Miles de navarros 'estrenaron' este lunes de nuevo los centros comerciales
Apertura mayoritaria en las tiendas de ropa y de servicios y más progresiva en los locales de restauración
- Iranzu Larrasoaña
Miles de navarros se reencontraron este lunes con las grandes superficies y centros comerciales casi 70 días después de que la pandemia del coronavirus obligara a su cierre. La vuelta estuvo marcada por las distancias de seguridad entre las personas, las mascarillas, e incluso por la desinfección de probadores y prendas de vestir con luz ultravioleta y sistemas de plancha de vapor. Aún así se cogió con ganas.
LA MOREA: APERTURA PROGRESIVA
En el centro comercial de La Morea se produjo este lunes la apertura parcial de sus locales, quedando abiertos Fnac, Sephora, Intersport Irabia, Tiovivo de las joyas, Correos, Vodafone, Ramiro Mata, Orange, Broki, Movistar, Floristería Guillén, + Vision, Farmacia, ARR&CO, Mister Minit, Centros Único, Quiosco de prensa y Lotería, Flying TIGER y Restaurante ÑAM. Este miércoles se producirá la apertura total de la planta baja incluyendo las cafeterías Espresso 4U y Duffin Daggels. Desde el próximo lunes, 1 de junio, se producirá la apertura total de la zona de restauración.
“La afluencia de visitantes a lo largo de todo el día está siendo constante y cabe destacar el gran comportamiento que está mostrando el público en general, colaborando y respetando en todo momento las medidas de seguridad”, subrayaba Carlos Esparza, gerente del centro comercial, quien confía en caminar pronto “hacia un ritmo de normalidad”.
EL CORTE INGLÉS: AL 100%
Tantas eran las ganas de volver a encontrarse con firmas de moda y librerías que poco antes de la apertura de El Corte Inglés, a las diez de la mañana, había grupos de personas que, manteniendo las distancias de seguridad, hacían cola a sus puertas.
“Han abierto todos los servicios con normalidad y se ha incorporado a sus puestos el cien por cien del personal”, afirmaba Miguel Bados. De acuerdo a la normativa de la segunda fase, no puede superar estos días el 40% del aforo permitido.
Así, el mayor número de personas que pueden permanecer a la vez en este establecimiento es de 2.937 personas. “Es una cifra que se puede controlar gracias a las cámaras en las puertas de acceso, pero en ningún momento hemos tenido el problema de que se llegara a ese límite. No obstante, el trasiego de clientes ha sido continuo”, apuntaba.
ITAROA: MAYORÍA DE LAS TIENDAS
En el centro comercial de Huarte-Itaroa hubo casi pleno de apertura de tiendas en la planta baja según explicó su gerente, Patxi Biurrun. “Han faltado algunos locales por tema de procedimiento, porque todavía no habían sacado a los trabajadores del ERTE, por ejemplo, o porque no les han llegado aún las pantallas protectoras”, explicó. En cuanto a los locales de restauración, salvo dos que no abrieron sus puertas todavía, el resto también levantaron la persiana en la planta superior.
“No ha podido abrir todavía por razones de la normativa en esta segunda fase -añadió Biurrun-, el centro de entretenimiento City Park: las pistas de bolos, parques infantiles...y tampoco los cines”.
Este lunes, los clientes hicieron uso de las instalaciones de forma escalonada y se encontraron con novedades como la cámara termográfica para el control de la temperatura corporal, alfombrillas con producto desinfectante en las entradas y dispensadores de gel hidroalcohólico.
<div class="tit_blue">Sin miedo en el primer día de compras</div>
Faltaban unos minutos para que el reloj marcara las diez de la mañana y, frente a las puertas de El Corte Inglés de Pamplona, ya había clientes esperando a que el centro comercial abriera sus puertas. No, esta escena no está sacada del primer día de rebajas y tampoco habla de normalidad, como mucho de la conocida como ‘nueva normalidad’, ya que los compradores llevaban la mascarilla puesta y mantenían la distancia de seguridad. Los centros comerciales de Pamplona y comarca abrieron este lunes sus tiendas tras más de dos meses cerrados al público por la crisis sanitaria y, aunque las medidas de seguridad se hacían evidentes nada más cruzar los accesos, tanto en el ya mencionado El Corte Inglés como en La Morea o Itaroa, aseguraban que la experiencia de ir de compras se mantenía intacta a los días previos a la pandemia.
El gel hidroalcohólico se ha convertido en el protagonista de la jornada de compras. En todos los accesos a los centros comerciales el cliente se encuentra con un dispensador y una persona o letrero que le indican que debe frotarse las manos con el líquido. Pero no será la última vez que sienta la textura del gel sobre su piel. De hecho, a la entrada de cada una de las tiendas o, en el caso de El Corte Inglés, en cada una de las plantas verá un bote y una señalización para que se vuelva a desinfectar las manos.
“Perdone, tiene que darse el gel antes de entrar”, le advertía este lunes Marta Marquina Franco a un cliente despistado que se había saltado el paso de darse gel higienizante. A media mañana, Sephora recibía a los primeros clientes después del prolongado parón. La tienda acababa de abrir y ya se notaba el goteo constante de clientes, que se preveía que fuera en aumento a lo largo del día. Algunos adquirían ese producto cosmético que utilizaban de forma habitual y que no habían podido comprar durante el confinamiento. Otros, por el contrario, preguntaban a las dependientas por las novedades.
