enfermedades y consideró que las posibles manipulaciones que tengan que ver con un aceleramiento del conocimiento todavía quedan lejos por lo que hablar de amenazas, “quizás sea aún prematuro frente a otras que son más reales”.
Por su parte, Susana de la Sierra mostró escepticismo hacia el futuro del metaverso, pero no obvió la “incertidumbre científica y tecnológica” a la que asistimos. “Necesitamos poner coto a esta realidad que aún no entendemos y que debemos reconducir por cauces jurídicos. Considero que el Derecho tiene un papel importante y como juristas debemos estar atentos por si necesitamos nuevos instrumentos”, defendió.
El metaverso, ese mundo virtual al que nos conectaremos a través de dispositivos y que nos hará pensar que realmente estamos dentro de él, aunque no lo hagamos de forma corpórea, sino a través de un avatar, fue este jueves objeto de debate en el Muse
Diario de Navarra
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