Manuel Nebro, de Pamplona al norte de la frontera de Polonia

Manuel Nebro Ramírez, de 44 años, guardia civil destinado en Bezledy-BCP (Border Check Point), al norte de Polonia, en frontera con Rusia. Llegó allí el 24 de enero y permanecerá en el puesto hasta el próximo 28 de diciembre. Entre sus funciones, que él define como “un abanico de diferentes situaciones” entre las que está el apoyo y protección al personal civil y a trabajadores que a diario cruzan la frontera. La guerra de Ucrania ha implicado además que se disparen todas las acciones vinculadas a la ayuda al refugiado. “Son gente que ha sufrido y que sigue sufriendo mucho, por lo que se merecen un cuidado, un esmero especial”. Asimismo, derivado del conflicto bélico han proliferado miembros de bandas que tratan de aprovecharse de todos los desfavorecidos que debilita la guerra. “Son personas que buscan captar perfiles para tráfico ilícito de personas y la inmigración irregular y ahí también me toca trabajar en la prevención de todo tipo de actividades delictivas, así como supervisar documentos, apoyo a los servicios de inteligencia, etc”.

VOCACIÓN INTERNACIONAL

Recientemente, ha regresado a Pamplona, donde tiene su puesto, aunque deja claro que su perfil busca siempre la proyección exterior. Ya ha llevado el verde de la Guardia Civil a países como Eslovenia, Croacia, Rumanía, Bosnia, Macedonia, Mauritania o Afganistán. En su periplo, admite, fue decisivo el dominio de inglés, que adquirió durante una estancia en Nueva Zelanda, buscada con la intención de curtir precisamente ese don de lenguas y proyectarse en misiones exteriores. Eso sí, su actual destino, a 10 metros de Rusia, dista mucho de su Málaga natal. “El frío que hace aquí es algo fuera de serie. Duelen hasta las orejas”, cuenta.