Navarra, escenario de la pugna entre los jóvenes de la izquierda abertzale
GKS, promotora de una manifestación este sábado en Pamplona, y Ernai, las juventudes ‘oficiales’ de Sortu (Bildu), se encuentran enfrentadas
- Marcos Sánchez
Una manifestación celebrada este sábado en Pamplona, con el pretexto de oponerse a la “ofensiva de los empresarios y las autoridades” y llamar a la “lucha” a la “juventud trabajadora”, supuso en el fondo un paso más en un enfrentamiento que se vive desde hace cerca de dos años entre las facciones juveniles de la izquierda abertzale. Una demostración de fuerza de una de dichas facciones implicadas, la Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), convocante de la marcha, en la pugna que mantiene con Ernai, las juventudes ‘oficiales’ de Sortu, formación que lidera Arnaldo Otegi y que ejerce el predominio en la coalición EH Bildu.
GKS y Ernai pelean por hacerse con la hegemonía entre los jóvenes de la izquierda más extrema. Un sector en el que Ernai, considerada como la representante de la izquierda abertzale tradicional y sucesora de marcas anteriores como Jarrai o Segi, tiene más terreno ganado aunque está encontrando en los últimos años problemas para ganar adeptos frente a una GKS que reniega de la apuesta de Sortu por la política institucional a través de EH Bildu. La Gazte Koordinadora Sozialista carga contra los “políticos profesionales”, como les denomina. Hasta el punto de abogar por organizarse fuera de los partidos y oponerse a ellos en las calles. GKS, que a veces se denomina también Kontseilu Socialistak, reniega de una categorización como ‘izquierda abertzale’. Ensalza la de ‘socialista’ e incluso publicita su argumentario como comunista. Su andadura empezó hace unos cuatro años, fundamentalmente a partir del sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak después de que éste se desligó de Sortu.
El enfrentamiento de los dos grupos de la izquierda abertzale juvenil comenzó a hacerse palpable durante el pasado verano en el País Vasco y se extendió también a Navarra, donde se ha recrudecido en las últimas semanas como prolegómeno de la marcha impulsada por GKS en Pamplona. Alsasua y otras localidades de la Sakana han sido ejemplos de la disputa entre las dos facciones por hacer visible quién controla las calles, materializada a través de pintadas en edificios públicos y privados.
IDEOLOGÍA, PERO TAMBIÉN POR DINERO
La pugna en el seno de los jóvenes de la izquierda radical no se explica únicamente por cuestiones ideológicas (comunismo-soberanía-independencia), ya que las económicas han jugado una influencia clave. Concretamente, la obtención de vías de financiación.
El pasado verano resultó caliente en Euskadi a partir de un enfrentamiento por controlar un local en el Casco Viejo de San Sebastián que puso en esa ocasión frente a frente a la Gazte Koordinadora Sozialista con miembros de Jarki, otro grupo de disidentes separados del oficialismo que está integrado en la coordinadora Jardun. Aunque sus argumentos contra la izquierda abertzale tradicional suenan casi idénticos (inservible ya para la “revolución” por “aburguesada”), Jarki enfatiza la apuesta por construir un estado independiente con Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, mientras GKS hace lo propio con su camino comunista.
Desde el conflicto donostiarra, que desembocó en una pelea multitudinaria, otros se fueron sucediendo en fiestas de localidades vascas y alguna navarra debido a la colocación de txoznas, cuyas barras son fuentes de obtención de dinero. Mientras GKS culpabilizaba a Bildu de vetarle para impedir sus instalaciones, la línea oficial acusaba a la “socialista” de acosar para hacerse hueco en los recintos de txoznas y poder sufragar multas impuestas a algunos de sus militantes.
Una manifestación celebrada este sábado en Pamplona, con el pretexto de oponerse a la “ofensiva de los empresarios y las autoridades” y llamar a la “lucha” a la “juventud trabajadora”, supuso en el fondo un paso más en un enfrentamiento que se vive d
Diario de Navarra
- Web + app (0,27€ al día)
- Versión PDF
- Periódico en papel