Ermitas medievales: inicio de la tradición
Bellas ermitas románicas jalonan las diferentes vías del Camino de Santiago, como referentes de una tradición religiosa mantenida a lo largo de un milenio
- Arturo Navallas Rebolé
Tres grandes periodos pueden establecerse en la cronología de las ermitas: el de la época medieval suma 170; el que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII, 287 y el de los tres últimos siglos, 88.
Las basílicas medievales y los grandes templos del Renacimiento y Barroco han sido reseñados en anteriores capítulos, también las sencillas ermitas. En el presente, las románicas del siglo XII son las protagonistas, como testigos vivos y complementarios de un pasado que rememora los orígenes del Reino de Navarra, con el gran apoyo de sus reyes en la construcción de los santuarios y monasterios, y que nos transmiten la esencia de la religiosidad popular desde sus inicios, con prácticas devocionales que continúan en la actualidad. Muchas fueron edificadas en las proximidades de las diferentes rutas del Camino de Santiago, que será el hilo conductor.
VALLES PIRENAICOS
En la parte más oriental de Navarra se encuentra la ermita de San Sebastián de Nabarzato. Un grupo de incondicionales asciende a lo que resta de la antigua villa, para celebrar la misa el día de su festividad, “20 de enero, San Sebastián el primero”, dicen los roncaleses; repiten el primero de mayo. El recorrido tiene sus repechos, pero al final se encuentra el pequeño edificio, con su cabecera semicircular y la portada con dos arquivoltas de medio punto, abierta para poder mantener una tradición de siglos.
El gran tenor navarro Julián Gayarre fue bautizado con el nombre de Sebastián, en primer lugar, por la gran devoción que su familia le profesaba; su madre le llevó a la ermita el año de su nacimiento, 1844.
Similar es el templo situado a un cuarto de hora de Vidángoz, dedicado también a San Sebastián, aunque se le denomina comúnmente como la Asunción de María, día de la celebración solemne. Conserva en buen estado el ábside semicircular y su portada de medio punto, con crismón trinitario en el tímpano.
El tamaño del edificio de San Tirso, en Esparza de Salazar, es mucho mayor que los citados anteriormente; su portada se construyó en el siglo siguiente. La nieve no impide que los vecinos de Esparza asciendan hasta la ermita en la mañana de su festividad, 28 de enero. La celebración eucarística se repite de forma especial el día de Todos los Santos, con responso para los difuntos que reposan en el cementerio anexo.
En el descenso hacia el sur destaca el templo dedicado a Nuestra Señora del Campo, situado junto al cementerio de Navascués. La construcción fue iniciada a finales del siglo XI y su torre elevada en el centro de la nave es uno de los pocos ejemplos existentes en Navarra.
El domingo siguiente al 16 de junio, festividad de San Quirico, se celebra una solemne misa, completando así las romerías a la ermita situada en la cumbre. Acuden los vecinos de Aspurz, Bigüézal, Navascués y Ustés.
DESDE RONCESVALLES
En la ruta que va de Roncesvalles hasta Aoiz se encuentra uno de los edificios más interesantes del románico, dedicado a la Purísima Concepción. Destacan las tres ventanas de su ábside semicircular con sus capiteles decorados, como los canecillos del tejaroz y los capiteles de su bella portada. Está situado cerca de Nagore junto al antiguo palacio.
Los feligreses del Valle de Arce acuden en coche y el espacio interior queda pequeño para la cantidad de personas que no quieren perderse la cita anual, del primer domingo de agosto. La misa finaliza con el canto de la salve a la Virgen de Roncesvalles. También, muchos de los que participan en la romería a Santa Colomba de Meoz llegan en coche desde las poblaciones del Valle de Lónguida, el segundo domingo de junio. No así los de la propia localidad que bajan la imagen de la Santa, del siglo XVII, desde la parroquia para que presida la misa; antes la trasladaban procesionalmente.
Mantiene su cabecera semicircular y la entrada está protegida por un pórtico que aloja en su interior un sepulcro rectangular decorado con la cruz de Santiago en la cubierta. Desde allí se bendicen los campos.
