- C.R.
<div class="destacado_100">Una mancha de sangre con ADN del muerto... y de su asesina</div> Noviembre de 2017. La Policía Foral investigaba una denuncia por la desaparición de un joven en la localidad de Caparroso. Sus familiares habían acudido a la policía después de más de 24 horas sin noticias de él. Durante uno de los dispositivos de búsqueda, una de las batidas de personas halló una camisa con restos de sangre. La prenda no estaba muy alejada del río. En las inmediaciones se encontraron más manchas de sangre, sobre todo en el suelo y en una pared. La inspección ocular y lo que esta derivó dieron un giro radical a la investigación. “No solo había sangre en el suelo, sino también en la pared, revelando un posible episodio violento que explicase esa salpicadura. El estudio en el laboratorio indicó que en ese lugar no solo había sangre de la víctima, sino que el ADN del fluido pertenecía a dos personas distintas: un hombre, el desaparecido; y una mujer”. El perfil genético de la víctima pudo ser identificado sin duda al compararse con el hallado en un pelo ‘ante mortem’ recogido en un peine analizado en el domicilio de la víctima. “Que el otro ADN presente en la escena fuera el de una mujer nos hizo replantearnos la denuncia por desaparición. Rápidamente descartamos la voluntariedad y los sospechosos masculinos y nos centramos en su entorno más cercano y en las mujeres que podían tener relación con él”, relataron los investigadores, preguntados por un caso en el que la pista del ADN condujera hasta su responsable.
Finalmente, la investigación determinó que una menor de 17 años, prima de la víctima, de 26, había sido quien lo asesinó, propinándole 39 cuchilladas. El escrito de la Fiscalía que fue acordado por unanimidad para la condena de la chica estableció que la noche de los hechos llevaba consigo un cuchillo, una cuerda y útiles para el consumo de marihuana. Contactó con su primo y con la excusa de fumar un porro y estar en la intimidad, lo condujo hasta un paraje cercano al río. Allí se ofreció a mantener relaciones sexuales si consentía en hacerlo “estando atado y con los ojos tapados”, circunstancia que la víctima aceptó. En esa situación, lo acuchilló. Posteriormente, arrojó el cadáver al río.
<div class="destacado_100">Guardia Civil: el robo que resolvió un guante o un juego de sábanas</div> No tenían nada. A priori. Una serie de robos en la zona de la frontera con Francia, en ventas, de tabaco y de joyas. Un lugar de mucho trasiego de personas y un delito que olía a profesionales. Sin huellas. Pero a Javier Setoáin, del equipo de Criminalística de la Guardia Civil, y a su equipo, se les ocurrió rastrear con mucho detalle las zonas de posible huida del lugar de los hechos y allí encontraron la pista que después los llevaría hasta los autores. “Un guante y una pata de cabra, de los que seguramente se habrían deshecho al escapar. Esto pinta a los malos”. Y el análisis del ADN apuntaló la sospecha. “Saltó un positivo. Un vecino de Madrid, y eso nos abrió las puertas”. El grupo investigador acudió al juez, que dio acceso a seguimientos, escuchas, y finalmente, la detención de 7 personas involucradas”. El ADN encontrado pertenecía al ‘enlace’ del que se había servido el grupo criminal, un tipo con antecedentes, que conocía la zona de Ibardin y les había hecho de guía sobre el terreno, a la hora de planificar o ejecutar los robos. “El ADN al final es una traza que dejamos en muchas superficies o fluidos y que el juez autoriza tomar a investigados o detenidos en caso de delitos graves, como un asesinato o una agresión sexual”, cuentan los agentes de este laboratorio de Comandancia, que trabaja de la mano de otros donde se centraliza el trabajo, en Logroño (por ejemplo para análisis de balística) o Madrid (temas de biología). Ellos toman la muestra y la envían a esas sedes del cuerpo. En caso de urgencia, pueden recibir una respuesta muy rápida, y encarrilar así una investigación. “Hemos podido resolver casos gracias al ADN extraído de lugares como el juego de sábanas que nos llevamos de una vivienda y nos dio perfiles de 5 personas. Resulta que eso nos llevó hasta otros robos violentos similares al que investigábamos aquí en Navarra y ocurridos en puntos de Francia o de Alemania. Los compañeros los ubicaron en Toledo y eran muy violentos. Intentaron embestir a una patrulla durante un control”. Otro reciente en el que también se logró obtener una muestra de ADN de los autores fue en el atraco a una sucursal bancaria en Larraintzar. En ese episodio, la Guardia Civil halló ADN de los sospechosos en el reposacabezas del coche en el que habían huido del lugar de los hechos. “Al final de lo que se trata es de usar toda la tecnología y así poder ayudar a la víctima”, subraya Setoáin.
<div class="destacado_100">Policía Nacional: identificados 10 autores por ADN en el escenario</div> El ADN hallado en el semen de una doble agresión sexual cometida en 2015 en Pamplona pudo al fin este año vincularse a un nombre y un apellido, que responderá ante un tribunal por estos hechos. El ‘match’, como expresan los entendidos en el asunto, se produjo a raíz de una nueva detención del hombre, de nuevo por un delito de índole sexual cometido en la capital navarra. Según los datos que maneja la brigada de Policía Científica de la Policía Nacional en Navarra, a lo largo del año pasado, en un periodo excepcional marcado por la pandemia del coronavirus, se reseñaron genéticamente 71 personas en las dependencias de la Comunidad foral, es decir, se introdujo su ADN en la base de datos CODIS establecida para este tipo de información, y como consecuencia de ello, se identificaron 31 autores de diversos delitos (contra el patrimonio, contra la libertad sexual, etc)
Durante el primer semestre del año 2021 se ha reseñado genéticamente a 31 personas y, en este mismo plazo, se ha identificado a 10 autores de hechos.
De los casos que se han logrado resolver en Navarra de similares características, un responsable de esta brigada recuerda el de un grupo especializado en robos que acometía lanzando un bloque de hormigón atado con unas cuerdas, con lo que fracturaba los comercios donde posteriormente robaba. “De una de esas cuerdas de escalada logramos extraer ADN que nos permitió indetificar e imputar a los autores de este tipo de robos, que habían llevado ya unos cuantos en todo el país”. Con ese ejemplo, resalta la importancia de las bases de datos interconectadas. “Introducir un ADN y que te salte para resolver un robo de un coche en Gran Bretaña es un avance en unos tiempos de delincuencia itinerante a nivel internacional”.
<div class="destacado_100">Una mancha de sangre con ADN del muerto... y de su asesina</div> Noviembre de 2017. La Policía Foral investigaba una denuncia por la desaparición de un joven en la localidad de Caparroso. Sus familiares habían a
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