El personal de esta tienda, entre los que se encontraba Marquina, estaba más atareado de lo habitual. “Teníamos muchas ganas de volver, pero es cierto que hay que seguir muchos protocolos de seguridad”, reconocía la dependienta mientras explicaba que, al tratarse de una tienda de cosméticos han retirado todos los tester. “Si, por ejemplo, quieres probar un perfume nosotras -por las dependientas- lo sacamos, lo vaporizamos y lo volvemos a guardar desinfectado”, explicaba el nuevo procedimiento.
Son medidas que buscan dar prioridad a la seguridad y que, lejos de echar al cliente para atrás, están sentando bien entre los compradores. “Los estamos viendo con mucha predisposición a adquirir productos”, agradecía Marquina y añadía que, la inmensa mayoría, tienen muy interiorizada la norma de llevar mascarilla y mantener la distancia de dos metros.
En la Zapatería RKS de Itaroa Melisa Vera Canino, encargada de esta tienda, reconocía que algunos clientes se quejaban por tener que desinfectarse las manos en cada uno de los establecimientos. “No es todo el mundo, pero sí que hay gente que se muestra un poco reacia a respetar las medidas de seguridad”, lamentaba. Aseguraba también, que los clientes pueden probarse el calzado. “Antes pedíamos que utilizaran calcetines de plástico y ahora es obligatorio”, matizaba el cambio en la norma. “Cada vez que se acerca alguien al mostrador limpiamos toda la zona y dos veces al día desinfectamos la tienda”, explicaba.
Durante la jornada de este lunes no solo celebraban la reapertura al público tras el confinamiento, también estrenaban una nueva etapa. “Reformamos la tienda justo antes y teníamos previsto abrirla la semana en la que se declaró el estado de alarma”, recordaba Vera. La nueva imagen de RKS se ha hecho esperar, pero desde ayer son muchos los que ya se han acercado a la zapatería para adquirir calzado. “No tengo datos de cómo nos ha afectado el parón, pero me imagino que habrá pérdidas”, reconocía y añadía: “Al tiempo que hemos estado cerrados por el confinamiento hay que añadirle el de la reforma”. Sin embargo, se mostraba optimista al ver a la gente “muy dispuesta a comprar”.
SIN JUGUETES
En ese mismo centro comercial, Yolanda Santos Irigoyen, dependienta de la tienda de ropa infantil Boboli, doblaba prendas de dimensiones diminutas. “Hemos tenido que hacer bastante cambio porque terminamos en marzo, con ropa de manguitas largas, y ahora hemos empezado ya con la ropa de verano”, reconocía y añadía que una de las medidas que han adoptado ha sido la de “retirar los juguetes de los nenes” para evitar posibles focos de contagio. Sin embargo, aclaraba que los niños son bienvenidos y se pueden probar las prendas. “El cambio de tiempo nos ha pillado con poca ropa y la gente, aunque todavía se ve poca en el centro comercial, se anima a comprar”, aseguraba.
En La Morea, uno de los primeros compradores de la mañana era Jesús Ripodas Andueza, que se describía como un ‘devoralibros’ mientras husmeaba en la sección de Ciencia de Fnac a la caza de su nueva presa para la estantería. “Echaba de menos venir porque tienen de todo”, comentaba mientras mostraba un libro con el título 'El desconocido Albert Einstein'. “Estoy indeciso. No sé si me lo llevaré”, reflexionaba mientras se volvía a lanzar a la búsqueda. A él el confinamiento le ha servido para descubrir la relectura. “He leído muchos libros que hacía años que no abría”, señalaba y aseguraba que había disfrutado de encontrarse con ‘viejos amigos’.
Teresa Mena González esperaba este lunes a que entrara algún cliente a su tienda de golosinas tras la pantalla de seguridad de su mostrador. Broki pudo abrir la semana pasada, pero Mena reconocía que la venta había estado “un poco floja” porque a La Morea solo llegaban los clientes que hacían uso del supermercado. “Hoy parece que la gente se anima y esperemos que siga así”, comentaba esperanzada.
En este establecimiento han optado por vender paquetes de chucherías de 100 gramos para evitar la venta a granel y ofrecer una mayor seguridad. “Están teniendo muy buena aceptación”, comentaba satisfecha mientras agradecía a La Morea por no haber cobrado el alquiler a los inquilinos durante el parón. “Se han portado muy bien con nosotros y es de agradecer porque muchos somos pequeños autónomos”, recalcaba con cierto alivio.
Aunque los restaurantes de los centros comerciales permanecen todavía cerrados, sus cafeterías recibían este lunes a los primeros clientes. En la de El Corte Inglés, los comensales leían al mediodía la carta impresa en su mantel desechable. “También hemos eliminado el servicio en barra y les ofrecemos los cubiertos en una bolsita”, señalaba Miguel Bados Arrizurieta, director de Comunicación y Relaciones Institucionales. Remarcaba también que, a pesar de que el centro abría para un 40% de su aforo, habían reincorporado al 100% del personal para garantizar que la experiencia de compra “siga siendo la misma”.
En la primera planta, la sección de Moda Mujer, mostraba el proceso de desinfección de la ropa probada o devuelta. “Primero se pasa por el centro de planchado Di4, que desinfecta con vapor la prenda”, señalaba mientras recalcaba que “está certificado por la Universidad de Navarra y lo utilizamos a nivel nacional”. A continuación esta pasa veinte minutos en el área de higienización, donde se expone a la luz ultravioleta antes de volver al perchero para que el cliente pueda adquirirla.
Miles de navarros se reencontraron este lunes con las grandes superficies y centros comerciales casi 70 días después de que la pandemia del coronavirus obligara a su cierre. La vuelta estuvo marcada por las distancias de seguridad entre las personas,
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