SOMPORT, VÍA ARAGONESA
Desde Somport, por Jaca, los peregrinos llegan a la ciudad de Sangüesa donde se encuentra la ermita de San Adrián de Vadoluengo, denominada también de La Magdalena, en referencia a la antigua ermita-hospital, desaparecida. Se trata de un armónico conjunto de ábside semicircular, como las arquivoltas de su portada con columnas de capiteles decorados. Se acude en rogativa el día de San Marcos y celebran misa en las festividades de Santa María Magdalena y la Natividad de la Virgen.
En el trayecto del Camino hasta Puente la Reina, por Valdaibar y la Valdorba, existen también interesantes edificios románicos. En el primero de ellos, en la parte baja de Aibar está la basílica de Santa María que comparte el culto en semanas alternas con la parroquia. La eucaristía más solemne conmemora la Natividad de la Virgen, el sábado siguiente a su festividad.
En el segundo valle se localizan dos templos en Solchaga: uno, el de la Virgen de Arrazubi, sobre una pequeña loma, a la que se sube en procesión el último domingo de mayo, para la celebración de la santa misa y bendición de los campos. Destaca en el exterior un sepulcro gótico del siglo XIII. El otro, corresponde al Palacio de Eristain y está dedicado a San Juan Bautista, aunque la romería se celebra el día de Santiago. Es un edificio construido en el siglo XI, ampliado posteriormente y con reminiscencias originarias del siglo X, que incorpora una lápida con inscripciones funerarias romanas en sus muros. En la cabecera figuran unas pinturas murales góticas, del siglo XIV.
La ermita de San Pedro de Echano corresponde al municipio de Olóriz. El edificio se asemeja a otros modelos como Cataláin o San Nicolás de Rada, de airosas espadañas, aunque lo que destaca realmente es la espléndida portada con sus exuberantes arquivoltas y capiteles, relacionados en parte con el Maestro de Uncastillo.
A la de San Nicolás de Rada, fuera de ruta, situada en el despoblado medieval, acuden los vecinos del pueblo nuevo de Rada, el domingo posterior a la Exaltación de la Santa Cruz, y los de Traibuenas, el domingo más cercano al 7 de octubre, festividad de la Virgen del Rosario. El edificio se conserva en muy buen estado porque fue respetado en la contienda civil entre agramonteses y beaumonteses.
POR EL VALLE DE ARAKIL
Antes de continuar hacia la ruta unificada del Camino en Puente la Reina hay que referirse a la vía que tenía continuidad desde Pamplona hacia Santiago, por el Valle de Arakil, con tres edificios románicos en su trayecto. Ciertamente, solo corresponde al siglo XII el de Santa María de Zamartze, pero destacan también los otros dos, realizados en el siguiente: Santiago de Ixaperri, cerca de Egiarreta y Santa María de Aizaga en Iturmendi.
La ermita de Santiago fue parroquia de la desaparecida villa de Echasperri, contaba con casa para el ermitaño y un edificio en el que se celebraban las Juntas del Valle Arakil. Sus vecinos acuden en dos festividades: San Isidro y Santiago. Esta última con marcha procesional desde Egiarreta, encabezada por la imagen de San Miguel de Aralar y la interesante cruz procesional renacentista de Egiarreta, realizada en 1577.
La actual ermita de la Santa María de Aizaga, fue parroquia de la antigua villa de su mismo nombre. Se acude en la festividad de la Asunción de la Virgen.
Cuenta con una interesante portada, compuesta por tres arquivoltas con capiteles decorados en dos columnas. En la reconstrucción efectuada a comienzos del siglo XIX, su ábside semicircular fue sustituido por la cabecera recta actual.
Santa María de Zamartze se encuentra en medio de las otras dos, en término de Uharte Arakil. Originariamente fue un monasterio. La cabecera semicircular y su portada de tres arquivoltas con capiteles de fina decoración variada han sido vinculadas al taller de Pamplona.
Dos romerías se celebran en el templo: en la festividad de San Marcos, con oficio de la santa misa y la bendición de los campos, y en la festividad de San Juan Bautista, que marchan en procesión con la cruz parroquial, los estandartes de las cofradías, las imágenes de la Virgen del Rosario y la de San Miguel; la comparsa de gigantes y cabezudos completa la comitiva detrás de los feligreses.
En el retorno hacia la vía principal, está la ermita de San Esteban de Otazu a la que acuden los vecinos de Arraiza, Etxauri, Echarri y Otazu, el domingo posterior a San Isidro. La Virgen de Arrigorría comparte espacio en el Presbiterio con la que preside el retablo, procedente de Eriete, después de ser portada procesionalmente desde su sede habitual de Arraiza.
