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Ha llegado el expreso siberiano

Frío en Pamplona DIARIO DE NAVARRA

Del agua y la nieve pasamos, en un santiamén, a las heladas. Primera ola de frío siberiana del año que nos va a acompañar a lo largo de la semana. Episodio de frío en que lo importante no son tanto las marcas extremas, sino la cantidad de días invernales seguidos que vamos a tener. Nos sorprende el cambio brusco en esta segunda quincena de enero, después de unos pasados meses bastante suaves. Pero si ahora no hace frío ni nieva, ¿cuándo lo va a hacer? Enero en estado puro.

Un episodio de ola de frío es un período de una semana de duración por lo menos, en que las temperaturas máximas se sitúan por debajo de los cinco grados y las mínimas alcanzan valores extremos sobre todo en las comarcas más montañosas. A veces van acompañadas de nevadas que dejan el suelo cubierto de nieve helada durante varios días.

La ola de frío se asocia a una circulación retrógrada del noreste, es decir opuesta a la circulación normal de la rotación terrestre, Oeste-Este. Es originada por la acción conjunta de dos centros de acción dominantes: un poderoso anticiclón de bloqueo extendido desde el Atlántico Sur hasta Escandinavia y una depresión potente en el Mediterráneo, que atrae con fuerza el aire frío.

Por una especie de pasillo habilitado por ambos centros de acción, anticiclón y borrasca, llegan a Navarra masas de aire continentales, el llamado expreso siberiano, especie de canal de aire frío, que, siguiendo la vía Rusia septentrional- Europa central- Francia, atraviesa los Pirineos y entra en Navarra. La borrasca tiene que ser muy potente para lograr que el aire frío llegue con la suficiente rapidez para conservar, en parte, su temperatura extrema inicial.

En estos eventos atmosféricos extremos, lo que expresa la magnitud, no son tanto las marcas extremas que se pueden llegar a alcanzar, sino la cantidad de días seguidos que dura el episodio. Y eso es lo que verdaderamente afecta a nuestra percepción del frío.

Dan un ambiente riguroso frío y seco de madrugadas gélidas con heladas y escasa recuperación en las horas centrales del día. Algunos días son tan azules que parece que tenemos que tener un fuerte calor. Y es que las masas siberianas continentales, sin contaminar, dan días muy claros. A veces las jornadas resultan algo nubosas e incluso pueden caer filuchas o chispas pequeñísimas de nieve, llamadas purnias en algunos lugares.

Estas oleadas de frío invaden con diferentes grados de intensidad las distintas comarcas navarras, debido principalmente a la diferente altitud, orografía y exposición. El ambiente frío es muy intenso, sobre todo, en los valles pirenaicos; también en la Barranca, y en las cuencas de Pamplona y Lumbier-Aoiz. No se libran ni los normalmente más suaves valles cantábricos ni el más meridional y alejado valle del Ebro.

Debido al elevado gradiente de presión, el cierzo sopla con fuerza, y a la temperatura leída en el termómetro, se deben descontar bastantes grados, según su velocidad, para obtener la verdaderamente sentida por el cuerpo, lo que llamamos sensación térmica. Al abrigarnos, no sólo debemos estar pendientes del termómetro, sino del viento, pues nos podemos encontrar con una temperatura de cinco grados al mediodía que con viento intenso puede dar lugar a una sensación térmica de bastantes grados bajo cero. Así por ejemplo en la Ribera, comarca en la que el cierzo sopla con toda su fuerza, aunque la temperatura sea un poco menos fría que en otras comarcas, la mayor intensidad del cierzo da lugar a jornadas muy rigurosas en las zonas más expuestas a este viento.

La nieve es el factor a vigilar. Que va a hacer frío en toda la Comunidad es evidente; el problema es saber si va a nevar; y si lo hace, dónde y cómo; y si posteriormente se va a transformar en nieve helada y cuánto tiempo va a permanecer. El peligro es que caiga nieve y que posteriormente se hiele debido a las bajas temperaturas; entonces los problemas en las comunicaciones se agravan. En esta ocasión como las masas de aire siberianas vienen con recorrido continental son secas, pero seguirá helada la nieve que cayó en días anteriores y no ha desaparecido.

En los últimos años se han registrado olas de frío de gran intensidad y duración. Haciendo un poco de historia destacan, entre otras, la de febrero de 1956 en la que Pamplona alcanzó los quince grados bajo cero; la de febrero de 1983, que duró doce días; la de enero de 1985, la más cruda, que dejó gran parte de Navarra incomunicada; y, las cinco que tuvieron lugar en el invierno 2004-05, el más crudo de los últimos años.

Así pues, primera ola de frío, normal para la época del año en que estamos, muy distante de las numerosas, mucho más intensas y duraderas, que hemos tenido a lo largo de los últimos años. Esto no quiere decir que el frío no muestre su lado crudo en toda Navarra, sobre todo en las zonas montañosas.

Javier M. Pejenaute Goñi es doctor en Geografía e Historia, especialidad Climatología

Del agua y la nieve pasamos, en un santiamén, a las heladas. Primera ola de frío siberiana del año que nos va a acompañar a lo largo de la semana. Episodio de frío en que lo importante no son tanto las marcas extremas, sino la cantidad de días invern

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