El edificio mantiene la estructura clásica, con su cabecera semicircular, la portada con tres arquivoltas y sus correspondientes columnas de capiteles decorados. En el tímpano, el crismón trinitario.
Hacia Puente la Reina
Dos templos románicos se encuentran en el siguiente trayecto hacia Puente la Reina. San Pedro de Auriz, en Muruzábal y San Martín de Gomacín. El primero fue parroquia del poblado de su propio nombre localizado entre Larrain y Muruzábal. Acuden el 1º de mayo. El segundo está situado entre Villoria y Obanos y también fue su parroquia, construida en el siglo XI. Por Gomacín pasaba un camino de peregrinos, camino real y público diferente a la tradicional ruta jacobea.
El 1 de mayo, los feligreses marchan en pequeños grupos a lo largo de los tres kilómetros y medio que les separa de Puente la Reina y se agrupan en un altozano para ascender hasta la ermita cantando las letanías, encabezados por un representante de la Cofradía de la Pasión, vestido con túnica negra, quien porta un crucifijo y unas campanillas que tañe a su vez. Posteriormente se oficia la misa en el exterior, si el tiempo lo permite.
La localidad de Lácar cuenta con una ermita dedicada a Santa Engracia, que conserva su ábside semicircular y su portada de arcos ya apuntados. La celebración religiosa se ha trasladado al sábado siguiente de la festividad, 16 de abril, y se inicia con el canto de la aurora por las calles. En la celebración de la santa misa repiten su interpretación.
La ermita de Santa Catalina se encuentra a unos dos kilómetros de Azcona. Es un bello edifico, que conserva en el exterior algunos interesantes capiteles figurativos de leones enfrentados, caballeros en combate por una dama, etc. El templo recibe la visita de muchos interesados por el arte navarro, pero hay una fecha que reúne a los feligreses del Valle de Yerri, el sábado más cercano al 15 de mayo, San Isidro Labrador.
Los feligreses de Villatuerta caminan por el propio Camino de Santiago para llegar hasta la ermita de San Miguel, el domingo siguiente a la festividad del 29 de septiembre. Su puerta permanece abierta habitualmente para que los peregrinos puedan detenerse y orar en su interior; la misa de la romería se celebra en el exterior.
El templo fue monasterio donado por el rey Sancho de Peñalén al abad de Leyre y obispo de Pamplona, Juan, el 29 de diciembre de 1062. Unos relieves prerrománicos, que se encontraban empotrados en uno de los muros, se guardan en el Museo de Navarra.
En término de Barbarin se encuentra la ermita de San Jorge, con su cabecera semicircular, nave alargada y con habitación para el ermitaño a los pies. La romería se celebra el sábado más próximo al 23 de abril. Los feligreses acuden caminando hasta el templo para la celebración de la santa misa, y bendición de los campos y del pan.
También con ábside semicircular se encuentra el peregrino la ermita de San Blas, en la salida de Los Arcos hacia Torres del Río. Cabecera que fue ampliada en el siglo XVIII, para acoger a los feligreses que acuden a la ermita en su festividad. Al finalizar la ceremonia se entrega una placa a los cofrades más antiguos y en la puerta de salida espera el sacerdote con la reliquia del Santo para su veneración y recogida de donativos.
Próxima a Viana, se encuentra la ermita de San Martín, en el lugar donde existió la aldea de Tidón. El edificio, recientemente restaurado, acogió la primera romería el 11 de noviembre 2010. Los feligreses acompañan procesionalmente la imagen del Santo, en su festividad, para la celebración de la santa misa.
Los peregrinos del Camino de Santiago continúan hacia La Rioja, pero al resto de las ermitas, localizadas en espacios abiertos y rincones de Navarra, pueblos grandes y pequeños, cumbres y valles, despoblados e incluso ruinas, muchas más de las que en estos capítulos se han reseñado, son muchos los que acuden puntualmente en las fechas señaladas, para honrar, rezar, venerar, festejar las devociones propias de cada lugar, y mantener así vivas las tradiciones recibidas de los antepasados para transmitirlas a las generaciones futuras, esa es nuestra misión.
Tres grandes periodos pueden establecerse en la cronología de las ermitas: el de la época medieval suma 170; el que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII, 287 y el de los tres últimos siglos, 88.
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